Christian Grey, es el multimillonario, Playboy más codiciado de Seattle. Pero para Christian su vida de soltero da un giro de 360 grados cuando conoce a su media naranja, Anastasia Steele.
Una mujer dañada por su pasado y cerrada al amor.
Un trágico...
Llego a casa totalmente exhausto. He tenido que hacer un viaje relámpago a Portland. El departamento de agricultura de la universidad que subvenciono a hecho un gran hallazgo en una proteína que aporta un veinte por ciento más en el crecimiento del fruto. Es un proyecto en el que llevo volcado desde hace muchos años y estoy muy emocionado. Este avance supondría una nueva era para el sector de la agricultura. Antes de volver a Seattle llamé a Kate para ver como va mi chica. Seguía acostada, pero tenía que levantarla para la fiesta de sus padres esta noche. Ahí la veré y no me separaré de ella en toda la noche. Elliot me manda un mensaje para vernos en mi apartamento a las 20:30. Genial.
Me meto bajo la ducha para relajarme. Media hora después estoy listo para la fiesta. Tengo muchas ganas de ver a Ana. Me aliso la chaqueta del traje negro de Dior y me doy un último vistazo en el espejo.
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Me sirvo una copa de Sancerre mientras que espero a mi hermano. No tarda en llegar.
-¡Christian!-grita esa voz chillona y angelical. Corre hacia mí y me abraza. La abrazo con fuerza.
-Mira a quien me he encontrado.-dice mi hermano con una gran sonrisa.
-Mía.-le beso el pelo.-Que ganas tenia de verte, hermanita.
-Yo también.-ella sonríe.-Vamos, nos están esperando abajo. Oye quedamos mañana para comer. Tenéis que contarme muchas cosas.-nos dice mientras nos montamos en el ascensor.
-Sí, sí que tenemos cosas que contarte.-dice Elliot con una sonrisa tonta. Le hago una seña a Luke para irnos.
-No me digas que esa snob es tu novia.-dice Mía con desagrado.
-¿Que snob?-preguntamos incrédulos. Mía nos mira y frunce el ceño. Las puertas del ascensor se abren y mamá nos espera.
-Venga, llegaremos tarde.-suspiro. Tenía que venir ella aquí. En la puerta del Escala una gran limusina nos espera.
-Yo voy en mi coche.
-Ni hablar. Ven con nosotros.-tira de mí hacía la limusina. Al entrar me congelo en el sitio.-Me he encontrado con Leila y le he pedido que nos acompañe. No puedes ir solo a un evento social.-gruño.
-No iré a ningún sitio con Leila.-su mirada se torna colérica.
-Iras por la puta cuenta que te trae.-me amenaza.
-¿Crees que te tengo miedo?-me río con malicia. Por mí se puede ir al infierno. Mía me sujeta del brazo intentado calmarme.
-Mamá me habías dicho que ellas eran sus parejas.-refunfuña Mia.
-Tengamos la velada en paz. Cada uno iréis con vuestra cita y no quiero oír nada al respecto.-el coche se pone en marcha y la tensión sube escandalosamente. ¿Pero como se atreve esta mujer? Ana se pondrá furiosa, y con razón. Tendré que contarle la clase de arpia que está hecha Grace. Espero que Grace aleje sus garras de Ana. Hasta ahora estoy manteniendo al margen, pero si toca a Ana, sabrá quién soy de verdad. De reojo veo a Leila incómoda. Ya hablaré con ella. Vaya trepa que está hecha. Tenía mejor opinión de ella. La relación que tuvimos en el pasado fue un error y se lo dije. ¿La que tuvisteis hace un mes también fue un error, Grey? Gruño. Esta mujer tiene un don para pillarme bebido y llevarme a la cama. Leila es una mujer bella y atractiva pero no es mi tipo. Y el hecho de que mi madre me presione tanto con que es la mujer ideal para mi no hace más que aumentar mi decisión de no tener nada que ver con ella. Además, yo ya he elegido a mi mujer ideal. Y ella no tiene nada que ver ni con Leila, ni con mi madre. Le mando un mensaje a Ethan y le cuento todo esto para que avise a Ana por si no llego a tiempo.
