Nunca lejos de mi. #Pgreysteele2019

Ahora es mía.

Empezaba a hacerse de noche.
Pronto llegaríamos a nuestro destino y podríamos disfrutar de unos días juntos.
Si no hubiese sido por el incidente con Natalie y la ropa de mujer que Ana encontró en la habitación todo habría sido perfecto.
Ahora estamos mucho más relajados, la tengo en mi regazo mientras hablamos de todo un poco.
Es una mujer muy locuaz y divertida, con ella se puede hablar de todo y me escucha atentamente y fascinada cada cosa que le digo.

-Háblame de tu trabajo. ¿Te gusta?-le pregunto.

-Sí. Intento poder sacar a flote la compañía que tenga en mis manos, pero no siempre es posible. Durante estos años he podido hacerme un pequeño hueco, pero al principio fue difícil.
No siempre se han tomado bien que una mujer joven se siente delante de ti y te diga a la cara todos los errores que has cometido a lo largo de tu trayectoria profesional. Me han infravalorado, me han menospreciado por ser mujer y me han analizado al milímetro cada palabra y cada gesto esperando que cometa un fallo para atacarme sin piedad.-hijos de puta.-Ahora es mucho más fácil.-sonríe.

-¿Cual ha sido la empresa más difícil de asesorar con la que te has encontrado?

-Ingen, una empresa dedicada a la fabricación de motores híbridos. El presidente era el heredero de la multinacional, acababa de relevar a su padre en la presidencia. Era el típico niño pijo y altanero que se cree todopoderoso y más que nadie. Había perdido miles de dólares en inversiones estúpidas y tirado todo el fondo de inversión de la empresa en el departamento de I+D. Conseguí que la multinacional de Chevrolet le ofreciera una asociación para diseñar unos de sus nuevos modelos. Fue un gran impulso para la empresa, y para nosotros, sin duda. Mi jefe me dio un gran ascenso por eso.-dice orgullosa.
Acaricio su espalda con cariño.
Con cada inteligente palabra que sale de su boca más la admiro. Es tremendamente inteligente y admiro la profesionalidad y la pasión que pone en su trabajo.
-¿No te has dormido todavía?-sonrío.

-Me pareces una mujer fascinante.-sonríe con timidez.

-Mi padre dice que: Un asesor es alguien que toma prestado tu reloj para decirte qué hora es, y luego se queda con tu reloj.-me río.
-Hay muchos otros que sugieren que lo que hace un asesor de empresas es cobrarle a la gente muchísimo dinero para decirle algo que ya sabían.-le doy un suave beso en los labios.

-Ahora entiendo como has podido permitirte un apartamento de 700.000 dólares.-se ríe.
Me encanta su risa.

-En realidad, gran parte del dinero de las asesorías se lo llevaba la empresa para la que trabajaba. Mi padre siempre ha insistido en que trabajara por mi cuenta. Pero no me veo capaz.-inseguridad y baja autoestima enmascaradas con un muro de hielo.
Apostaría que fue ese cabrón de su ex quién le decía todo eso.

-Pues yo creo que sería un empresa con bastante éxito. Eres una mujer brillante, muy competente e inteligente. Estoy seguro que llegarías muy lejos.-le digo con sinceridad.
-Ya que hablamos de trabajo. ¿Has pensado en mi propuesta?-clava su mirada azul preciosa sobre mí.

-¿En tu propuesta de trabajar para ti siendo tu esclava sexual?-no tendré tanta suerte.

-Me encantaría.-me relajo en el sillón acariciando sus magníficas piernas.
Gruño internamente decepcionado de que no lleve falda.
-Pero hablo en serio. Quiero que trabajes conmigo. Pon tus condiciones.-me acaricia la mejilla analizándome.
Quiero tenerla en mi equipo de trabajo.

-No estás siendo muy imparcial, campeón.-puede que sea así, pero es cierto que su trabajo es impresionante y que yo, la quiero en todos los aspectos de mi vida. Puede que suene muy sobreprotector, pero...ella me hace sentir así.
A pesar de que sé que es una mujer muy fuerte, quiero tenerla cerca de mí para evitar que nadie vuelva a hacerle daño.