Ana me mira con los ojos muy abiertos e impactados.
-¿Estas bien?-pregunta dudosa pero con una pequeña sonrisa conciliadora.
Sé que intenta calmar el ambiente entre ambos.-Todo esto ha debido ser duro para ti.
Me desplomo en la silla que ocupaba al lado de ella y suspiro.-Sí. Me siento...liberado, Ana. ¿Soy mala persona por eso?-me sincero.
Me siento mal, pero solo por no tener ningún resentimiento por lo ocurrido con Grace.-No. Tu eres la persona más buena que conozco. Era ella o tú, Christian.-me dice con vehemencia.
-¿Sabes? Hubo un tiempo en que creí que mi madre no estaba bien. Que tenía un problema.-suspiro con tristeza. Ojalá las cosas hubiesen sido diferentes.-Pero no, ella es así de cruel.-siento su cálida mano acariciar la mía con un suave apretón.
Sus anillos brillan en su dedo.
Los acaricio.
Jamás pensé verme casado y llega está preciosa mujer y lo cambia todo...-¿Como conseguiste averiguarlo?-sus suaves palabras me traen de vuelta al presente.
La miro a sus preciosos ojos llenos de amor y comprensión.-Pues...Diana.-contesto. Ella me mira sorprendida.-Nos ha sido de gran ayuda. Tu amiga es una maquina. Y gracias a tu idea de celebrar la fiesta de aniversario de la empresa en el puerto por los inhibidores, Diana consiguió acceder al servidor de Grey House.-cada vez que pienso todo lo que mi madre ha echo a mis espaldas, con lo que quería inculparme...-Era toda una telaraña la que tenían montada. Welch, mi jefe de seguridad estaba aliado con ella, y José Rodriguez, el director de Contabilidad. Por eso les resultó tan fácil armarlo todo. Por eso mi madre supo lo que te pasó. Cuando le pedí a Welch un informe tuyo se lo puse en bandeja.-cierro los ojos abatido.-Tu padre también ha sido de gran ayuda. Nos consiguió un puente con un satélite para poder descifrar los códigos del servidor.-le digo con una sonrisa breve pero cargada de gratitud.-Diana y Barnie parecían unos niños pequeños.-esos dos friquis...
-Entre los dos van a encargarse del departamento de seguridad. Han demostrado ser fieles y muy buenos en su trabajo.-Ana asiente y suspira.-¿Y el bebé de Leila?-pregunta en voz baja.
Su pulgar acaricia mis nudillos lentamente. Noto agradecido que este tema ya no le molesta.
Gracias a Dios.-Que mi madre me obligara a vivir con ella fue una magnífica idea. Desde casa interceptamos sus llamadas. Grace la tenía manipulada, Leila no está bien emocionalmente, sus padres van a internarla. Ese bebé no es mío. Grace decía que nunca le permitiría que le hiciera las pruebas de paternidad. Yo ya sabía que no era mío, pero fue un gran alivio porque podría demostrártelo a ti.-Ana baja la mirada hacia sus manos.
Ya no tienes que preocuparte, cariño.-¿Porque no me dijiste nada de esto?-me dice con un punto dolido en su voz.
-¿Para qué?-espeto sin querer con frialdad.
Ella palidece.-Podía haber ayudado. ¿Mi opinión no cuenta?-dice con voz queda y rápidamente se arrepiente de haber formulado esa pregunta.
-¿Cuenta la mía para ti?-parpadea seria y triste y vuelve a bajar la mirada.
-Estás decidiendo por ti y por mí. Me estas condenando a vivir sin ti.-permanece con la cabeza agachada sin mirarme.
Me siento dolido, hecho una puta mierda.-Yo no puedo matar a este bebé. No me lo perdonaré en la vida.-se me hiela la sangre. Me mira con sus enormes ojitos llenos de lágrimas y el miedo, el dolor y la angustia reflejados en ellos.-Si tengo que morir por él, lo haré.-dice con decisión.
Se me encoge el estómago.
¿Dónde mierda entro yo en su ecuación?
¿Acaso le importo?
Esto duele, joder.-Muy bien, haz lo que creas mejor. Pero no me pidas que lo acepte. Si te pierdo a ti por él, no voy a poder mirarlo...-le digo en contra de esa voz interior que me pide que me calle.

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Nunca lejos de mi. #Pgreysteele2019
FanfictionChristian Grey, es el multimillonario, Playboy más codiciado de Seattle. Pero para Christian su vida de soltero da un giro de 360 grados cuando conoce a su media naranja, Anastasia Steele. Una mujer dañada por su pasado y cerrada al amor. Un trágico...