Una total y absoluta eternidad.

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Me siento tras mi escritorio y me vuelco en el trabajo. Paso la mañana de reuniones, y un almuerzo con mi banquero.
Reprimo la necesidad de llamar a Ana, Carla me ha dicho que sigue encerrada en su habitación y que no quiere hablar con nadie.
Nena, llevas días así.
Gruño.
Estoy deseando ir a buscarla.
Llamo a Taylor.

-¿Taylor, tienes todo listo?

-Si, señor. Todo ha sido trasladado.-asiento.

-Magnífico. Gracias, Taylor.

-Es un placer, señor.
Cuelgo y llamo a Barnie para ver como van con las investigaciones.

-El puente con el satélite que nos ha conseguido el señor Steele es una maravilla. Hemos descargado un sistema compatible con el programa del cifrado y una vez que tengamos en acceso será cuestión de segundos que podamos descifrarlo.-respiro aliviado.

-Estupendo, Barnie. Hemos podido asociar que los ingresos de las asociaciones fantasmas a nombre de su madre están financiadas con dinero de Grey Enterprises, señor.

-Eso es genial, Barnie. Así podemos demostrar que ella también está lucrada con la malversación de fondos de la empresa.-suspiro aliviado.
Por fin algo en su contra.
Poco a poco lo vamos desenmarañando.

-También, nos acaba de llegar una llamada del teléfono de la señorita Williams, señor. Se la mando a su eMail.-asiento. Es un gustazo poder estar tranquilo. Han conseguido desviar todas mis llamadas y mensajes a una línea segura.

-De acuerdo, gran trabajo, Barnie.-cuelgo el teléfono y guardo en mi maletín el contrato final para Air Europ. La compañía que me puso mi esposa en bandeja.
Sonrío orgulloso y a la vez lleno de tristeza.
La echo tanto de menos.
Podré verla pronto.
En cuanto esto acabe iré por ella y la secuestraré si es necesario.
Guardo todos mis informes en mi maletín y me dispongo a ver la conversación de Leila.
Es un audio.
Me pongo los cascos y le doy a reproducir.

-Leila, ¿como vas en casa de mi hijo?-es Grace.
Se me revuelve el estómago al oírla.

-Mal, Grace. Él no me quiere aquí, apenas me habla y está bastante enfadado conmigo.-Grace gruñe.

-No dejes que te haga sentir mal. Se irá haciendo a la idea.-bruja maldita del demonio.

-No se, Grace. Él sabe que el bebé no es suyo, Grace, no...

-Cállate, de una vez, joder.-le grita.-No sabes hacer nada bien. Ese bebé nacerá y Christian será su padre quiera él o no.

-Grace, él va a hacerle las pruebas de paternidad.-dice Leila.
Vaya dos víboras.

-No le hará nada, Leila. Se lo impediré. Y si no, ya pensaré algo cuando llegue el momento.

-No sé, Grace.

-Deja de ser tan tonta, Leila. Te he puesto al hombre de tus sueños en bandeja. Utiliza tus armas de mujer, la hostia. No seas mojigata.
Grace corta la llamada con brusquedad.
Me froto la cara.
Por Dios.
Me siento aliviado.
Sabía que ese bebé no es mío, lo sabía.
Y ahora tengo la prueba palpable de que así es.
Me encantaría salir corriendo y enseñárselo a mi chica. Decirle que no tiene nada que temer.
Que si ella no puede ser madre, yo tampoco seré padre.
Pero entonces recuerdo que tengo que mantenerla alejada, que no puedo acercarme aún y ella me necesita más que nunca.
Ana, por favor, se fuerte.
Marcho deprimido hacia casa.
Cierro los ojos abatido mientras me dirijo hacia el sótano de Grey House.
Nuestra casa nunca volverá a ser la misma.
Leila la ha contaminado.
Nuestra habitación y mi estudio están intactos de su maldita presencia, pero lo demás...
Cierro los ojos.
Es nuestro hogar, solo mío y de Ana y esa mujer lo ha profanado.
Taylor me espera con la puerta del coche abierta y le saludo con un seco hola.
No tengo ánimos de nada.
Mi teléfono suena y es Ethan.

Nunca lejos de mi. #Pgreysteele2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora