Epílogo.

4.9K 297 43
                                    

4 años después.

Me siento en el césped y lo contemplo volar su cometa roja. Su favorita.
Doy un gran sorbo a mi cerveza y la vuelvo a dejar en la hierva perfectamente cortada y verde.
Nuestro jardinero Matt, hace un gran trabajo con el jardín trasero de nuestra nueva casa.
Está en las afueras de Seattle, a orillas del Sound. Aquí hay mucha paz y tranquilidad. Justo lo que necesitamos.
Mi hijo grita.

-Mira, papi.-me dice ilusionado. Llevamos semanas intentado que esa cometa vuele. Pero mi hijo es muy persistente. No para hasta conseguir lo que quiere.

-Esta genial, Teddy.-le sonrío y él me devuelve la sonrisa con sus maravillosos ojos azules. Azules nítidos como los de su madre.
Mi precioso niño es igual a mí pero con los ojos de su madre. Aparte de verla reflejada en sus ojos, también en su manera de ser. Tienen la misma personalidad: fuerte, persistente, cariñoso, amable y un poco cabezota.
Sonrío con tristeza cuando me fijo en su cuerpo un poco delgado.
Teddy está muy recuperado y poco a poco a conseguido que sus órganos funcionaran con total normalidad. Debido a que no llegó a sus cuarenta semanas de gestación y que sus órganos no estaban bien desarrollados, mi hijo ha tenido algunas complicaciones en sus primeros años de vida. Sus pulmones no funcionaban con normalidad, ni su corazón.
Dos años enteros ayudándonos de ejercicios de rehabilitación y cuidados intensivos pero por fin mi hijo es un niño sano y fuerte que hace una vida normal como la de cualquier niño de cuatro años.
Después de lo mal que Ana lo pasó durante el embarazo mi hijo está aquí, sano y fuerte.
Siete meses enteros de reposo absoluto, de sangrados constantes. Pero ella nunca se quejó, ni una sola vez. Fue tan fuerte y tuvo tanta fortaleza y paciencia.
Suspiro.

Flashback.

Entro en la habitación y Ana está tumbada de lado leyendo un libro.
Tiene el pelo brillante y liso, está vestida con ropa cómoda y a su lado una bandeja con lo que parece ser te y galletitas.
Me acerco y su maravillosa sonrisa ilumina mi alma. Está preciosa aunque muy pálida y más delgada a pesar de su abultada barriga de embarazada.
Me duele verla así.
Le beso los labios.

-Hola, preciosa.-me echo a su lado y acaricio lentamente su vientre. Ella pone su mano encima mía.

-Hola, campeón.-suspira agotada.-Bien. Hoy no he vomitado.-sonríe con dulzura.

-Cariño, tengo que ir a Hong Kong. Una semana a lo sumo.-ella palidece y baja la mirada.-Eh, cariño. Te juro que he intentado evitarlo, pero tengo que ir yo.-ella asiente con una débil sonrisa.

-Vale.-suspira y se obliga a animarse.-No pasa nada.-sus ojos se nublan y puedo ver que la idea la entristece.-Le diré a mi madre que se venga aquí conmigo.-me acerco a ella y la beso.

-Intentaré acortarlo todo lo que pueda.-le digo en sus labios. Ella sonríe.

-No te preocupes, Christian. Haz lo que tengas que hacer.-acuno su cara en mis manos y la beso. Beso su boca cálida y hogareña en la que me encanta perderme.

-Me encantaría estar todo el día besándote...pero ya sabes que no podemos...-ella se retira de mi con los ojos cerrados y suelta un gran suspiro de resignación.

-Lo siento...-la callo con un beso.

-Nada de sentir, cariño. Estamos en esto juntos, ya sabíamos a lo que nos exponíamos. Celibato total, señora Grey.-ella ríe suavemente.-Bueno, confieso que he tenido que ayudarme de...-levanto la mano y ella ríe con la cara iluminada.
A pesar de su palidez esta preciosa.

-Ya queda menos, mi amor. Pronto todo volverá a la normalidad.-dice optimista. Yo...yo...no puedo serlo tanto. Aunque nos hayan dado un gran porcentaje de que todo salga bien con sus debidos cuidados y una cesárea programada, yo estoy aterrado.
Si la pierdo...Si los pierdo...
Me moriría.

Nunca lejos de mi. #Pgreysteele2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora