Capítulo 7

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Durante el día siguiente nada puede quitarme de la cabeza mi último y más importante proyecto; por eso me paso el tiempo jugando en el Mac pero con el móvil en frente y un ojo siempre atento a que se encienda la lucecilla intermitente de aviso.

Damián me ha mandado un par de whatsapps advirtiéndome que no fuera idiota, que no hiciera tonterías, que me iba a dar de collejas hasta saltarme los empastes si me metía en un lío... pero me da igual; no es decisión suya, y ahora ni siquiera mi madre está viva para tocarme los huevos si hago una locura. Es mi vida, y si considero que la aparición de Ahmed puede ayudarme de alguna manera, la aceptaré.

Sin embargo este es un camino que he de considerar con mucho cuidado.

No importa que esté a mitad de una emocionante partida online en un videojuego MORPG, porque en cuanto salta la liebre apago el juego y entro al instante al Facebook. Mi corazón se acelera mucho y empiezo a sudar. ¡Pues sí que estoy nervioso!

<< ¡Qué pasa! ¿Peligro? Mato, ¿eh? ¡Mato! Soy el guardián de la casa, soy una fiera que... >>

—¡Cállate Hércules! Vete a comer o algo, que tengo que concentrarme.

— Ahmed Jamîl

Hola, Bruno Tausch. Ya estoy aquí. Has pensado en mi proposición?

— Bruno Tausch

Hola Ahmed. Oye, cómo quieres que te llame, Ahmed o Jamil?

— Ahmed Jamîl

Como tú quieras.

— Bruno Tausch

No, en serio. Cómo te llamas? Es Ahmed, no?

— Ahmed Jamîl

Ahmed es mi nombre. Jamîl es... nombre familiar. Pero aquí hay muchos Ahmed, así que para saber que es a mí, suelen decir Jamîl a mí. Me he acostumbrado.

— Bruno Tausch

Jamil entonces. A mí llámame Bruno. Tausch es mi nombre famil... es decir, mi apellido. Es cuanto a tu propuesta, la he estado pensando.

— Ahmed Jamîl

Que has decidido? Somos maridos o te dejo de molestar?

Es el momento de la verdad. Me doy cuenta de que, aunque conscientemente no había tomado una decisión hasta ahora, me muero de ganas de darle el visto bueno al asunto. Aun así tengo que dejar claras algunas cosas.

— Bruno Tausch

Bueno, estoy empezando a creer que puedo aceptar tu proposición de matrimonio. Pero tengo algunas dudas.

— Ahmed Jamîl

Bien! Entiendo. Dime y respondo.

— Bruno Tausch

Primero de todo, quiero dejar claro lo que sé hasta ahora: Eres Ahmed Jamil, el chico que ayer salió en el vídeo de la cam, con 19 años, 18 centímetros de polla, versátil, que quiere venirse a vivir a España y para ello necesita casarse con alguien de aquí. —¡Qué bien traído! Incluyendo disimuladamente lo de su rabo y lo demás. No aceptaré ayudarle si me ha mentido en algo hasta ahora; podría venir aquí un tío calvo, gordo y con micro pene ¡y eso sí que no! —Como eres gay, has decidido que quieres casarte con un gay, y has pensado que yo sería el adecuado.

InevitableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora