Hace meses que limpié mi perfil personal del Facebook de aquellos contactos que no eran familia o conocidos de la vida real (¡casi dos mil contactos borré! Y es que en cierto momento confundí mis prioridades y empecé a aceptar a tíos buenos, fans de mi canal del Youtube o cualquiera que me pidiera amistad).
Aunque ya no tenía ninguna intención de añadir a nadie más en esta cuenta privada mía, en este caso decido hacer una excepción nada más llegar a casa. ¡Soy un curiosón!
<< No tienes remedio... >> Tumbado en su rincón del sofá, Hércules me juzga con los ojos mientras enciendo el ordenador. Sí, a veces traduzco también la expresión o la mirada del chucho.
—A ver, sólo voy a admitirle un momento. En cuanto curiosee las fotos de su perfil, le borro.
Dicho y hecho. Tras unos momentos de dudar y girar en mi silla, acepto su invitación de "amistad" y me meto al instante en su página. Ahora que somos "amigos del Facebook" ya puedo ver todas las imágenes y los estados que ha publicado.
Su foto de perfil, la que se supone que le representa a él, ya me hace detenerme para observarla con detalle. —¡Anda ya! Otro gilipollas que se ha bajado una foto de algún modelo y se hace pasar por él. Mira que labios, y qué pómulos, y esas pestañas tan estupendamente densas... Este tiene que ser algún adolescente famoso en la india.
Pero al meterme en el álbum con el resto de sus fotos me doy cuenta de que todas ellas son del mismo muchacho, y no parecen profesionales como las que un modelo subiría en un book. Son casuales, de muchos ángulos y realizadas a lo largo del tiempo, ya que hay algunas de hace años en donde no es más que un niño; ahora ya está hecho todo un mocetón. —Bueno, se monta bien el engaño, eso no se lo puedo negar.
<< O puede que sea él de verdad. >>
—¿Tú que sabrás? —Quizá está demasiado delgadito, pero no se puede negar que es guapo. ¡Joder, está como un queso! (suponiendo que sea él, claro). Empiezo a morderme el labio inferior sin apenas darme cuenta, ya que es justo como me gustan los tíos: joven, delgado y moreno (de piel y también con el cabello negro brillante y liso). —Y tiene dieciocho...
Se me abre una ventana de chat por sorpresa y me pongo nervioso, como pillado en falta. Ahora que somos "contactos", podemos chatear directamente.
Lo primero que me manda no es una frase, sino la foto de un pene erecto y sin circuncidar, completamente delicioso, coronado por un generoso fresón rosado y rodeado de vello negro; yo me ruborizo tontamente (¡ruborizado yo! Si hace años que no me pasaba). En otra se le ve desnudo de cuello para abajo y, aunque ciertamente está muy delgado, también está fibroso y marcadito. ¡Me encanta!
— Bruno Tausch
Joder! Si eso es tuyo, entonces sí que te mide al menos dieciocho. Felicidades. —Ahora es cuando me pedirá foto de mi rabo y yo me negaré; él insistirá a lo bestia y yo habré calado a un acosador loco.
— Ahmed Jamîl
Gracias por aceptar Te gusto? Versatil Dieciocho —Ah, pues no. No me pide la mía. Pero dale tiempo...
— Bruno Tausch
Eres guapo; si es que eres tú de verdad... Ya, ya sé que eres versátil y que tienes dieciocho, no hace falta que lo repitas todo el tiempo.
— Ahmed Jamîl
Gracias tu es guapo también
— Bruno Tausch

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Inevitable
RomanceLa constante mediocridad de la vida de Bruno se ve agitada ante la más sorprendente petición recibida desde un completo desconocido llamado Ahmed: casarse por dinero. Bruno nunca hubiera aceptado, pero las circunstancias que le rodean le obligan a...