Inevitable

Capítulo 27

¡Lo he logrado! Por una vez me he despertado yo antes que Jamîl y he preparado un desayuno para ambos, tras lo que me acomodo en el salón mientras voy escribiendo ciertas ideas en un archivo de Word al escuchar algo de música.

Tarda menos de cinco minutos en levantarse; la puerta se abre y mi esposo entra en slips, con cara de medio dormido.

—¿Qué hora es?

—Las ocho. —Por su expresión, se nota que no se explica qué hago yo levantado tan temprano, y más aún en el día después de nuestra boda.

—¡Oh! ¿Y has hecho el desayuno?

—Siéntate. —Son unos sandwiches mixtos, un par de kiwis pelados y troceados, una pequeña jarra con zumo de naranja y un café con leche para cada uno. Aunque he aprendido en estos meses que mi indio no parece hacer ascos a la carne de cerdo (lo digo por el jamón york) lo cierto es que es él quien ha estado cocinando y no sé bien qué prefiere para desayunar; pero toma asiento y coge uno de los bocadillos.

Al ver que termino de escribir la frase que tenía a mitad me pregunta por lo que hago.

—A ver... —Le muestro la pantalla con las ideas y los distintos puntos que he anotado. —Es el guion del siguiente vídeo de Maxforce. Va sobre... nosotros. Es decir, para que mis subscriptores sepan que me he casado y quién es mi marido. —Se queda paralizado a mitad del mordisco. —Si te parece, saldrás conmigo y saludarás.

—Pero... pero, ¿para qué? Ya estamos casados, no tenemos que disimular más.

—No es disimulo. A ver, por una parte los rumores ya corren como la pólvora gracias a nuestra aparición por el ambiente de hace días. Debo darles crédito y de paso presentarte como es debido. Cualquier youtuber anunciaría que se ha casado, y más aún si es con alguien como tú.

—¿Cómo yo?

—Con alguien tan guapo, morboso, sexy, misterioso, exótico... —sonríe con modestia mirando hacia el lateral y aprovecho para darle un besito en la mejilla. —Además, precisamente por eso creo que los "me gusta" del canal se van a multiplicar.

—¿Por mí?

—Claro. Con esos ojitos, y esa cara, y esos abdominales, y ese cuerpazo, y esa...

—¡Eh! No pienso salir desnudo... —advierte. Jamîl es súper modesto (y eso me encanta), pero una cosa es modestia y otra no ver la realidad; si él no supiera que tiene un físico realmente especial, no sería modelo.

—Me vas a reventar el canal a base de nuevos subscriptores. Esa es la segunda razón para crear este vídeo: ¡dinerito del bueno!

—Vale —acepta tras meditarlo un momento y soltar un suspiro—. Si mi aparición te puede ayudar...

—¡Sí! —aseguro—. Además, todos rechinarán los dientes de envidia cuando te vean conmigo, caramelito. —Le acaricio la espalda; me pasaría el día tocándole. —En terminar de comerte esto, hay que empezar a hacer las maletas, que el tren sale a las cinco.

—Tren... —se queda unos momentos en blanco—. ¿Te refieres al viaje regalado de tu padre?

—¡Claro! Imagínate: cinco días en un parador recién remodelado en medio de la naturaleza, con su spa, su gimnasio, su comida de primera clase, su servicio de habitaciones... ¡todo pagado! ¡Cómo vamos a disfrutar! Podemos dar paseos por aquellos montes verdes, bañarnos en lagos y ríos, e incluso hacer actividades de esas como rafting, puenting... todas las que terminan en "ing".

Niega con la cabeza. ¡Ains! Ya me va a poner pegas otra vez.

—Bruno, no necesitamos esas vacaciones, pero sí necesitamos el dinero. Debemos cancelar las reservas y recuperar todo lo que podamos.