Mr. Pervert |BTS| •Vhope• [EN EDICIÓN]

DOS

No se podía concentrar. Las mejillas las tenía como dos tomatitos, los nervios apretujaban su estómago y una fina capa de sudor perlaba su frente. La insistente y profunda mirada que no lo dejaba en paz le estaba causando un mini ataque al corazón, podía sentir la respiración del mayor sobre su mejilla y solo pudo cerrar los ojos con fuerza para comenzar a rezar.

»Santa Ramona ¡Gelp mi!...«

–Emm... ¿señor Jung? ¿podría darle su espacio a mi alumno y  dejarme dar la clase?– cuestionó observando al peli-rojo algo enojado. Pero el menor no se movió de donde estaba y se mordió el labio inferior.

–¿Por qué no mejor él me da a mí? Profe.- ronroneo rozando sus labios contra la mejilla del menor– vamos papi, a ver si está jaula le gusta a tu pajarito– todos exclamaron ante aquella obscenidad.

El profesor Lee lo fulminó con la mirada y su cara colorada solo hacía referencia a lo tan molesto que estaba.

Lo siguiente fue aún Hoseok tirado en el suelo y afuera de la clase, seguidamente el señor Lee cerrando la puerta de un sopetón.

–Mierda dolió– se quejó sobando su hermoso culito.

–Vaya, a ver si así te crece el culo pequeña zorra– volteó a ver y se topó con la burlona mirada de Yoongi y la tranquila de Namjoon.

–¿Otra vez acosando al alfa hyung?– la sonrisa de Nam hizo que el de cabello rojo tuviera un ataque de diabetes.

Se acercó con rapidez, olvidando su dolor de trasero y apretó las mejillas de su dongsaen.

–¿Por qué eres tan jodidamente tierno Namie?– cuestionó haciendo aegyo y apachurrando los mofletes del moreno.

–Eso mismo me preguntó yo Hobi– la voz del alfa de Nam hizo que los tres pegaran un salto.

–¡Mierda! ¿acaso hoy es el día de asustar a los indefensos y sumisos omegas?– gruñó el de cabello azul agarrando por el cuello de la camisa a Jin.

–Siii, claro. Sumisos e indefensos ¿no?– dijo con sarcasmo Seokjin. Min iba a responder pero el timbre de descanzo sonó.

Todos comenzaron a salir de sus aulas y ahí estaba SU hermoso alfa. Sus mejillas estaban rosadas y la tierna expresión que tenía le hizo abrazarse al cuello del omega más alto y suspiró más que enamorado.

¡Rayos! ¿Cuántos suspiros de ese tipo llevaba? seguramente más de diez en todo lo que llevaba de mañana.

–¿Por qué es tan malditamente hermoso?– susurro con los ojos como dos corazones y sin esperar una respuesta, fue detrás del alfa de sus sueños.

Dejando a todos sus amigos atrás. Ya acostumbrados a aquel comportamiento tan raro del omega de hebras rojas.

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I ♥ YOU