-A N S W E R #1-

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Cuatro años antes

"Puta" "zorra" "defecto de alfa" "asqueroso delta" así era llamado. Cada día de su miserable existencia era de esa manera. Su mundo cada vez era más oscuro y no sabía si alguna vez habría alguna luz para alumbrar su camino.

Park Jimin. Un niño que lo único que conoció desde muy pequeño fue la rudeza y crueldad de la vida; sus desagradables progenitores se encargaron de que la soledad fuera su amiga. Cuando se presentó como un alfa, fue su desgracia, ellos querían un omega.

El hijo de puta que lo engendro lo había vendido desde el momento que fue dado a luz y claro que su "madre" no se había opuesto a eso, después de todo era prostituta sin corazón. Dinero, dinero y más dinero; y vaya que por su valioso hijo lo iba a obtener.

Jimin, en su ingenuo pensar, nunca se imaginó que siendo alfa, de igual forma se lo llevarían de aquella casa para convertirlo en lo mismo que su desgraciada progenitora.

Alfas, omegas, betas. Cada uno pasa por encima o debajo de él. Ya ni se acordaba cuando perdió el derecho de ser alfa para convertirse en un delta de la vida galante. ¿Había opción? para su putrida vida la respuesta era un rotundo, NO.

O eso creía. Porque cuando cumplió los dieciocho años, "celebrándolos alegremente" en un callejón, tirado en el maloliente suelo, lleno de fluidos de otras personas y de los propios además de alguno que otro moretón, vio a dos chicos frente a él.

Alfa y omega. Uno era bajito con la piel pálida, hermosos ojos como el de un gatito arisco y de delicioso aroma; coco y piña. El segundo era más alto, de cabello castaño, ojos profundos y... ah hermosos, desprendiendo un olor tan reconfortante y llevadero que le dieron ganas de llorar; chicle de menta y eucalipto.

Suspiró, estaba hecho mierda, le dolía todo además de estar completamente sucio, de esa manera no podía ofrecer sus servicios.

-Lo siento. Cómo pueden ver no estoy en servicio para atenderles- su garganta la sentía destrozada y su voz casi salió en un hilo roto.

-Nosotros no venimos por eso- dijo el más alto. El entonces el peli-rojo suspio aliviado, pero no tanto pues tal vez venían a ¿matarlo?

De seguro era eso.

-Oh... entonces no tienen nada que hacer aquí- dijo encogiéndose de hombros tratando de levantarse del sucio suelo.

Malditos alfas insensibles. Todo por su culpa se sentía tan adolorido.

El omega al ver la mueca del delta se aproximó para ayudarlo, cosa que Jimin rechazo observándolo con desprecio y un vacío en los ojos. Esos ojos tan hermosos, pero que reflejaban un alma en pena, rota y lastimada. Al alfa y omega se les estrujó el corazón.

-Si no tienen nada que hacer por aquí es mejor que se larguen- escupió serió y frio- este no es lugar para niños como ustedes.

-Tampoco es un lugar para ti...- dijo serió el de ojos gatunos. Jimin frunció más el ceño e iba a responder aún más despectivo pero un dolor en su hombro derecho le hizo callar abruptamente.

-Mierda...- lo habían marcado. Alguno de esos idiotas lo había marcado.

Iba a morir. Dulce destino. ¡Al fin! lo espero por tanto tiempo y por fin iba a ser libre. Volvió a suspirar y sonrió roto. Las dos personas frente a él le veían con dolor y con el ceño fruncido.

El alfa gruñó, se acercó al delta para agarrar su mano y salir de ese deplorable lugar. El omega no dijo nada, solo se mantuvo al margen y no hablaría hasta que llegaran a la casa que compartía con el menor.

Mientras que Jimin iba queriendo zafarse del agarre, gruñendo y gritando todos improperios que se sabía de memoria. ¡Joder! le dolía todo el puto cuerpo, estaba asqueroso y no quería morir así, más bien quería despedirse de su hermoso gato Dolly y tomar un buen baño antes de partir. Sin embargo, eso no estaba en los planes de esos dos.

Cuando llegaron a la casa del alfa y del omega, estos le hicieron tomar un baño para que se quitara todo lo sucio del cuerpo, el peli-rojo no acepto a la primera alegando de que él no los conocía, pero solo basto con una mirada del alfa para saber que no estaba de buenas. Y pues tenia razón de estar con ese humor de perros; una de sus dos parejas destinadas había sido maltratado de la peor manera posible y saber ni cuanto había estado viviendo ese infierno.

El de mirada felina suspiro y se lanzó a los brazos del menor, también se sentía enojado y dolido, uno de sus chicos había sufrido mucho... y por lo que había visto un hijo de puta lo había marcado.

-Tienes que hacerlo Kookie... alguien lo marcó y puede que muera...- murmuró el mayor contra el pecho de su dongsaeng sintiendo su corazón oprimirse ante tal pensamiento.

-Lo haré. Primero lo marcare a él y luego te marcare a ti- sentenció el alfa decidido a que esa misma noche haría suyo a ese pobre delta y a su mejor amigo- perdón si no es tan especial Yoongi...-

-Shh... lo hace especial el que estén ustedes dos conmigo...- murmuro acariciando la mejilla de Jungkook. El menor sonrío de lado y con intensiones de besar a su omega se acercó a sus labios, sin embargo la voz del delta los detuvo.

-Bueno, ya me bañe y les vine a joder el momento- sonrío adolorido y movió un poco su hombro pues parecía que el idiota que le encajo los dientes se estaba revolcando con alguien más- mi trabajo aquí ya esta hecho, entonces me voy. Gracias por obligarme a venir hasta acá pero ya me tengo ir o ¿quieren un cadaver en su cuarto?- sonrío con burla y se dispuso a abrir la puerta.

Pero el aroma de chicle de menta y eucalipto perforaron sus fosas nasales y por unos cortos segundos olvido lo que trataba de hacer, su lobo rasguñaba por quedarse con el alfa y omega de deliciosos aromas. Pero no podía, no cuando ya no habían esperanzas viviendo en él.

-Oh no mi precioso delta... tu te quedas con nosotros- y con una última mirada hacia el omega Jimin chilló y lagrimas brotaron de sus ojos al sentir como los dientes del de cabello negro se enterraban en la marca que había sido hecha, al parecer, la noche anterior.

Su lobo se removía chillando y rasguñaba todo dentro suyo, sentía su corazón acelerado, la incertidumbre burbujea en su interior, pero más que eso, había sentido a Jungkook. Lo había sentido como si él fuera parte de él. Las lagrimas no dejaban de brotar, jadeo al sentir como los incisivos fueron retirados.

Lo último que pudo ver es como el omega le sonreía con tanto cariño y ternura mientras se acercaba, cerró los ojos y sintió un delicado toque en sus labios.

-Bienvenido a casa nuestro hermoso delta...- y todo se volvió negro.

Park Jimin había quedando a manos de sus dos parejas destinadas.




"Deltas y gammas, jerarquía que alguna vez fue excluida, hoy será protegida".

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-Capitulo largó :)

¿Qué les pareció?
A mí, en lo personal, me gustó.

No hubo nada (o intento) "cómico", pero era necesario, así le van entendiendo mejor al hermoso trío de esta historia 😆

Y bueno, con lo de la pregunta anterior 😁 habrá lemmon!!
Pero no hoy, ni mañana... tal vez algún día 😁😁🌚

Creo que eso es todo, espero les haya gustado y gracias por todo su apoyo💜💜 las amo♥♥

No se olviden de votar y comentar 😘💞

Adiós 🙋♥

Mr. Pervert |BTS| •Vhope• [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora