Heteroflexible 《MYG+KTH》

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Cuando YoonGi le dijo a TaeHyung que lo perdonaba, éste creyó que volverían a estar juntos como antes. Pero la realidad es que no fué así, y el castaño lo supo cuando llegó a la universidad y tras encontrarse con el pálido, buscó saludarlo con un beso como siempre solía hacer, pero el otro lo empujó preguntandole qué estaba haciendo, lo cual despertó la risa burlezca de todos los presentes.

TaeHyung se sintió muy humillado, no entendía qué ocurría, pensó que tal vez lo había soñado todo y el mayor nunca lo perdonó. Pero fué antes de irse, trás terminar de tomar sus clases, que YoonGi lo tomó del brazo y lo arrastró hasta la parte trasera del establecimiento para explicarle todo. Le dijo que después de cómo lo engañó quedaría como un estúpido si volvía con él, así que le propuso que siguieran juntos pero que no se hablaran estando en la universidad.

El castaño hubiera preferido romper con él antes que aceptar lo que le estaba proponiendo, de nuevo a esconderse, a mentir y a fingir frente a todos, a resistir las ganas de estar cerca de su novio estando en público. Lo que más le gustaba a TaeHyung de su relación con YoonGi era que era una relación formal y transparente frente a la sociedad, sin cosas raras de por medio, todo lo contrario a cualquier otra relación que haya tenido con un hombre anteriormente, todas aquellas que hirieron su autoestima por años, aquellas que le hacían creer que debía ocultar esa parte de él porque decían que era la parte que estaba mal, pero que aún así utilizaban descaradamente para saciar su curiosidad.

TaeHyung aceptó con dolorosa resignación, y no sólo porque YoonGi le prometió que seguirían teniendo citas al aire libre, claro bien tarde para que nadie los viera, sino porque le recordó que toda esta situación era culpa suya por engañarlo, y el castaño no pudo negarlo ni evitar sentirse culpable tampoco. Y lo más doloroso que le tocó vivir los días siguientes fué ver que YoonGi usaba aquello para hacerlo sentir mal siempre y salir beneficiado de todo; ahora YoonGi se quitaba las ganas que tenía con él y el castaño no obtenía nada de lo que quería del otro a cambio, sólo el mayor salía ganando en esta relación. Y fué entonces que TaeHyung se dió cuenta de algo, YoonGi no lo había perdonado para nada.

-Estás muy callado ¿Quieres que te ruegue acaso?~

Ronroneó YoonGi en su oído tras repartir varios besos por todo el cuello del menor, pero éste simplemente se encontraba sentado en el sofá cama sin moverse o reaccionar a su toque, se sentía muy mal encerrado en su departamento como para seguirle el juego. Ni siquiera quería voltear a verlo, ya había pasado mucho tiempo desde que llegaron a aquel acuerdo y YoonGi no hacía otra cosa que llevarlo a estar con él entre esas cuatro paredes para poder besarlo y repartirle caricias. A TaeHyung no le gustaba así, no se sentía romántico para nada.

-Bueno, TaeHyung, me estás hartando ¿Qué tienes?

El castaño volteó a mirarlo molesto por la forma en la que le habló, el pálido viendolo de igual forma, cansado de que no le preste atención.

-No me gusta estar así -Dijo molesto con un puchero que lo hizo ver adorable para YoonGi.

El pálido sacudió ligeramente su cabeza, odiaba verlo de esa forma.

-Bueno, pero es lo que tienes por-

-Ya lo sé, no tienes que repetirmelo todo el tiempo -Le cortó volteando a verlo a los ojos con notable molestía.

-Entonces no te entiendo.

-Me siento ahogado aquí adentro, dijo que saldríamos a pasear y no hemos salido a ningún lado desde entonces.

Esta bien, YoonGi aceptó que tenía razón, y no tenía nada que ver con la forma en que los ojos de cachorro de su novio lograron hipnotizarlo. Y de todas formas, a él también le apetecía salir a alguna parte que no fuera sólo la universidad o el trabajo, y sólo TaeHyung era capaz de sacarlo de esa aburrida rutina diaria. Le sorprendió darse cuenta del poder que tenía para influír de esa manera en su vida.

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Fueron a una heladería que solía estar abierta hasta tarde, ya que a TaeHyung se le apetecía tomar un helado.

-Sólo a tí se te ocurre tomar un helado con este frío.

-Oh vamos, a todo el mundo le gusta el helado ¿ves? -Le contestó juguetonamente refiriendose a las demás personas que hacían fila para elegir su respectivo cono y sabor de helado.

-Sí, puede ser -Contestó de forma desinteresada.

En eso YoonGi notó que una anciana los miraba con un gesto despectivo en su rostro. Sólo ahí recordó que TaeHyung acostumbraba hablarle muy de cerca y de forma melosa sin darse cuenta, aquello seguro se veía extraño para la mujer. Le resultó divertido ver su reacción sólo por eso, entonces pasó uno de sus brazos alrededor de la cintura de su novio.

TaeHyung sintió lindo aquel gesto, y más aún cuando YoonGi pidió una de sus manos para entrelazarlas, dejando descansar su cabeza sobre su hombro. Le gustaba cuando su novio era cariñoso con él en público, era esto lo que había estado extrañando tanto. Dejó caer su cabeza sobre la de él y la frotó de manera mimosa.

La mujer miró con desconcierto hacia los demás presentes, esperando que compartieran su reacción, y YoonGi sonrió al notar que la mujer sospechaba que eran una pareja homosexual. Por eso, para quitarle todas las dudas, llamó la atención de su novio y lo besó introduciendo su lengua en el primer contacto. Y, está bien, esto ya no era tan lindo para TaeHyung estando en público.

-¡YoonGi-Hyung! No, aquí no -Exclamó nervioso apartandose de golpe, el pudor adueñandose de él tras ser besado así frente a todos.

-¡Por Dios Santo! ¡¿Cómo pueden estar mostrandose así en público?! ¡Están enfermos! ¡¿Qué no ven que hay niños?! Pueden perturbarlos.

TaeHyung se sobresaltó al escuchar los gritos de la mujer y pronto todos clavaron su vista hacia ellos, haciendolo sentir avergonzado. YoonGi lo tenía apresado con ambos brazos rodeando su cintura y repartiendo besos por su mandíbula con una sonrisa lasciva, buscando volver a besarlo. Los presentes apartaron la vista incómodos, mientras la anciana se quejaba con las chicas que atendían el lugar pidiendo que los hechen, alegando que era asqueroso e inapropiado que ellos estuvieran ahí.

TaeHyung se sentía mal, y cuando una de las chicas les propuso pasar primero a hacer su pedido para no generar inconveniente con la señora, aceptó de inmediato y tiró de YoonGi hacia la salida, ya que éste quería quedarse en una de las mesas.

-¡Estamos en el siglo veintiuno, anciana decrépita! ¡Si va a vivir tantos años procure abrir su mente y adaptarse a la época!

Le gritó YoonGi a la mujer que lo miró realmente indignada y ofendida ante su falta de respeto. Y tras esto, salieron del lugar a los tropiezos.

-¡Agh! Jamás había pasado tanta vergüenza en toda mi vida -Se quejó el castaño cuando ya se habían alejado lo suficiente.

Realmente YoonGi lo había defendido de esa mujer homofóbica, lo había hecho. TaeHyung observó la espalda de su novio mientras éste caminaba más adelantado, lo veía como su héroe, nunca antes nadie le hizo sentir que estaba bien ser como era y que era el resto el que estaba mal. Su corazón aleteó de felicidad, YoonGi era el indicado, jamás se había sentido tan afortunado de estar con él como lo estaba ahora, era un chico de pensamiento libre y que no juzgaba a nadie por nada ¿Cuándo volvería a encontrar a alguien así y que gustara de él al mismo tiempo? Jamás volvería a tener esa suerte.

-¡¿Viste la cara de la vieja esa?! -Exclamó YoonGi, estallando en carcajadas -Me hubieras seguido el juego, fué muy divertido ver su reacción.

TaeHyung se desilusionó al instante cuando entendió que YoonGi se refería a que había estado fingiendo ser cariñoso con él hace un rato para incomodar a la señora. Pero también se regañó a si mismo por olvidar que YoonGi tenía un único defecto que no podía dejar de molestarle, nunca era dulce con él por iniciativa propia, siempre lo hacía por obligación y esperando algo a cambio. Y ahora que salían a escondidas todo sería peor.

Así funcionaba su relación, YoonGi quería sacarse las ganas con él y se las sacaba como sea ¿Y él? Él podía dar gracias de todavía tener la suerte de estar con alguien como YoonGi.