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Jimin colgó la llamada y segundos después oyó que alguien giraba las llaves de la puerta del departamento. Era TaeHyung.

-¿Y? ¿Ya te reconciliaste con YoonGi? -Le preguntó directamente apenas cruzó la puerta.

-¡No me hables de ese idiota!

Jimin se quedó en blanco tras aquel grito de su amigo, pero al instante se repuso y lo siguió cuando trató de pasar a su lado para evitar la conversación.

-No me hables así que yo también vivo aquí, insolente del demonio ¿Quién te crees? -Lo regañó mientras lo manoteaba repetidas veces. Odiaba que le griten.

TaeHyung se disculpó mientras se sobaba los brazos después de los manotazos de las pequeñas pero pesadas manos de su amigo, y finalmente se dispuso a contarle sobre su discusión con YoonGi. No le dijo a Jimin que el mayor le confesó abiertamente que quería golpearlo, se supone que su relación con él es de ensueño, es perfecta, y es por eso que lo oculta; por lo menos para el resto quiere que siga viva la ilusión.

-Que tengas problemas con YoonGi no significa que tengas que venir a desquitarte conmigo.

-Lo sé, lo siento.

-Es con YoonGi con quien tienes que enojarte.

-No. Es con Jongin con quien tengo que ajustar un par de cuentas.

TaeHyung le contó a Jimin que YoonGi había invitado a Jongin a comer afuera y ante eso el más bajo se quedó bastante impresionado. El moreno ya estaba bastante adelantado con el plan de conquistar al novio del menor, y al parecer estaba teniendo éxito en aquello porque realmente logró que el pálido lo invite a comer, eso es algo que ni siquiera TaeHyung lograba, siempre era él el que le pedía hacer cosas así y YoonGi sólo aceptaba. Jimin sonrío para sí mismo, tenía grandes expectativas para lo que llegara a pasar, por fin TaeHyung podría deshacerse del molesto Min YoonGi.

🎓🎓🎓🎓🎓🎓

Por el momento, y para alivio de TaeHyung, Jongin no volvió a aparecer, y el castaño estuvo esquivando a YoonGi toda esa semana.

No quería hablarle después de su última discusión, y YoonGi no estaba como para rogarle tampoco, estaba muy ocupado con los deberes de sus materias y disculparse con el menor no era necesario desde su punto de vista, no le había hecho nada malo.

Pero para TaeHyung se siente feo. Un dolor angustiante en el pecho, incomodidad, tristeza, y de nuevo mucha incomodidad. Saber que se contiene para no insultarlo o golpearlo se siente devastador. Se siente devastador saber que YoonGi se siente de esa manera hacia él. Porque lo quiere mucho, y todo eso le hace sentir mal.

Pasar por alto la hostilidad de YoonGi hacia él es difícil ahora, no es como al inicio de su relación que hasta se le hacía cómico. Ahora YoonGi le hacía muy mal.

-¡¿Qué demonios haces tú aquí?!

TaeHyung no podía creerlo cuando caído el viernes de esa tortuosa semana hizo acto de presencia fuera de la universidad un Jongin sumamente radiante, totalmente recuperado de sus golpes, y con unos jeans ajustados de cuerina negra que estilizaban aún más sus esbeltas piernas junto con una blusa del mismo color con escote en V y sin mangas, dejando ver sus fornidos hombros, y un choker adornando delicadamente su cuello para dar un acabado perfecto a su look. Decir que su dorada piel no brillaba más ese día sería mentir, porque era fácil de apreciar con tanta piel al descubierto. Y otra vez las olas de inseguridad se asentaban en el pecho de TaeHyung, él no podía vestirse de esa forma.

-Vine a buscar a YoonGi para dar un paseo -Contestó alegremente en tono juguetón, irritando al castaño de inmediato.

-Mi novio está en clase ahora, así que ya puedes largarte -Le informó haciendo énfasis en aquel adjetivo posesivo. Ante aquello Jongin enarcó una ceja y bufó con diversión, TaeHyung se le hacía tan infantil.

-Oh ¿Enserio? Bien, entonces dile que estoy afuera, vendrá corriendo de inmediato cuando sepa que yo estoy aquí.

Dijo el moreno pasando una de sus manos por su cabello desordenandolo cuidadosamente mientras echaba la cabeza hacía atrás haciendose ver como algo irresistible. Su abdomen marcado asomandose cuando la corta blusa se estiró hacia arriba, y TaeHyung no pudo evitar sacar conclusiones; Jongin venía listo para seducir a su novio.

-Eres un maldito -Resolpló entre dientes apretados al tiempo que tomaba a Jongin de la diminuta blusa con ambas manos, mientras el otro se limitaba a sonreír burlezco.

-Sólo vamos a pasear ¿A qué le temes?

-¿Por qué tendría miedo de un cualquiera como tú?

-¡Me alagas! -Respondió con coquetería -Te diré por qué, niño. Porque soy igual que tú, porque sabes que soy capaz de hacer caer a un chico con mi atractivo ¿Y sabes por qué más? Porque soy demasiada competencia para tí también, y lo sabes.

-¡Callate o te moleré a golpes! -Le gritó sacudiendo su agarre. Jongin cambio su expresión de diversión a una de disgusto ante su brusquedad, y finalmente sonrió con malicia.

-Golpeame, niño. Así YoonGi volvera a invitarme a salir a comer otra vez.

TaeHyung se detuvo en seco, bufó una maldición y empujó a Jongin soltando su prenda y alejandose a paso rápido de él. El maldito era intocable.

-¡Tae, esperame! -Gritó Jimin, para después voltear a ver a Jongin -Olvida el trato, Hyung. Si vas a molestar a Tae entonces prefiero que lo dejes así. Te pedí discresión.

-Es que así no es divertido, Jiminnie~ -Se quejó de forma infantil -Aparte, es mejor si hago enojar al niño ¿No te das cuenta? Cuando se pone celoso arruina todo con YoonGi por cuenta propia.

Jongin rió, pero a Jimin esto ya no le agradaba, él no quería que su amigo sufriera, no era tan despiadado. Y TaeHyung no estaba bien, lo veía, toda esta situación con el mayor lo afectaba demasiado, sus crisis nerviosas, las reacciones violentas siendo que es un chico pacífico que repudia dichos actos, y no podía hacer de cuenta que no veía lo increíblemente decaído que había estado toda la semana por la salida que tuvo YoonGi con el moreno a sus espaldas. Fué entonces que lo reconsideró, contratar a Jongin fué una mala idea y era mejor detenerlo ahora antes de que se le saliera de las manos.

-Si sigues con esto le contaré todo a YoonGi, y ten por seguro que huirá de tí cuando sepa que tienes segundas intenciones con él.

Jongin rió -Vaya, ese niño se pone muy intenso cuando siente que alguien puede robarle a YoonGi. Me pregunto ¿Cómo reaccionaría si se entera que su mejor amigo fué el que me contrató para eso mismo?

-¿Qué estás queriendo decir?

-Nada.

Jongin le lanzó una sonrisa juguetona y malévola a Jimin, amenazandolo, y éste supo que lo mejor era no entorpecer sus juegos o de lo contrario usaría su secreto para desquitarse. Compartieron un silencio confidencial por un rato más y el menor decidió que lo mejor era marcharse. Pero antes, volteó a decirle una última cosa.

-Eres tóxico, Hyung. Por eso el sensato Do KyungSoo te dejó.

La expresión sonriente de Jongin se desvaneció en el acto. Su mirada se oscureció y apretó los puños tratando de controlar el temblor que recorrió su cuerpo al escuchar aquello que aunque hayan pasado años, seguía doliendole.

-Sigues usando epítetos peyorativos para referirte a tus enemigos, Jimin. Eres tan infantil. Me fastidias.

-Apreciativos para las personas que considero heroícas -Le corrigió Jimin al ver que trataba de desvíar la conversación.

-KyungSoo es un cobarde.

Tan inestable salió su voz que casi quiso golpearse en el pecho. Jimin le dió una última mirada llena de compasión y finalmente se marchó.

Jongin inhaló profundo. Ya no le importaba KyungSoo, ahora estaba YoonGi, un muchacho perfecto para alguien tan libertino como él, que pasa por alto todo con tal de mantener viva una relación.

Y nadie, absolutamente nadie se resiste a Kim Jongin, por eso se preparó bien para que su plan de separar a TaeHyung de YoonGi y quedarse con éste último surta el efecto esperado. Y nadie iba a entorpecer sus planes si sabían lo que les convenía, tenía las de ganar.

-¡Yoonie-ah~! ¡Tanto tiempo!

Heteroflexible 《MYG+KTH》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora