63

1.7K 334 42
                                    

Todo estaba negro, un agudo sonido aturdiendo sus oídos era todo lo que escuchaba, su cuerpo nadaba, mareandolo, y sentía debilidad en brazos y piernas.

No había nada. No habían problemas ni angustía alguna. Quería quedarse así siempre.

Pero de pronto, sintió que le daban leves palmadas en su rostro y, muy a lo lejos, comenzó a escuchar la voz martirizada de alguién que le suplicaba que despertara.

La voz se hizo cada vez más nítida, y entonces, con algo de esfuerzo, abrió sus parpados con lentitud.

-¡Maldición, TaeHyung! Casi me matas del susto.

Sintió que el chico de voz grave y preocupada soltó un suspiro de alivio, y lo rodeó en sus brazos, juntando sus frentes y frotandolas de forma cariñosa al tiempo que agradecía que abriera los ojos.

Y entonces TaeHyung recordó todo y el miedo se apoderó de todo su cuerpo. Se removió nervioso y se alejó de YoonGi, quien se encontraba arrodillado a un lado de la cama. Se levantó rapidamente para huír del mayor, mareandose en el acto y cayendo al suelo antes de llegar hasta la puerta de la habitación.

YoonGi corrió en su ayuda pero TaeHyung se asustó y se volvió a poner de pie para mantenerse lejos de su alcance, temiendo que buscara agredirlo de nuevo. Seguía mareado pero esta vez logró estabilizarse correctamente, sujetandose del marco de la puerta.

YoonGi se quedó en su sitio, lo observaba con cautela y había una gran preocupación en sus ojos, pero TaeHyung no se sintió conmovido por aquello. Llevó una de sus manos hasta su adolorida sien, estaba inflamandose, y al recordar que YoonGi fué el que le causó esa herida, su garganta se cerró, tenía ganas de llorar pero también eso lo hizo enojar.

-Eres un maldito ¿Acaso quieres matarme? -Dijo con la voz inevitablemente temblorosa.

-Fué tu culpa... -Atinó a decir YoonGi al sentirse atacado. Se sentía culpable pero no quería olvidar la razón que lo hizo estallar en primer lugar -...Si no te hubieras metido con ese tipo, yo nunca-

-¡Ya te dije que yo no me metí con él, maldita sea! Nunca contesté su mensaje, y fué él el que me buscó.

-Pero seguro hiciste algo para provocarlo.

-Yo no hice nada, y estoy harto de que no confíes es mí.

TaeHyung dió media vuelta y se dispuso a irse, pero al llegar a la sala YoonGi sujetó su brazo para detenerlo.

-¡No te vayas, TaeHyung! -Suplicó, pero el otro se safó de su agarre, el enojo era evidente en su rostro -Maldición, sabes que también es tu culpa que no confíe en tí, si nunca me hubieras engañado yo-

-Estaba ebrío ¿Por qué siempre abusas del único error que cometí para culparme de todo lo que está mal con nosotros? -Su voz ahora era dura, no le gustaba que lo atacaran. YoonGi había olvidado que TaeHyung tenía su carácter.

-Pero ¿Por qué lo hiciste? -Preguntó, su voz se entrecortaba -Si nunca me hubieras engañado, estaríamos tan bien. Tú tienes la culpa de todo.

TaeHyung estaba harto, no quería seguir siendo el culpable de todo. Ya no más.

-No, YoonGi, es tu culpa y te diré por qué. Porque ese día yo quería estar contigo pero tú me rechazaste. Si no lo hubieras hecho, yo me habría quedado contigo esa noche y no habría ido a esa maldita fiesta.

YoonGi no podía creer el descaro con el que TaeHyung lo contraatacaba.

-No quieras victimizarte, pudiste negarte a meterte con esa chica, pero aún así aceptaste.

-Sí, lo hice ¿y sabes por qué? Porque tengo necesidades, y tú no me complaces en lo absoluto, por eso no pude contenerme. Sigue siendo tu culpa.

A YoonGi le dolía que le dijera todas esas cosas con tanta frialdad, y TaeHyung no quería herirlo de esa forma, pero estaba enojado y no había filtro alguno en él en esos momentos. Buscaba dañar al mayor donde más le dolía, sólo para desquitarse.

-¡Callate!

-Si hubiera estado sobrío aquella vez, la habría rechazado, como con aquel tipo. Pero no lo estaba, así que deja de hacer de cuenta que te engañé a propósito porque no fué así.

YoonGi abrió los ojos como nunca, su pecho se contrajo y su corazón dolía al reordenar las palabras de TaeHyung.

-¿Estás diciendo que sí dudaste en aceptar acostarte con él?

-Sí.

-¿Por qué me haces esto? -Preguntó angustiado mientras retrocedía lentamente. Se sentía indefenso ante las hirientes palabras del castaño -¡Maldición, TaeHyung! ¿Sabés todo lo que hago por tí para que ahora vengas y me digas que no te basta? ¡¿Qué quieres?! Dime qué tengo que hacer para que me...

YoonGi se detuvo en seco, no sabía que era exactamente lo que había estado a punto de decir, pero la desconocida palabra quedó bailando un buen rato en su boca y YoonGi prefirió tragarsela, porque dolía y no quería averiguar por qué.

TaeHyung abrió los ojos con asombro ¿Acaso YoonGi estuvo a punto de decir lo que él creía que iba a decirle? No podía ser posible. Sólo entonces notó la amargura en el rostro ajeno y se dió cuenta de lo crueles que fueron sus palabras. El corazón de TaeHyung se desarmó, no era su intención hacerlo sufrir así.

-YoonGi, lo siento, no quise -Dijo de forma apaciguante, mientras hacía amague de acercarse a él.

-¡Vete! -Le gritó, haciendo que se sobresalte.

-Perdoname, YoonGi, no quise decir todo eso, estaba enojado, no me hagas caso.

-¡Largate!

YoonGi caminó hacia él y lo tomó del brazo para empujarlo hacia la salida. No quería seguir escuchandolo, todo lo que le decía lo hería por completo.

TaeHyung cayó hacia el pasillo y se reincorporó de inmediato para regresar, no quería dejar las cosas así. Pero YoonGi cerró de un portazo y todo lo que esuchó después fueron fuertes golpes del otro lado.

-¡Maldición!

YoonGi comenzó a golpear con bronca el suelo repetidas veces, en un intento inhumano por no llorar. Porque no quería llorar por un chico, no quería llorar por TaeHyung, odiaba que lo afectara tanto emocionalmente. Pero lo cierto era que TaeHyung le había roto el corazón en mil pedazos y YoonGi tenía muchas ganas de llorar. Pero debía contenerse.

No importaba cuanto dolieran sus nudillos, cualquier dolor que pudiera inflingirse era mejor que el dolor que le causaba ser traicionado por el menor.

Pero YoonGi no aguanta, se detiene, y pronto las esquinas de sus ojos comienzan a picar, su garganta se cierra e inevitablemente comienza a sollozar.

Del otro lado de la puerta, TaeHyung ya estaba llorando.

¿Por qué nos gusta hacernos tanto daño?

Heteroflexible 《MYG+KTH》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora