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Habían llegado al departamento de YoonGi con un cargamento de pequeños osos de peluche. La razón era simple, antes de irse del parque de atracciones, TaeHyung quería que YoonGi ganara un enorme tigre de peluche para él en un juego de tiros al blanco, pero la puntería del mayor era pésima, por lo que optó por ganar uno pequeño de una maquina, ya que era muy bueno en ello.

Pero YoonGi se emocionó y comenzó a sacar peluche tras peluche hasta que TaeHyung tuvo que detenerlo porque ya era demasiado. El castaño estaba muy contento, nunca antes alguien había jugado un juego para regalarle algo, nunca antes alguien lo llevó a una cita en un parque de atracciones mejor dicho. Su corazón estallaba de dicha de sólo pensar que estaba viviendo por eso con el chico que le gustaba.

Pero como toda gran noche, debía terminar, y TaeHyung le preguntó a YoonGi si podía dejar la mitad de los peluches y buscarlos en otra ocasión, ya que le pesarían para irse caminando hasta el departamento que compartía con Jimin. Eso llamó la atención de YoonGi, no sabía que TaeHyung se iba siempre caminando de su departamento.

-¡Pero te has quedado hasta muy tarde aquí muchas veces!

TaeHyung se encogió de hombros, no le veía el problema. YoonGi sin responder sacó su celular e hizo una llamada, mientras lo miraba con reproche.

-Te llamé un taxi, llegará en unos minutos.

-Gracias, pero no era necesario, puedo caminar.

-Podría pasarte algo en el camino y el único culpable sería yo por tenerte tan tarde aquí.

Y dicho eso, se dirigió a su habitación. TaeHyung sintió de nuevo esa sensación cálida y acogedora en su pecho al darse cuenta de que YoonGi se estaba preocupando por él. Y sintió fuertes deseos de abrazarlo por eso. Entonces, sin pensarlo demasiado, se introdujo en su habitación, encontrandose con el mayor sentado en el borde de su cama revisando su celular, ya cambiado con esa casi deshecha ropa que usaba para estar en la comodidad de su hogar.

Tragó saliva con dificultad, le costaba mucho controlar sus impulsos de estar con él cuando lo veía vestido así. Sacudió su cabeza tratando de no pensar en eso y se sentó juguetonamente a un lado de la cama junto a él.

-¿Qué haces? -Preguntó molesto al sentir la sacudida que provocó el menor al sentarse a su lado.

-Nada, sólo quería venir a esperar aquí contigo ¿Te molesta?

-No.

TaeHyung le dedicó una sonrisa ganadora al no ser hechado y YoonGi posó su vista en el borde de su camisa, la cual estaba desabotonada al punto de que podía verle un pectoral. Lo miró con reproche, y se iba a quejar de eso pero volvió a fijar su vista en su pecho y de pronto la piel naturalmente bronceada del chico expuesta frente a él lo estaba seduciendo de tal manera que sintió deseos de tocarlo, y así lo hizo.

Con la mirada totalmente perdida, dejó su celular a un lado y posó una de sus manos sobre su pectoral derecho. TaeHyung se mantuvo espectante a las acciones del mayor, sintiendo cómo su respiración se agitaba cuando el pálido chico frente a él comenzó a acariciar con la palma de su mano su acanelada piel. YoonGi se percató de ello y la sensación que le ofrecía su mano al estar en contacto con la piel del menor hizo que la atmósfera entre ellos se volviera excitante para ambos.

Entonces YoonGi se dejó llevar por lo que le provocaba TaeHyung, y llevó su otra mano debajo de su camisa mientras se inclinaba hacia adelante para besarlo. Comenzó a acariciar su piel de forma armoniosa, recorrió su cintura con la palma de sus manos de esquina a esquina, su cintura era algo que le encantaba de él, siempre le desquiciaba tocarla por sobre la tela y ahora que podía sentir la piel de ésta, el mayor se sentía en las nubes. Apretó con ansiedad aquella zona ganandose un delicioso gemido de TaeHyung, quien se animó a meter sus propias manos por debajo de la remera de YoonGi acariando la piel de sus costados, haciendo que se estremeciera, pero YoonGi no sentía pánico esta vez, el calor del momento lo ameritaba y ahora se sentía increíblemente bien.

TaeHyung sintió urgencia por lo que estaba pasando, YoonGi lo besaba con más deseo que veces anteriores, chocando su lengua con la suya de manera sensual y el tacto de sus manos sobre su piel lo estaban prendiendo a mil. Entonces el menor se dejó llevar y tumbó a YoonGi de espaldas sobre la cama, repasando todo su torso por debajo de su remera y suspirando de placer en el acto. Dirigió su atención al cuello del mayor y aprovechando que la prenda que llevaba puesta mostraba más piel de lo habitual, comenzó a dar lamidas y succiones sobre su cuello, clavículas, pecho y hombros.

YoonGi se sentía malditamente excitado en ese momento, pero de pronto el peso de TaeHyung sobre él comenzó a aterrarlo, y bastó con que el menor rosara de forma sugerente sus caderas contra las suyas para que el pánico lo devolviera a la realidad.

-TaeHyung... ¡TaeHyung! ¡Detente!


Heteroflexible 《MYG+KTH》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora