A pesar de que el señor Evans tardó un poco en retomar su lección, no pude concentrarme en nada de lo que decía, así que para cuando me di cuenta, la hora había terminado, seguí a Vojshtech distraidamente hasta el comedor, y compramos algunas hamburguesas.
—Pensé que jamás llegarían. —Comentó casualmente Rasheld cuando nos sentamos en la mesa que ocupaba.
—El profesor Evans no estaba de buen humor. —Explicó mi amigo, irritado—. Tuvo una discusión con Brooke.
La pelinegra bufó, y rodó los ojos dramáticamente. Ambos la miramos sorprendidos, porque usualmente la egipcia no solía mostrarse afectada por cosas así.
—¿Ocurre algo?
—Es Brooke, no sé qué pasa con ella. —Llevó sus dedos a sus sienes, frustrada—. Ha estado actuando muy raro desde el sábado.
—Nosotros estuvimos con ella el sábado. —Me extrañé—. No notamos nada raro, o al menos yo no.
—Por cierto, estuve llamándote el sábado por la mañana pero tu celular estaba apagado, ¿en dónde te habías metido? —Cuestionó a nuestra amiga.
—Estuve ocupada. —Le cortó, nerviosa. ¿Rasheld nerviosa? ¿Acaso era el maldito día opuesto? ¿De qué me estaba perdiendo?—. En fin, ese día Brooke llegó a casa mucho después de la media noche, y se encerró en su habitación. Ayer por la mañana toqué a su puerta y la invité a desayunar, pero se limitó a rechazarme y darme las gracias. —Gruñó—. Supongo que hoy también está actuando extraño.
Como si la hubiéramos invocado, Morello entró a la cafetería, llevaba botas de combate negras, y sus jeans tenían cortes a la altura de las rodillas. Se abrió paso hasta una de las últimas mesas, en donde Axxas se encontraba, y se sentó junto a él. Finalmente caí en la cuenta de lo que había llamado mi atención, y que no había podido identificar hasta entonces.
—Está usando pantalones. —Susurré.
Ni una sola vez había visto a Morello dejar de lado sus coloridos vestidos desde que las clases habían iniciado, siempre la había visto llegar a las aulas en tacones altos, vestidos caros y luciendo su enorme sonrisa. La única vez que la había visto usar pantalones había sido en la fiesta de Léon, y la chica no se encontraba en buenas condiciones entonces.
Puede que no se encontrara bien, y que su conducta presentara grandes anomalías, pero esa chaqueta de cuero y los lentes oscuros le daban un aspecto rudo...
Y bastante sensual.
—¿Qué?
—Decía que sigue pegada a Axxas. —Le quité importancia al asunto. Rasheld me miró largamente antes de mirarlos y gruñir.
—Axxas llegó poco después de que yo intentara sacarla de su guarida, y ambos pasaron el resto del día en su cuarto, sin comer ni beber nada, o al menos nada sano, porque el frigobar de Brooke está lleno de sodas y golosinas. —Señaló.
—¿Estás preocupada por ella? —Se burló Vojsh.
—Por supuesto que sí, es mejor amiga que tú. —Devolvió el golpe, recuperando la serenidad.
—Como sea, ¿crees que vaya a la sesión del club de hoy? —Me preguntó.
—No lo sé. —Me encogí de hombros—. Pero yo no esperaría su llegada.
—Ni yo. —Apoyó la morena, tomó su bandeja de comida y se puso de pie—. Los veré más tarde. —Se despidió.
Vojshtech y yo devoramos las hamburguesas en cuanto ella se fue, y después fuimos en busca de su guitarra, que se encontraba en su auto, antes de dirigirnos a la sala de música.
ESTÁS LEYENDO
Ain't talking about love
RomanceCon el intimidante Marcus Dallas había cuatro reglas por seguir: Primera, no te entrometas en sus asuntos. Segunda, no te interpongas en su camino. Tercera, nunca le mientas. Y cuarta, y más importante, jamás te metas con "ella". Pero, ¿quién era "e...