Marcus - Capítulo 9: Silueta.

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—Bien chicos, esta semana será de musicales, así que los que quieran presentar algún número, deberán apegarse a la temática. —Anunciaba Vojshtech—. Para los que no están familiarizados con los musicales, preparé una lista de los más icónicos y populares de Broadway, así pueden decidir si alguno es de su agrado o no.

Comenzó a repartir fotocopias entre los integrantes del club, yo me encontraba recargado contra una columna del escenario con los brazos cruzados, Morello estaba sentada sobre un amplificador, balanceando sus pies impacientemente, y los demás practicaban con sus instrumentos en diferentes partes de la sala. La rubia negó cuando Vojsh le tendió su lista de recomendaciones.

—Gracias, pero no la necesito. —Rechazó con una sonrisa.

—¿Tienes ya uno en mente? —Ella asintió, satisfecha.

—Por favor, que no sea Cats*. —Pedí en tono de burla. Ella frunció el ceño.

—No elegí Cats, pero es un musical excelente. —Defendió. Bufé.

—Por favor, ¿qué tan profundo puede ser ver a un montón de tipos disfrazados de gatos cantando canciones melosas?

—La estructura musical de los números es impresionante. —Se encogió de hombros—. No todos pueden apreciarlo. —Le dediqué una sonrisa desafiante.

—Seguro, ahora, ilumínanos, ¿qué impresionante obra te hizo elegirla por encima de algo tan magnifico como Cats? —Ella rompió a reír.

Cualquier otra persona se hubiera ofendido, pensando en que realmente quería molestarla, incluso mis amigos del Valhalla se tomaban muy a pecho todo lo que decía, porque no tenían ni la menor idea de lo que era el sarcasmo, pero no la rubia, no, Morello no era cualquier tipo de persona.

Heathers*. —Informó, con orgullo

—¡Por Odín! Eso es incluso peor que los felinos. —Su armoniosa risa se dejó oír.

—A mí me gusta. —Aportó el pelinegro.

Heathers era un musical que hablaba de una preparatoria que un grupo de tres chicas tenía bajo su control debido a su popularidad, cuando de la nada aparece Verónica, una nerd completamente invisible que ayuda al trío maravilla a saltar clases, y hace que ellas se interesen en los beneficios de tenerla como amiga, entonces las tres chicas, que por cierto comparten el mismo nombre, se vuelven sus hadas madrinas, le dan un cambio de look, y Verónica enloquece de felicidad. Todo va como el típico cliché de las telenovelas, hasta que aparece un chico nuevo en la ciudad, un psicópata que se enamora de la protagonista, y es ahí es cuando comienzan los problemas... y los asesinatos.

Era un musical para chicas, y por desgracia, uno muy bueno.

No era un fanático de la historia, pero las canciones eran divertidas, ingeniosas, y muy pegajosas. Me quedé en silencio, esperando a que alguno de los dos dijera algo más.

—¿Se puede saber que musical elegirás tú?

—No me presentaré, pero si tuviera que elegir uno, sería Los miserables*. —Me encogí de hombros—. O El fantasma de la ópera*.

—Son clásicos hermosos. —Aceptó—. ¿Por qué no te presentaras?

¿Tenía que saberlo todo?

¿Tan difícil le parecía dejar pasar algo?

—No me gusta tocar en público, llama demasiado la atención. —Siseé. Aunque esa no era la razón principal, no le había mentido, y aún así, me miró largamente antes de suspirar.

Ain't talking about loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora