—¿Has visto a Brooke?
—No. —Respondí confundido—. ¿No ibas a verla ayer? —Me extrañé. Vojshtech asintió.
—Ese era el plan, pero no pude confirmar el encuentro, jamás respondió mis mensajes. —Contó. Tomé mis cosas y cerré la puerta del pequeño casillero del que me habían provisto.
—Quizá algo le ocurrió a su teléfono. —Sugerí—. Vamos, quiero llegar antes, debo revisar el ejercicio de la clase pasada.
—No pude terminarlo. —Se quejó mientras caminábamos hacia nuestra siguiente clase—. Es imposible. —Hice una mueca, porque a mí también me había dado muchos problemas.
—Yo sí lo terminé, pero mi resultado no tiene mucho sentido. —Expliqué—. Estoy casi seguro de que está mal.
Después de llevar a Gerry a su casa, había pasado el día anterior tratando de resolver el maldito problema, y después de horas de intentos fallidos, al fin pude terminarlo. Pero mi resultado carecía de coherencia, y eso me había irritado en muchos niveles. Sentado frente al escritorio de mi habitación, se me ocurrió que el problema debía haber sido un juego de niños para Morello, e incluso había pensado utilizar su número por primera vez, y llamarla para preguntarle si había conseguido resolverlo.
Ahora, escuchando a Vojshtech, me alegraba de no haberlo hecho.
Fuimos directo al lugar donde tomaríamos física, el profesor ya se encontraba en su escritorio, pero el lugar estaba casi vacío. Sí, casi vacío, porque inmediatamente pude detectar a Morello, sentada en la última fila, junto a Axxas. Ambos llevaban lentes oscuros, y compartían la misma expresión seria.
¿Qué hacía Axxas aquí?
Comprendía que Morello compartía varias clases conmigo, a pesar de ser menor, por su conocimiento, pero estaba seguro de que Axxas sobraba en este lugar, porque todas sus clases eran de un grado menor que las nuestras.
—¿Axxas? ¿Qué ocurre con Brooke? —Se extrañó mi amigo.
—¿A qué te refieres? —Cuestioné mientras tomábamos nuestros puestos de siempre.
—¿En verdad lo preguntas? —Levanté una ceja, pero me giré para mirar a la rubia, que ni siquiera había reparado en nuestra presencia. Había algo extraño en su aspecto que no pude identificar, pero por lo demás, parecía que se había puesto de acuerdo con Axxas para vestirse, ambos llevaban chaquetas de cuero, jeans, botas, y los lentes oscuros que ya había notado. Pero no fue eso lo que llamo mi atención, sino su expresión.
Morello no sonreía.
Fruncí el ceño extrañado al verla mirar su celular distraidamente. Bueno, su celular parecía estar en excelentes condiciones, así que la única explicación lógica era que ella había ignorado a Vojshtech deliberadamente.
—¿Crees que se encuentre bien?
—Esp...
—Muy bien, comenzaremos con la lección. —La voz de nuestro profesor se dejó escuchar por todo el lugar, no me había dado cuenta de que el aula se había llenado casi por completo hasta que él comenzó a escribir el dichoso problema en la pizarra—. ¿Alguno de ustedes pudo resolverlo? —La clase entera se quedó callada, lo que no pareció agradar al docente, quien se giró, molesto—. ¿Nadie? —El silencio se prolongó con aquella pregunta—. ¿Señor Dallas? —Negué, avergonzado—. No necesito decirles que deberían haber tenido ese problema listo para hoy. —Nos recordó antes de centrar su atención en el fondo de la sala—. ¿Señorita Morello? —Todos se volvieron para mirarla, esperando que ayudara a disminuir la tensión del momento, pero ella ni siquiera parecía haberse dado cuenta de ello, porque su vista estaba perdida en la ventana—. ¡Señorita Morello! —La aludida dio un respingo, y reaccionó al fin.
—Una disculpa, profesor, ¿me llamaba? —El tono desinteresado en su voz había hecho un enorme contraste con sus palabras, y levanté una ceja hasta que me dolió la frente.
¿Era esa la chica con la que habíamos pasado el rato un par de días atrás?
—Señorita Morello, me parece que he sido bastante comprensivo con usted, pero nada justifica su apatía. —Gruñó nuestro profesor—. Cedí a sus peticiones, y a cambio de ello exijo que al menos haga un mínimo esfuerzo por poner atención a mi clase, y ni usted, ni su invitado tuvieron siquiera la educación para quitarse las gafas. —Señaló mordaz—. Hablábamos del ejercicio de la clase pasada, espero que al menos se haya preocupado por intentar resolverlo.
Morello miró en su dirección un par de segundos, para finalmente negar lentamente.
—Tiene razón, lo siento. —Se disculpó—. No resolví el ejercicio. —Informó, apenada. El señor Evans frunció el ceño, esta vez, sorprendido.
—Bueno, no creí que fuera algo tan complicado. —Comentó a nadie en particular, más tranquilo, pero aturdido, y perplejo por saber que ni siquiera ella había podido encontrar la solución—. ¿En qué parte tuvo dificultades? —Tomó el mando, dispuesto a comenzar a explicar su procedimiento en la pizarra. Levanté la mano, esperando que pudiera resolver mis dudas después de las de ella.
—No lo sé. —Se encogió de hombros—. No tuve la oportunidad de intentar resolverlo.
Esa fue la gota que colmó el vaso.
—¡Y aún así tiene la desfachatez de presentarse en mi clase! ¡Salga de aquí ahora mismo! Vaya, y no regrese hasta que haya encontrado la solución. —Vociferó, su rostro estaba rojo de ira, y no se movió de la puerta sino hasta que Axxas y la rubia tomaron sus cosas y caminaron hacia la salida.
Ambos bufaron, pero mientras que la chica parecía querer salir cuanto antes, el idiota fue directo al frente del salón.
—Brooke. —Tomó uno de los plumones, y se lo tendió a su amiga. Ella lo pensó sólo un segundo antes de poner manos a la obra, y llenar de ecuaciones el pizarrón. No se detuvo ni dudó en todo el procedimiento, y al llegar al final, dejó el plumón sobre el escritorio y salió, con el imbécil pisándole los talones.
Entonces todo se quedó en calma.
¿Qué mierda acababa de pasar ?
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¡Hola!
¿Qué demonios ocurre con Brooke? ¿Marcus curioso? ¿Lo aman? Yo sí :3
Éste capítulo está dedicado a MaiaRossAutora :) (Gracias por sacar esa canción de mi mente xD), espero que les haya gustado :3
Sí, sí, mucho tiempo sin capítulo, no tengo vergüenza, ni perdón...
¿Sirve de algo si digo que habrá doble actualización? Yo sé que sí, así que pendientes ;)
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¡Nos leeremos después!
All Kooper
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Ain't talking about love
RomanceCon el intimidante Marcus Dallas había cuatro reglas por seguir: Primera, no te entrometas en sus asuntos. Segunda, no te interpongas en su camino. Tercera, nunca le mientas. Y cuarta, y más importante, jamás te metas con "ella". Pero, ¿quién era "e...