La música inundaba mis oídos mientras recorría la pista de atletismo del campus.
Las practicas de football habían terminado junto con la temporada, pero esa no era una excusa válida para dejar de ejercitarme. Hace casi medio año me hicieron notar que correr era una buena manera de ejercitarme, pensar, y relajarme, todo al mismo tiempo, y desde ése momento me había vuelto un aficionado. El único problema era que en momentos como ése, era imposible no quedarme sólo conmigo mismo, y eso era demasiado agobiante en ésta etapa de mi vida.
...
—Sigo sin entender cuál es el problema. —Ella llevó uno de sus pequeños dedos a su mejilla, observando la pared que había estado pintando desde hacía horas. Estaba llena de manchas de diferentes colores, y el overall* de mezclilla que llevaba, rivalizaba con la misma pared en cuanto a la cantidad de pintura que tenían encima—. Estás exagerando, fortachón.
—Los lobos no son verdes. —Obvié—. Eso no parece ni siquiera un perro.
—Lo dices porque no le he dado el toque final. —Tomó una pequeña lata de pintura azul , y la lanzó contra el deforme lobo que había pintado, cubriéndolo casi por completo, y después hizo lo mismo con la pintura roja, entonces, tomó un pincel, y trazó una linea amarilla en mi nariz, echándose a reír.
—Estás loca. —La abracé, riendo, pero volqué un frasco con pintura negra sobre su cabello en cuanto se había descuidado.
—¡No, Marcus! —Reía, mientras nos lanzábamos pintura de todos los colores. La levanté sobre mi hombro, y la hice dar vueltas, hasta que ambos terminamos mareados, en el suelo de la habitación, y muertos de risa. Ella se levantó, y se inclinó sobre mis labios, dejando un beso verde sobre ellos—. Te quiero. —Susurró.
...
Sacudí la cabeza, intentando sacar el recuerdo de mi mente.
Suspiré, frustrado, y aumenté la velocidad. Seguí corriendo, concentrándome en la melodía que marcaba el ritmo de mi carrera, siguiendo la letra de ésta mentalmente, adaptando mis pasos a su velocidad, y fijando la vista en el camino. Pude ver a Rasheld hacer lo mismo en el otro extremo del lugar, y tuve cuidado de no cruzarme con ella. No solía evitarla, pero teniendo que pasar tanto tiempo entre tantas personas todos los días, me gustaba tener un poco de tiempo para mí, a pesar de que a veces no supiera muy bien qué hacer con él.
Di un par de vueltas más, y regresé a la residencia, me di una ducha con agua muy caliente, y comencé a alistarme para mi primera clase del día.
Una semana había pasado desde que comenzaran las clases, y al fin estaba volviendo a habituarme a la rutina. Compartía un par de clases con Rasheld, tres con Vojshtech, y casi todas con Morello. Al parecer la rubia había sido del agrado de los otros dos, así que había tenido que convivir con ella más tiempo de lo normal. Aún no terminaba de formarme una opinión sobre ella, pero no podía evitar sentir que mi espacio estaba siendo invadido por aquella chica.
El día de Vojshtech había iniciado más temprano, así que ya no se encontraba en la residencia para cuando salí hacia el campus en mi auto. A la mitad del camino pude ver a Rasheld nuevamente, llevaba un gran impermeable azul en una mano, y su bolso en la otra. Me detuve y abrí al puerta del copiloto, lanzando mi mochila que descansaba en dicho sitio al asiento trasero, ella sonrió levemente al verme, y subió al auto.
—Gracias, no esperaba verte tan temprano. —Hoy no coincidíamos en ninguna clase, pero habíamos arreglado que nos veríamos un par de veces por semana en uno de los hangares de la escuela después de clases, para la construcción del modelo—. ¿Ahora te dedicas a salvar damiselas en apuros? —Levantó una ceja, y supe de inmediato a lo que se refería.
![](https://img.wattpad.com/cover/136922440-288-k223521.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Ain't talking about love
RomanceCon el intimidante Marcus Dallas había cuatro reglas por seguir: Primera, no te entrometas en sus asuntos. Segunda, no te interpongas en su camino. Tercera, nunca le mientas. Y cuarta, y más importante, jamás te metas con "ella". Pero, ¿quién era "e...