Vojshtech bajó del auto cuando llegamos a mi residencia, y abrió la cajuela. Tomé el estuche de mi violín, y me lo colgué al hombro.
El trayecto había sido corto y silencioso, pero no incómodo, o al menos no para mí.
—Marcus está enseñándome a tocar la batería, pero a Rasheld no le agrada, dice que soy muy ruidoso cuando intento practicar.
—¿Rasheld toca algún instrumento? —Me interesé.
—No, ella es una chica deportiva, le gusta jugar baloncesto, y vóleibol. —Contó—. ¿Practicas algún deporte? —Asentí, sin querer decirle que había practicado muchos de ellos—. Eso pensé, te llevarás bien con ella. —Aseguró—. Me contó que compartirán habitación.
—Sí, mi compañera fue transferida, y a ella no le agradaba su residencia, así que le ofrecí compartir la mía.
—Eres amable. —Concedió con una sonrisa apenas visible, mientras tomaba un par de estuches.
A pesar de que él había sido muy amable conmigo desde que nos conocimos, era fácil darse cuenta de que no siempre actuaba así. Recordé que Axxas me había dicho que lograr sacarle una sonrisa era prácticamente imposible, y en momentos como éste, era algo muy difícil de creer.
—Me agrada, es linda.
—No habla mucho, al menos no conmigo. —Se encogió de hombros—. Es huraña.
—Quizá sólo es reservada. —Tomé lo que faltaba, y me alejé del auto, antes de detenerme dos pasos después—. Espera. —Pedí.
Fruncí el ceño al notar la tranquilidad del ambiente que nos rodeaba.
—¿Brooke? ¿Pasa algo? —Dejé mis pertenencias en el suelo, lo más rápido que pude sin dañar nada.
Eché un vistazo a la entrada de la residencia, parecía estar vacía, y no se escuchaba ningún ruido. Olfateé el aire con fuerza un par de veces, alarmada por haberme confiado.
—¿Puedes oler eso? —Pregunté estúpidamente, en vano, porque sabía que él no podría detectar nada.
—¿Oler? ¿De qué hablas, Brooke? ¿Oler qué? —Claro que el aroma era muy tenue, pero sin duda era inconfundible, y yo hubiera reconocido la fragancia aún estando dormida, o muerta, de eso estaba segura.
Olía a auto nuevo, un auto que no estaba a la vista, pero sin duda había estado aquí, y a algo más...
—Elliott. —Declaré, poniéndome en guardia.
¿Cómo había podido ser tan descuidada?
—¿Elliott? —Saqué mi celular de mi bolsillo, y se lo tendí a Vojshtech, quien soltó lo que llevaba en las manos para poder tomarlo.
—¿Puedes hacerme un favor?
—Seguro, ¿qué necesitas? —Se preocupó.
—Comienza a grabar, y no dejes de hacerlo hasta que te lo pida. —Instruí, quitándome las botas de tacón alto, pensando en que podrían disminuir mi rendimiento, y lancé al césped la chaqueta que llevaba.
—¿Grabar? —Se descolocó—. ¿De qué estás hablando? —Preguntó, aunque lo vi buscar entre las aplicaciones, desconcertado.
Probablemente esto le parecería sumamente extraño. Quizá saliera huyendo ante tal tontería, y no volviera a verlo, pero ya me preocuparía por eso después de que me ayudara a conseguir algunas buenas tomas del momento, porque esto no era algo que pasara todos los días.
—Ahora, Vojsh. —Pedí, corriendo hacia la puerta, y me siguió—. Permanece cerca, pero sólo lo suficiente para poder mantenerme dentro de la toma.
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Ain't talking about love
RomanceCon el intimidante Marcus Dallas había cuatro reglas por seguir: Primera, no te entrometas en sus asuntos. Segunda, no te interpongas en su camino. Tercera, nunca le mientas. Y cuarta, y más importante, jamás te metas con "ella". Pero, ¿quién era "e...