siete

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nemesis: the inescapable cause of ones downfall.

—Así que te lo ha devuelto —dijo Sunhee, que intentaba entender todo el lío que le había contado sobre Namjoon, el diario y mi padre—. Y te ha dejado su número de teléfono y una frase bastante tenebrosa en la última página. ¿Cuándo vas a llamarlo?

Negué con la cabeza varias veces a la vez que agarraba los cuatro libros que llevaba apilados en mis brazos con más fuerza para que no se cayeran.

No sabía si quería llamar a Namjoon, aunque hubiese sido amable conmigo cuando me encontró tan mal en casa de Heesook y me hubiese devuelto el cuaderno que deseaba destruir con tanto ahínco. Él había visto una parte de mí que yo no había querido mostrarle y yo había descubierto una parte de sí mismo que él quería muerta. Suponía que sería un poco incómodo para ambos.

—No sé, Sunhee —admití con un suspiro un tanto teatral—. Creo que me va a explotar la cabeza con este asunto. Además, mi orgullo...

—Siempre hablas de tu orgullo como si fuera algo bueno —se quejó Hye antes de que yo acabara mi frase—. Tener orgullo está bien, siempre que no te impida hacer lo que quieres. Y si llevas meses queriendo ponerte en contacto con Namjoon porque has desarrollado un amor platónico hacia él, debes querer llamarlo y hablar con él ahora que tienes la oportunidad.

Sunhee asintió para mostrar su apoyo a nuestra amiga, y yo fruncí los labios porque nada del comentario de Hye me gustaba, aunque en el fondo sabía que tenía parte de razón.

—No he desarrollado ningún amor platónico por él...

De nuevo, una de mis amigas, esta vez Sunhee, me interrumpió.

—Solo por su forma de escribir, lo sabemos. Y nos vale.

Lo reconsideré por un momento. Quitando la parte del amor, la cual era muy incierta, por lo demás no era tan mala idea. Namjoon quería disculparse conmigo (no sabía si porque ya no pensaba que estaba intentando hacerle la vida imposible de algún modo o por haberme "robado" el diario mientras yo lo pasaba mal, pero quería disculparse) y yo quería conocer su historia. Era muy posible que él no me contara nada demasiado importante, pero tampoco era imposible que lo hiciera.

Jungkook apareció detrás de nosotras y me revolvió el pelo en forma de saludo. Yo me quejé en voz baja y le contesté con un movimiento de cabeza, ya que me era imposible abrazarlo como de costumbre porque iba cargada de libros de literatura.

—¿Estás haciendo pesas, pequeña Hobbit? —se burló de mí.

Antes de poder contestarle con alguna de mis frases estrellas agarró dos de los cuatro libros que llevaba y se colocó al lado de Hye para andar con nosotras.

—Jungkook, tú conociste a Namjoon aquella noche —dijo de repente Hye y lo miró con una sonrisa un poco tímida, como siempre hacía—. ¿También crees que Minji debería llamarlo?

Por supuesto, a las chicas no les había contado toda la historia porque ellas no conocían mi drama familiar como lo hacía Jungkook y no tenía necesidad de desvelarlo. No obstante, ellas ya intuían que algo ocurría con mi madre y conmigo, por lo supuse que no tardaron en atar cabos cuando les hablé de cómo Namjoon se largó con el diario mientras yo... Bueno, yo me encargaba de un asunto.

—Ella ya conoce mi opinión al respecto —contestó Jungkook con seriedad.

Hye se sintió avergonzada al instante por haber preguntado aquello (aunque no era su culpa en absoluto) y las mejillas comenzaron a arderle.

Quise darle un golpe a Jungkook en la nuca por su mala educación. Además, sabía que Hye tenía ciertos sentimientos por él (en realidad todos lo sabíamos excepto el propio Jungkook) y eso sólo consiguió que me sintiera aún peor por ella.

Hye era una chica muy tímida. Aunque había conseguido abrirse con Sunhee y conmigo casi al cien por cien, le costaba bastante hablar con otras personas a las que no conocía tanto como a nosotras. Además, aunque Jungkook era uno más del grupo, Hye siempre era muy cuidadosa con lo que decía cuando se refería a él, y cómo lo decía.

Por eso supe que no volvería a hablar en todo el trayecto.

—Bueno, tu opinión aquí no vale nada —repliqué yo intentando que el ambiente se volviera menos tenso y pudiéramos retomar nuestra anterior conversación—. Creo que al final lo llamaré. O le escribiré un mensaje. No sé.

―Si vas a hacerlo, hazlo ya ―me insistió Sunhee sin darme ni un segundo de descanso―. Estoy muy intrigada con toda esta historia.

Solté una risita por la sinceridad de mi amiga y acomodé los libros en un solo brazo para poder sacar el móvil que descansaba en mi bolsillo. Sunhee pareció sorprendida de que yo le hiciera caso, pero pasé por alto aquel hecho.

Ya había guardado el número de Namjoon en mi agenda por si algo como lo que acababa de ocurrir tenía lugar y porque de algún modo me sentía muy agradecida con él y en el fondo quería mandar aquel mensaje. Así que solo tuve que abrir la aplicación de los mensajes instantáneos y buscar su nombre.

Hey, Namjoon. Soy Minji.

Gracias por devolverme el cuaderno, era muy importante para mi padre.

Y bueno, también para mí.

Solo quería decirte eso.

Esperé solo un par de segundos antes de devolver el móvil a su sitio. Era normal que Namjoon no me contestara al instante, aunque el "instantáneos" en "mensajes instantáneos" fuera sugerente. Así que me dediqué a escuchar como Sunhee parloteaba sobre lo emocionante que era que se hubiese formado una trama así entre un desconocido y yo y seguí caminando en dirección al autobús que tenía que coger para volver a casa.

No obstante, solo unos minutos más tarde, el móvil vibró.

―Debe ser él. Míralo, yo te agarro los libros.

No pude evitar reír de nuevo porque Sunhee estuviera más contenta que yo por todo aquello, pero en el fondo estaba un poco tensa por la posible respuesta de Namjoon.

Me alegra mucho que me hayas escrito.

No me tienes que agradecer nada, porque solo hice lo correcto.

Si sigue interesándote, podemos quedar para tomar algo.

Sonreí un poco por la inesperada contestación y respondí en cuestión de segundos.

Genial.

Solo dime lugar y hora.

:)

eufonía » kim namjoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora