Virago: a strong brave or warlike woman; a woman who exemplifies heroic traits.
Llegué a la oficina antes de lo habitual. Aunque me gustaba ser puntual, era cierto que con todo el estrés que estaba sufriendo en las últimas semanas, a veces me aferraba a las sábanas hasta que era totalmente necesario que me levantara y me arreglara un día más para ir al trabajo.
Como aquella noche la había pasado en el hospital con mi padre, no tuve ese problema. De allí fui a casa a darme una ducha y cambiarme de ropa y después directamente al edificio blanco en el que debía encerrarme por las siguientes seis horas.
Pregunté por Jieun antes de entrar a su despacho para no interrumpirla si se encontraba haciendo algo importante y su secretario me dijo que en ese momento no me podía atender y que había dejado un recado para mí en el estudio de su sobrino.
Casi me atraganté con mi propia saliva al escucharlo mencionar la existencia de Yoongi, pero me esforcé en dedicarle una sonrisa, darle las gracias y alejarme de allí sin demasiada prisa.
A pesar de las horas que eran, ya había movimiento en los pasillos. La gente ya iba de un lado a otro con cafés en las manos, gritándose mutuamente y con expresiones de disgusto en sus caras, lo que me hizo confirmar por centésima vez que aquello era a lo último a lo que me quería dedicar.
Entré sin llamar y dejé mi bolso en la silla que siempre ocupaba (la más alejada de Yoongi) antes de percatarme de que había alguien desconocido en la habitación.
Namjoon me saludó con una sonrisa radiante, como siempre hacía, y la chica a la que no había visto en mi vida me hizo una señal con la mano desde la silla en la que se había recostado y musitó un "buenos días" con un fuerte acento que no supe situar.
Era extranjera, de eso no cabía la menor duda. Tenía el pelo largo y de un castaño muy claro. Sus ojos eran grandes, azules y redondos, con unas pestañas largas que se veían aún más bonitas por el rímel que llevaba y sus rasgos eran finos y delicados, aunque su mirada decía a gritos que no era una niña buena.
Debía ser algo menor que yo, pero algo más alta. Aunque seguía sentada, pude observar que tenía las piernas largas y que se ayudaba con unos tacones gruesos.
Antes de que Namjoon pudiera abrir la boca para decir algo, la chica habló:
―Tú debes de ser... ―Cogió la carta que estaba descansando sobre la mesa y de la que yo no me había percatado hasta ese momento y leyó lo que había escrito en ella―. Hwang Minji. ¿Lo he pronunciado bien? Los nombres aún se me resisten un poco.
Asentí con la cabeza y acepté el sobre cuando ella se levantó de su asiento y me lo ofreció. Debía ser la misteriosa carta de la que habíamos estado hablando Jieun y yo el día anterior, y la joven debía ser el recado que había mencionado su secretario.
―Gracias ―contesté sin saber qué más decir, porque el aura de aquella chica me había dejado un poco a cuadros. No sabía si era debido al choque cultural o a la seguridad que emanaba, pero no sabía cómo dirigirme a ella.
―Oh, soy Jade, por cierto ―añadió con una sonrisa que consiguió que me relajara un poco―. Creo que vamos a pasar algún tiempo juntos a partir de ahora, así que debería ser más formal con vosotros. Es un placer conoceros.
―Encantada de conocerte, Jade ―dije yo e intenté adivinar lo que significaban sus últimas palabras―. ¿A qué te refieres con que vamos a pasar tiempo juntos? ¿Te vas a unir a nuestro equipo?
Intenté no sonar borde o quisquillosa. Era lo último que quería no solo frente a Jade, sino en general. No obstante, la curiosidad me estaba royendo por dentro y no pude evitar formular la pregunta.
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eufonía » kim namjoon
Fanfiction❝Quizá solo estaba enamorada de su forma de escribir, de su preciosa caligrafía y de su expresión. Quizá al conocerlo lo único que conseguiría sería una decepción más en la enorme lista que me acompañaba a todas partes. Pero debía encontrarlo.❞ ...