eufonía » kim namjoon

nueve

mellifluous: (of a voice or words) sweet or musical; pleasant to hear.

―Kim Namjoon, déjame decirte que tu plan es un tanto absurdo.

Siempre había adorado la sinceridad de mi padre porque, a pesar de que a veces sus palabras eran duras, él siempre conseguía endulzarlas de un modo u otro, sin intentarlo siquiera.

―En realidad, no lo es tanto, señor ―replicó Namjoon en el mismo tono con el que había explicado su plan, lo que me hizo suponer que no lo habían enfadado las palabras sin filtro de mi padre―. Aunque no lo crea, tiene mucho más sentido del que parece.

No quise alegar nada porque estaba tan perdida como mi padre, pero a la vez tan convencida como Namjoon. Así que esperé a que se entendieran entre ellos, ya que no quería ser la razón por la que mi padre aceptara.

―Bueno, hijo, quizá si conociera los detalles te entendería algo mejor ―admitió Daehyung, rascándose la barba de varios días (que ya necesitaba un afeitado) como siempre que se quedaba pensando dubitativo―. De todos modos, tu contenido es bueno y no habrá problema con la publicación. Así que si realmente crees que esto va a funcionar, adelante.

No fue una sorpresa para mí oír la aprobación de mi padre, así que me limité a sonrírle mientras Namjoon le daba las gracias al menos cinco veces, de forma adecuada y respetuosa.

―Hay otra cosa que quiero ―añadió Namjoon cuando yo ya creía que el encuentro había concluido―. Me gustaría que escribieras una introducción para mi libro.

Por un instante, creí que se refería a mi padre (lo cual habría sido mucho más lógico y comprensible), pero tras percatarme del silencio de ambos y la mirada impaciente de Namjoon, supuse que se estaba dirigiendo a mí.

―¿Yo? ―cuestioné sin entender la razón por la que querría eso, si ni siquiera sabía cómo escribía.

―Sí, tú.

―Pero, ¿por qué? ―insistí.

Él se encogió de hombros y una de las comisuras de sus labios se alzó en una media sonrisa. Al hacer eso me pareció un adolescente en su etapa más rebelde. Tenía un aura que podía variar de adulto millonario a adolescente adicto al rock&roll en cuestión de segundos.

―Quiero tener la oportunidad de leerte, ya que tú has tenido la oportunidad de leerme a mí.

Fruncí el ceño en respuesta a su repentina curiosidad. No sabía de dónde había nacido, pero de repente sentí la presión en mis pulmones.

―Además, creo que sabrás contar mi historia bien.

Salir de fiesta no se asemejaba tanto como Namjoon había prometido. No obstante, el ambiente no me disgustó tanto como había supuesto al observar el club desde fuera.

Jungkook estaba a mi lado. Se había negado en un principio a acompañarme, ya que Namjoon le caía mal, pero al final había conseguido convencerlo con la promesa de invitarlo a una copa.

―No me puedo creer que ese tipo estirado rapee aquí ―se quejó mi amigo casi para sí mismo, aunque pude escucharlo incluso con el insistente sonido de fondo―. Seguro que es tan malo que por eso está así de amargado.

Le lancé una mirada de advertencia. No me gustaba que hablase así de la gente, tuviera razón o no. En especial, en ese caso. Sabía que a Jungkook siempre le había atraído mucho el hip-hop y el rap, pero nunca había ido más allá de escucharlo y hacerme alguna demostración de vez en cuando. Así que supuse que, lo admitiera o no, en el fondo estaba hablando su envidia.