veintinueve

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Pronoia: the belief that the universe is conspiring in your favor; the opposite of paranoia.

Namjoon seguía acariciándole el pelo a Minji aunque hacía ya unos minutos que ésta había conseguido dormirse. Aquella simple acción conseguía calmarlo y devolverlo a la realidad, aunque sabía bien que ya no era necesario que siguiera con ella.

Se sentía culpable por no haber podido evitar que Minji sufriera durante más de dos horas tras la cena con Dakho. Se sentía culpable porque no la había advertido a pesar de que él ya tenía una idea de los posibles planes de su hermano, aunque no había estado seguro de ellos hasta que Jade lo había parado antes de que saliera de la grabación a la velocidad de la luz para buscar a Minji y le había explicado todo lo que sabía.

Cuando Minji se lanzó a sus brazos y comenzó a pedirle perdón una y otra vez, Namjoon sintió que se le partía el corazón en mil pedazos. La sacó de aquel restaurante y, una vez estuvieron en la calle, la agarró de las mejillas con delicadeza y le aseguró:

―No tienes que sentir nada. Esto es culpa de Dakho, no tuya. Es culpa mía, no tuya. Lo siento mucho, Minji.

―Si lo hubiera conseguido... Habría sido culpa mía. Tu carrera se habría visto destrozada por mi culpa, Namjoon ―respondió ella con lágrimas en los ojos―. Habría sido yo la que habría destrozado tus sueños. Y todo por mi egoísmo. Por ese estúpido trabajo.

Por supuesto, no pensaba dejar que ella pensara de esa forma por mucho más tiempo. Estaba dispuesto a hacer lo que fuera para quitarle aquella idea de la cabeza.

Jade soltó un suspiro y tomó asiento frente a él, en uno de los sillones de la estancia. Por un momento se quedó allí, observando cómo Namjoon contemplaba a Minji dormir, pero después carraspeó y se removió en el asiendo, buscando la atención de Namjoon.

―¿Crees que se le pasará? ―preguntó.

Namjoon asintió con la cabeza varias veces sin separarse ni un milímetro de Minji.

―Se le pasará ―aseguró―. Cuando sepa de ti se sentirá engañada, pero entenderá que era lo mejor y que Jieun actuó como debía.

―No era mi intención engañaros.

Namjoon sonrió y luego soltó una pequeña risa que sonó exhausta.

―Para no quererlo lo has hecho muy bien ―puntualizó él pero en su voz no se distinguía ninguna señal de reproche.

―Era más fácil cuando no os conocía ―admitió Jade encogiéndose de hombros―. Pero cuando comencé a conoceros entendí que lo que estaba haciendo era importante y no quería que os ocurriese nada malo. Así que supongo que esa fue mi razón para continuar.

―¿Ni siquiera a Yoongi? ―preguntó Namjoon con fingida sorpresa, refiriéndose a la parte en la que la chica deseaba que todos estuvieran a salvo.

―A ese gusano lo aplastaré yo misma en cuanto me cumpla el contrato.

Ambos rieron, intentando no despertar a Minji en el proceso, y después se quedaron callados de nuevo por unos minutos.

―Jieun hizo bien en mantener a tu hermano en el punto de mira y en contratar a ese tipo para que encontrara lo necesario para llevarlo a juicio ―habló Jade, rompiendo el cómodo silencio en el que se habían sumergido―. Y tú hiciste bien en contárselo todo a ella. Sin esa información nada de esto habría salido bien. Creo que el único que metió la pata fue Yoongi, y está pagando caro por ello.

―Lo sé ―admitió Namjoon frunciendo los labios―. Parece ser lo único que he hecho bien hasta ahora. Pero me sentiría un poco menos culpable si no supiera que Yoongi está en el hospital por mi culpa.

―En teoría es culpa mía. Yo era la responsable de que Yoongi no se enterara del asunto de tu hermano y su tía. Tú no podías saber lo que Dakho pretendía o lo que pretendíamos nosotros. Deja de autoflagelarte. Ya está hecho y ya no hay vuelta atrás. Minji y tú vais a estar bien, tu hermano va a pasar una temporada en la cárcel y Yoongi no puede quedarse más feo de lo que ya era, así que lo superará.

Namjoon alzó la vista para encontrarse con los ojos azules de Jade.

Saber que Jieun tenía un plan para conseguir pruebas contra su hermano había sido sorprendente pero lo de Yoongi había sido aún peor.

Yoongi, su amigo, el mismo que se dedicaba a amenazar a la gente en el trabajo y a demostrar su mal humor a todo aquel que se cruzaba en su camino había arriesgado su integridad física y su cordura para ayudarlo.

Y gracias a eso habían conseguido pruebas más que sólidas para denunciar a Dakho por agresión, lo cual se sumaría a las amenazas y a las pruebas que el propio Namjoon tenía (que, aunque no eran tan fiables como a él le habría gustado, al menos podían ser presentadas en el juicio) y conseguirían mandar a Dakho a la cárcel.

Namjoon sabía que su padre pagaría la fianza tan pronto como tuviera la oportunidad de hacerlo. También sabía que la relación con su familia acabaría en cuanto todo aquello saliera a la luz, y que no tendría a donde ir o con quien contar, pero aquello era lo que debía hacer. Lo sabía.

Además, estaba seguro de que, a pesar de todo, su padre acabaría destituyendo a Dakho y aunque Namjoon ya no pensara en la venganza como algo dulce, creía que su hermano se merecía eso al menos.

―Iré a ver a Yoongi mañana. Y a mi padre.

―¿Irás al hospital a darle las gracias a Min o a acabar con él del todo?

―Quizá ambas cosas.

eufonía » kim namjoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora