Jane Lowell, regresaba a su departamento, luego de una larga y extensa jornada laboral.
Lo único que deseaba en ese momento, era meterse en la cama, y dormir hasta el día siguiente, quizás hasta las doce, o dos de la tarde.
Era su día de descanso, y pensaba disfrutarlo lo mayor posible.
Colocó la llave dentro de la cerradura, y se sorprendió al ver que estaba abierta. No recordaba haberla dejado de ese modo.
Pero como había salido a las apuradas, para no llegar tarde al trabajo, le restó importancia, ya que no era la primera vez que lo hacía.
Entró, y notó que todo seguía en penumbras, al menos no había dejado las luces encendidas.
Bostezó con cansancio, y se quitó los zapatos, mientras maldecía en silencio a su jefe, y camina directo a su habitación.
Fue entonces que sintió que pisaba con su pie izquierdo, algo frío y pegajoso.
Miró hacia abajo, y encendió la linterna de su celular, aputando hacia abajo.
Era rojo... Era rojo y era sangre fresca.
Sintió como comenzaba a faltarle el aire, y todo empezaba a darle vueltas en ese momento.
Alguien estaba en su casa.
Hizo un paso hacia atrás, dispuesta a irse corriendo de allí, y llamar a la policía, cuando vio como entre la oscuridad de su habitación, salía un alto tipo vestido de negro, y la apuntaba con un arma.
—Haces un pequeño ruido, o gritas, y juro que te mato.
Ella apretó los labios, y negó con la cabeza, comenzando a temblar del terror.
—Eso es, buena niña —sonrió acercándose—. Y ahora me ayudarás, camina a la habitación.
—P-Por favor no me hagas daño —le pidió en un sollozo.
—Camina a la habitación —repitió con molestia.
Con pasos temblorosos, entró a su habitación, comenzando a llorar.
Él la observó con molestia ¿Por qué demonios lloraba?
—¿Qué te pasa? ¿Por qué lloras?
—N-No quiero morir.
—Lo hubieras pensando antes de traicionarnos.
—¿T-Traicionarlos?
—¿Crees qué podrías jugar con nosotros? ¿Llevarte el botín sin qué nos diéramos cuenta?
—No s-sé de que hablas.
Chasqueó la lengua, y le arrojó un bolso que la hizo caer sentada en su cama, debido al peso del mismo.
—¿En dónde crees que lo encontré, princesa? Eres muy estúpida para haberlo ocultado en tu armario.
—Yo jamás vi este bolso —pronunció desconcertada.
—Me estás hartando maldita puta. Si no fuera que me pidieron que te llevara con vida, ya te habría asesinado apenas abriste esa puerta.
—P-Pero yo no e-estoy mintiendo —le dijo comenzando a llorar una vez más—. N-No sé q-quien eres, que es esto, o p-porqué estás aquí.
Se acercó a la cama, y la tomó del cuello, tirándola hacia atrás, subiéndose encima de ella.
—¿Quieres terminar como él? —le preguntó girándole el rostro sin cuidado alguno, mostrándole el cuerpo inerte de un tipo detrás de la cama.
—No, por favor, no me mates —lloró con desesperación—. Yo no hice nada, lo juro.
—Deja de fingir, Alicia —masculló de rabia—. Me traicionaste, y culpa tuya, yo también estoy con la soga en el cuello.
—Yo no soy Alicia —sollozó cerrando los ojos—. Mi nombre es Jane, Jane Lowell.
La observó extrañado, y extendió su mano hacia el velador que estaba sobre la mesa de noche.
Encendió la lampara, y observó aturdido a la chica.
—Maldita sea —pronunció alejándose de ella.
No era Alicia, se había equivocado. No era la mujer que él estaba buscando.
...
Por ahora, los capítulos serán así cortitos ❤💕
(A menos que luego los pidan más largos 👀❤)