—Él habló muy bien de ti.
Michelle la observó sorprendida, y luego sonrió.
—Tuve el mejor maestro.
—¿Quién?
—Mike —sonrió atándose el cabello—. Mike me enseñó todo lo que sé. Y cuando lo conocí, él era muy parecido a lo que Judas es ahora.
—¿Cambió por ti?
—Creo que sólo lo ayudé a salir del pozo donde estaba.
—Yo dudo... Que Judas algún día me vea con tanta... Admiración, como a ti.
—Mm, eso veremos. Dime ¿en qué eres buena?
—¿E-En qué soy buena?
—Ajá. ¿Alguna vez hiciste algún tipo de deporte?
—Am, no realmente.
—Mm, bueno, va a ser un poco difícil. ¿En que trabajabas antes?
—Era secretaria en una clínica privada.
Suspiró y se rascó la cabeza, pensando.
—Wou, completamente diferente a esto. Bueno, empezaremos a entrenar, y de a poco, yo sé que conseguiremos que tu hombre, se sienta orgulloso de ti —le dijo divertida, guiñándole un ojo.
—¿M-Mi hombre?
—Uff, y que hombre —le dijo traviesa, haciéndola sonrojarse.
-o-o-o-o-
"—Dime la verdad.
—Es la verdad, mi amor —sonrió dándole un beso corto.
Ambos estaban en la cama, y ella encima de él.
—Tendremos un bebito.
—Alicia, no es un buen momento. Estamos metidos en un trabajo... Muy jodido ¿por qué demonios no te cuidaste?
—¿Sólo yo debía cuidarme?
—No lo hice, porque dijiste que tú lo harías.
—Jud, el bebé ya está, no hay nada más que hacer. Creí que estarías feliz, como yo.
—No puedo estar feliz, cuando la vida de ambos podría estar en peligro.
—De los tres —sonrió acariciándole el rostro—. Pero todo estará bien. Sólo hay que llevar el pedido, y ya.
—No es tan fácil.
—Yo puedo llevarlo por ti si quieres.
—No.
—¿Por qué? ¿No confías en mi?
—Alicia-
—Nos conocemos desde hace dos años, Judas. Te he cuidado la espalda siempre. No puedo creer que no confies en mi.
—Lo siento, pero sabes como soy.
—Está bien, si al menos no quieres que yo lo entregue. Podrías, aunque sea, confiarle a la madre de tu hijo, donde está el pedido.
La observó a los ojos, en silencio.
—Sólo tú sabes donde podría estar."
Maldijo su suerte por haber confiado en ella, por haberla encontrado... Por haberla aceptado.
Alicia se había metido bajo su piel, lo había hecho flaquear. Había confiado en ella, y se había equivocado.
Y gracias a ella, había asesinado a un inocente. Había deshecho una familia entera.
