Estaban las dos en el patio trasero de la casa, tomando una taza de té, mientras sus hijos estaban adentro jugando.
—¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes? Te ves bien —sonrió Michelle.
—Estoy bien, algo... Confundida —suspiró, apoyándose contra la mesa—. No sé cómo sentirme con respecto con lo que pasó.
—¿Quieres contarme?
—Nuestras relación es complicada, pero hoy, luego de que saliera de mi clase de baile, y me hiciera perder mi compañero —pronunció molesta—... Nosotros tuvimos sexo.... Varias veces.
—¡Oh Dios! —exclamó sorprendida, llevándose ambas manos a la boca, antes de reír y mirarla divertida—. ¡No puedo creerlo! Es decir, te dije que Judas se veía diferente contigo aquí. ¿Dónde lo hicieron? ¿En la casa con el niño aquí? ¿Te llevó a un hotel? ¿Cómo fue?
—En el auto —murmuró mirando hacia abajo.
Jane la miró sorprendida, y luego rompió a reír.
—¿Cómo que en el auto? ¿Tan desesperados estaban?
—Es que no fue planeado, sólo pasó.
—¿Y cómo te sentiste? ¿Cómo te hizo sentir? ¿Fue cuidadoso?
—Me hizo sentir bien, no lo sé —pronunció incómoda—... Llevaba mucho tiempo de estar con un hombre, y deseaba hacerlo cuando comenzó. No quería que se detuviera.
—Ow ¡Qué emoción! —exclamó con una gran sonrisa—. ¿Y luego que pasó?
—Llegamos a casa y se fue. No ha regresado aún.
—No le tomes importancia —le dijo despreocupada, haciendo un ademán con su mano—. Debe andar por ahí como loco, con cientas de dudas también, sin saber cómo va a continuar todo con ustedes.
—Y yo tampoco lo sé.
—¿Tú qué sientes?
—No lo sé, ya no sé que siento por él. Jamás me pidió perdón por lo que le hizo a mi padre, y ese es un dolor que ha quedado guardado para mí. Pero... Si no fuera por él, jamás habría vuelto a ver a Jared. Él no sólo salvó a mi hijo, sino también mi vida. Y supongo que de una forma muy extraña, le importo.
—Es que Judas es muy complicado, Jane. Pero creo que él también se encuentra en un gran dilema contigo —le dijo con desdén, antes de pensar en una "solución" y sonreír—. ¡Lo tengo! Ya que harás para saberlo.
***
Michelle se había llevado a Jared a su casa, no sin antes avisarle a Judas, diciéndole que los niños querían hacer una pijama. Y el castaño no había tenido problemas, con la condición de que lo llevara a la mañana siguiente.
Jane se observó en el espejo, y terminó de peinarse. Su cabello había crecido más, y ahora le llegaba casi hasta los hombros. Pero ella lo había recogido para aquella ocasión.
Llevaba un vestido rojo, ceñido al cuerpo,y apenas un poco de maquillaje. Ni a ella ni a Judas le gustaba cuando estaba muy "producida".
Observó la hora en su celular, y se apresuró a bajar, al ver por su ventana que había llegado el auto de él. Se acomodó el vestido, y esperó a que el castaño entra a la casa, en los pies de las escaleras.
—Buenas noches —sonrió, al verlo entrar, captando su atención.
—Hola —le dijo dirigiéndose a su oficina.
Jane lo miró desilusionada, y lo siguió por detrás. Él ni se había inmutado... Y ella se había preparado tanto para él.
—Creí que podríamos cenar juntos.
—Luego, estoy ocupado ahora, Jane.
—¿Puedo ayudarte en algo?
—No —le dijo buscando algo en una de las gavetas de su escritorio.
—¿Saldrás?
—Sí, no me esperes despierta, no sé si volveré esta noche.
Ella lo miró afligida, y se abrazó así misma. Al final, todo había sido en vano. Tanto prepararse ella, la cena, que ella misma había preparado, para que él no se quedara.
Judas pasó por su lado, y salió del pasillo. Regresando unos segundos después. Se acercó a Jane, que estaba mirando hacia abajo, y la tomó del rostro, mirándola a los ojos.
Él no dijo nada, simplemente la besó. Un beso suave, que pronto fue subiendo en intensidad. Jane pasó sus brazos por detrás de su cuello, y lo abrazó, ansiosa, acercándolo más a ella.
Pero Judas no podía quedarse.
—No salgas de la casa —le dijo antes de soltarla e irse.
La morena respiró profundo, recuperando el aliento, y no le quedó más que aceptar que su cena se había arruinado.
***
No era fácil dejar su pasado atrás, cuando eso suponía dejar su puesto. Los problemas y enemigos no iban a desaparecer, por más que le diera su lugar a alguien más.
Aún debía seguir ocupándose de ciertos asuntos, y jamás podría vivir en paz. Ni él, ni su familia. De todos modos, ya se estaba ocupando para obtener nuevas entradas de dinero.
Fue hasta la habitación de Jane, y la morena estaba durmiendo, tapada con una suave sábana color salmón. Al final, no le había dicho que se veía hermosa con aquel vestido rojo.
Pero tampoco podía hacerlo.
Se sentó en la cama, y la destapó, observando que ella estaba durmiendo con un camisón muy corto, que estaba por encima de sus glúteos ya.
Sonrió levemente, y apretó una de sus nalgas, escuchándola quejarse.
Se puso de pie, y se quitó rápidamente la ropa, antes de meterse en la cama con ella, y abrazarla desde atrás. Le separó los muslos con una de sus piernas, y llevó una de sus manos a su entrepierna, y la otra la metió por debajo de su camisón, hacia uno de sus pechos, masajeándolo.
—Judas —jadeó Jane, pegándose a su cuerpo.
El castaño rozó sus labios por la piel de su cuello, y luego mordió y lamió su piel, escuchándola jadear, al meter la mano dentro de sus bragas, y acariciar su intimidad.
Jane llevó uno de sus brazos hacia atrás, y lo tomó del rostro, para girar el suyo y besarlo. Estaba demasiado ansiosa, caliente, y sólo quería estar con él, que Judas la follara.
Jane se giró entre sus brazos, y él se colocó arriba de ella, volviéndola a besar, separándole los muslos para colocarse entre ellos.
—Hazlo —le pidió con los ojos cerrados, rozando sus labios.
—¿Qué quieres?
—Que me folles.
Se bajó el boxer, y acercó su dura erección a la entrada de ella, sin penetrarla.
—Creo que tú aún debes decirme algo —pronunció en un tono ronco, pasando de arriba a bajo su miembro entre sus labios.
—J-Judas.
—Dí que eres mías, o no vas a tener más nada de mí.
...
Hasta aquí por hoy amores, debo levantarme temprano mañana 💔