—Supongo que tú ya sabes mi vida entera, y aunque lo niegues, sé que es así. ¿Pero que hay de ti? Además de Mike ¿tienes más hermanos?
Judas la observó inexpresivo. ¿Qué le hacía creer que él le contaría sobre su vida privada?
—Sí sabes que no me iré de aquí.
—¿Por qué debería contarte mi vida?
—¿Y por qué no? ¿Cambia algo tú presente o futuro?
—No.
—¿Entonces? ¿Tienes más hermanos? ¿O hijos? —le inquirió curiosa—. ¿O Jared es el único?
La miró fijo a los ojos, luciendo serio. Y Jane esperó a que respondiera algo, pero al no recibir respuesta alguna, bufó con molestia y miró por la ventana.
Ya llevaban dos días del mismo modo. Judas se quedaba en su habitación, y tenía que soportar su presencia, sin intercambiar palabras.
El único avances es que había podido hablar con Jared, y que a pesar de la operación, ella se sentía mejor.
—Me he cuidado en todas mis relaciones, mi intención jamás fue traer un hijo al mundo. No con este mundo podrido, con personas como yo, o los que me ayudaron a ser así.
Jane giró su rostro, y lo observó en silencio.
—No sé qué pasó contigo, cómo fue que quedaste embarazada.
—¿Sospechaste que Jared no fuera tú hijo?
—Lo hice, y me realicé un análisis para comprobarlo. Es por eso que no entiendo cómo fue que ocurrió, siempre nos cuidados.
—Yo tampoco sé cómo pasó —murmuró.
—Perdí a mis padres cuando era un bebé, y viví durante mucho tiempo en la calle con Mike.
—Entonces sólo son ustedes dos.
—Siempre hemos sido nosotros dos, hasta que llegó Michelle.
—¿Estabas enamorado también de ella?
Judas le dedicó una de esas miradas suyas amenazantes, que a más de uno había aterrado, y hecho bajar la cabeza.
—¿Cómo se te puede ocurrir algo así?
—¿Y por qué no?
Negó con la cabeza, restándole importancia, y mirando hacia otro lado. Era una estúpida.
—Yo no te traicioné —le dijo ella en un tono bajo.
—No, entregarme a la policía no es traición —pronunció con cinismo.
—Yo no llamé a la policía, Judas. Lo único que quería... Era ver a mis padres, sólo eso. ¿Pero cómo iba a hacértelo entender? Tú jamás lo hubieras permitido. Y cuando me enteré que tú habías asesinado a mi padre, quería enfrentarte, saber porqué lo habías hecho. Sí, quería irme y no volver a verte, pero jamás te hubiese entregado.
—¿Por qué debería creerlo?
—Porque sabía al peligro que me enfrentaba si lo hacía. No soy estúpida, sabía que tú buscarías vengarte, y asesinarme. Porque tú... Sabías que estaba enamorada de ti —le dijo con rabia, frustrada—. No estaba bien, sabía muy bien que no estaba bien lo que sentía por ti, pero era real.
—Sí Jane, aprendiste muy bien a engañar y mentir durante el tiempo que viviste conmigo.
—Tú sabes que eso es mentira —le dijo negando con la cabeza—. Sabes muy bien que yo te amaba.
Apretó los dientes al escuchar aquello, y se puso de pie, yéndose de la habitación. Jane se quedó viendo la puerta, confundida ¿Qué le pasaba?
***
"La aferró a su cuerpo, tomándola por encima del trasero, mientras la embestía con fuerza, y escuchaba sus gemidos, casi pegados a su oído, ya que ella estaba sentada en sus muslos.
—J-Judas —le pidió al borde de llegar, casi una súplica.
La tomó del rostro con una de sus manos, y observó sus ojos oscuros, semi abiertos, con la mirada perdida en placer. Acercó su pulgar a los labios de ella, y la morena lo chupó, cerrando los ojos.
Lo quitó de su boca, y guió su mano hacia la intimidad de ella, frotando suavemente su clítoris. Jane se abrazó a él, gimiendo más alto, enterrando sus uñas en la espalda de él.
—T-Te amo —se escapó de sus labios, en un leve susurró... Qué ella deseó que él no hubiese escuchado."
Respiró de forma errática, sintiéndose apresado en su propio cuerpo y mente. Una desesperación que hacía mucho no sentía, y lo alteraba más.
Sentía que su corazón iba a explotar dentro de su pecho, y como el aire le faltaba, apesar de estar respirando de esa forma tan desesperada.
Apretó los puños, y se sentó en el suelo, apoyando su espalda contra la pared, escondiendo su rostro entre las rodillas, obligándose a tranquilizarse.
"Ella está viva, ella está viva" se dijo internamente, para intentar alcanzar esa tranquilidad imperturbable, que lo caracterizaba.
Apretó sus dedos alrededor de sus muslos, y luego de unos minutos, comenzó lentamente a relajarse. Cerca del final de su adolescencia, cuando tenía alrededor de veinte años, Judas había comenzado a consumir lo que vendía.
Las drogas ayudaban a empeorar o aliviar sus ataques de ansiedad, que terminaban en ataques psicóticos muchas veces... Llevándolo a cometer muchos actos deplorables, atroces.
¿Quién puede crecer sano luego de lo que había vivido?
Mike lo había ayudado a salir de sus adicciones, y dejar de ser dependiente de las drogas, para poder superar sus ataques. Y con el tiempo, el castaño había aceptado la ayuda de un psicólogo, que había mejorado su temperamento.
Respiró profundo, y se pasó una mano por el cabello, ya recuperándose de aquel brote de ansiedad. Las emociones fuertes, disparaban aquellos malditos ataques.
Y Judas lo aceptaba, estaba enfermo.
***
Con ayuda de la enfermera, Jane terminó de vestirse. Tres días había pasado en la clínica, pero finalmente el médico le había firmado el alta.
Sólo unas horas más, y podría ver a su hijo. Pero por otro lado, desde la tarde anterior no veía a Judas, ni siquiera sabía si él seguía en la clínica, o ya se había ido.
Le pidió un momento a la enfermera para ir al baño, y luego de orinar, se observó la costura de la operación, que estaba por encima de su pubis.
Sí, sería una cicatriz que llevaría para toda la vida, pero si al final lograba ganarle al cáncer, valdría la pena, y la llevaría con orgullo.
Y se sentía positiva, Jane lucharía hasta las últimas de sus fuerzas, por vivir lo mayor posible junto a su hijo.
...