"Lo abrazó a ella, respirando pesando contra su oído, mientras sentía sus profundas y lentas estocadas, haciéndola delirar.
No sabía cómo, pero él sabía darle al punto exacto. Él sabía dónde tocar, dónde besar, para hacerle perder la cabeza. Judas podía hacerla delirar.
—Judas —gimió apretando sus dedos en la espalda de él—. M-Más... Más rápido.
La tomó de las caderas, y cumpliendo con su pedido, no sólo la embistió más rápido, sino más fuerte."
Observó a ese hombre inexpresivo, sentando junto a su hijo a orillas del lago, ambos con sus cañas, esperando pescar algo.
Y después de casi siete años, él le parecía más serio, más callado... Más amargado. Y era un hombre joven aún, demasiado joven, para estar tan podrido en alma.
"Ella acarició suavemente su rostro, su frente, y sonrió. Estaba acostada a su lado, pero apoyando su pecho sobre el de él, muy cerca uno del otro.
—Deberías sonreír más —le dijo acariciándole un lado de su cabeza, su corto cabello.
—¿Por qué debería de sonreír? No tengo motivos para hacerlo.
—Creo que te habré visto sonreír alguna vez, o al menos una pequeña mueca de eso —sonrió ella, mirando esos intensos ojos azules—. Siento que no disfrutas de la vida.
—Y yo que aún tú no comprendes quien soy, o lo que hago, Jane.
—Judas... ¿Qué sientes por mí? —se animó a preguntar.
La miró a los ojos, y luego la tomó del rostro con una de sus manos, acariciándole suavemente la mejilla, y luego pasando su pulgar sobre los labios de ella.
—Siento que eres mi perdición. Cerca tuyo, comienzo a cegarme, nublas mi razón.
Ella se inclinó hacia adelante, y lo besó lentamente. Él también le nublaba la razón."
Observó cómo Judas ayudaba a Jared a tomar la caña para sacar el pez que había pescado, y sonrió al ver la felicidad del niño.
—¡Mira mamá! ¡Es uno muy grande!
—Sí —sonrió ella.
Judas lo arrojó a un balde, y luego ayudó al niño a volver a colocarle cebo en el anzuelo.
"Abrió suavemente la puerta de la oficina, y Judas no necesitó levantar la cabeza para saber que se trataba de ella. El dulce aroma de su colonia, la delataba.
—¿Qué quieres aquí?
—Nada, sólo... Me sentía muy sola —murmuró caminando hacia él.
—Sabes que no me gusta que vengas aquí, ni que me sigas a todos lados como un perro. ¿Por qué mejor no te vas a entrenar o hacer algo productivo?
—Q-Quería estar contigo.
Se paró a su lado, y sólo entonces, Judas levantó la cabeza para verla.
—Vete con Michelle, aún te falta mucho por aprender.
—¿Podría quedarme un momento contigo?
—No, vete con Michelle, Jane.
Ella lo miró suplicante, y él terminó por acceder, volviendo su vista hacia la computadora. Y tomándose del todo valor, y locura, le corrió un poco la silla, para sentarse sobre sus muslos.
Y Judas no se lo impidió, aunque sí se le había hecho extraño que ella hiciera aquello.
—¿Qué es esto?
—Lee y lo sabrás —le dijo simplemente.
Ella asintió levemente con la cabeza, y lo hizo. Y luego de varios minutos de estar en esa posición, y de qué ninguno de los dos hablara, se recostó contra él, sin dejar de leer.
Sintió los brazos de Judas, rodeándola por la cintura, y ella sonrió suavemente. Miró hacia arriba, y él seguía con la vista en la pantalla del ordenador.
Lo observó detenidamente, y luego besó su cuello. Era estar cerca de él, y no poder controlarse, ni ella ni sus impulsos.
—Jane —gruñó al sentir que ella comenzaba a lamer y chupar su cuello.
La morena lo tomó del rostro, y lo bajó con delicadeza, para poder besarlo, deseosa de él, de que la hiciera suya. Judas la estaba volviendo loca."
***
Llevaba una semana viviendo en aquella casa, y sólo veía a Judas durante los almuerzos y cenas, él al parecer, no tenía intención de compartir nada con ella, ni verla.
Y Jane comenzaba a estresarse. No tenía con quién hablar, su rutina era, desayunar con Jared, luego verlo en el almuerzo, irse él resto de la tarde en la clínica, y volver para la cena, antes de dormir.
Salió de la habitación, y se encontró con uno de los tipos que la vigilaban.
—Quisiera hablar con Judas.
—Cuando él quiera verte, o hablar contigo, mandará a llamarte. Regresa a la habitación.
—Por favor, quiero hablar con él.
—Lo que tengas que decirle, me lo dices a mí, y yo se lo diré a él.
—No, es algo personal.
—Entonces espera a que él quiera atenderte, regresa a tu habitación.
—Pero-
—No me hagas repetirlo —advirtió.
La morena lo observó molesta, e hizo lo que le había dicho, volviendo de mala gana. Miró la cama, y no le quedó más que acostarse ¿Qué más podría hacer?
Se puso de costado, y cerró los ojos, dispuesta a dormir las siguientes horas hasta la cena. Y cuando estaba por conseguirlo, luego de varios minutos, escuchó la puerta abrirse.
Se giró levemente, y al ver que se trataba de Judas, se sentó rápidamente en la cama. Y ya comenzaba a arrepentirse de haber pedido verlo.
Ni siquiera sabía para que quería verlo, o que le diría. Y él realmente lucía molesto.
—Habla ¿Qué quieres?
—Y-Yo... No puedo seguir de este modo, encerrada aquí, Judas.
La miró a los ojos, desinteresado.
—Me volveré loca, no tengo contacto con nadie, mínimo, quisiera una radio, o ver la televisión, algo que me mantenga al tanto de las cosas, de poder escuchar otras voces, no lo sé.
—¿Y por qué no se lo pediste a Roy?
—Porque ese tipo no iba a escucharme, y tú eres el encargado de todo aquí.
—Y a mi me interesas tanto como a él. Tú para mí estás muerta, si te permito aún estar aquí, es sólo por Jared.
Salió de la cama, y se acercó a él, y armándose de valor, o pura estupidez, tomó la mano de él, aquella dónde se había hecho la escarificación, en honor a ella.
Y notó que aquella mano estaba completamente tatuada, y su marca donde debería estar la corona en representación a ella, estaba el dibujo de un lazo roto, con la palabra Lost.
Judas quitó su mano, y la miró fijo a los ojos.
—Para mi moriste el mismo día que me dijeron que abandonaste a nuestro hijo —masculló con pura rabia—. Tú me decepcionaste más que cualquiera en esta vida —le dijo apretando la mandíbula.
Y en sus ojos, en su mirada, se veía claramente el dolor que intentaba ocultar, con odio.
...
Hasta aquí por hoy bellezas 😘❤️