Cuando conocí a Alicia, ya era líder de mi propio grupo de criminales.
Con veintiséis años, me había vuelto el líder de unas decenas de jovenes narcotraficantes, que al igual que yo, buscaban simplemente un futuro, un trabajo... Una familia.
Todos éramos el vestigio de una infancia difícil, de violencia familiar, de abusos y violaciones. Resentidos con la vida, y con la sociedad en general.
Mi hermano trabajaba ahora para mí. Era irónico, ya que él me había incursionado en este mundo, pero no tenía el carácter suficiente para liderar.
Vivir con adolescentes, no era fácil. Solucionar sus deslices, mucho menos lo era. Pero debía ser paciente, después de todo, ellos sólo eran los peones.
Ya no ensuciaba mis manos con clientes difíciles, a menos que realmente ameritara hacerlo, o sólo para dar una lección a mi grupo de súbditos.
Las mujeres no estaban permitidas en nuestra familia, eran un problema.
Aceptarlas, era aceptar enfrentamientos, y discusiones entre los miembros.
Pero aquello cambió una noche que Mike volvió con una adolescente. La chica sólo tenía dieciséis años, y verla a ella... Fue verme a mi mismo.
No estaba de acuerdo con dejarla, mi hermano podía tenerla si quería, pero no sería parte de mi sociedad.
Después de todo, no podía privarlo de aquello, no luego de que él hiciera tanto por mi, y de que perdiera a su mujer e hijo recientemente.
Mike se negó rotundamente a dejarla sola, él quería que ella viviera con nosotros, algo realmente absurdo, ya que recién la conocía.
La prenda fue fácil, si ella en esa misma tarde, me demostraba que valía la pena tenerla, la aceptaría.
Y así fue, para mi asombro, Mike me pidió que presenciara su uso de armas de fuego en el campo de entrenamiento. Y allí estaba esa pequeña castaña, de no más de cuarenta kilos, disparando al blanco, sin error alguno.
La probé, para que disparara a figuras humanas en movimiento, a ver que tan buena podía ser para darle de baja a alguno, en caso de una persecución.
Y lo hizo, sólo errándole una vez, pero que sin lugar a dudas, aquella sería una herida que lo pondría en desventaja.
Mike sonrió, y me contó en privado cual era la motivación de esa jovencita, para disparar con tanta presición.
Imaginar que era su padrastro que tantas veces la había tocado.
Ahí comprendí mejor porque al verla, me sentí estar frente a un espejo. Los episodios pasan, sigues adelante, pero jamás olvidas.
Llevas una marca que no se borra, pero continúas, la sobrellevas, y sólo te haces más fuerte.
Michelle, el nombre de la castaña, se ganó pronto mi respeto. Era la primera mujer que dejaba entrar en mi vida, luego de la muerte de mi madre, y no me había defraudado.
A pesar de toda la mierda con la que había cargado, me sorprendía día a día con su entusiasmo, con su alegría, y veía como había transformado a Mike, en un hombre más feliz.
Y no lo entendía, ¿Cómo alguien podía seguir brillando luego de tantos golpes?
Tal vez, a mi también me hacía falta una Michelle en mi vida.
Y así fue como conocí a Alicia.
Alicia era carismática, fuerte, atrevida, capaz de comerse el mundo entero, si la oportunidad se le daba.
Era ambiciosa, y eso era lo que más me gustaba. Tal vez a veces podía llegar a ser algo irracional, caprichosa e infantil, pero siempre lograba conseguir lo que quisiera.
Alicia era mi compañera, a pesar de sus imprudencias y frescura, con ella había conseguido grandes logros.
Y durante un tiempo, creí que la amaba, que ella sería mi compañera de vida, que había encontrado a la mujer que tanto había necesitado.
Y no había sido así. Tomó el encargo que debíamos llevar a un tipo que estaba mucho más arriba que yo, y se fue.
Había confiado en ella, había jugado conmigo, me había engañado con la llegada de un hijo que nunca existió.
Ya que cuando encontramos su cuerpo, la autopsia de nuestro médico, reveló jamás había estado embarazada.
Para ese entonces, ya no me importaba encontrarla, ya no me importaba saber porque me había mentido, porque había fingido quererme, ya que yo, había encontrado mi propia luz.
Había encontrado mi Michelle, en un joven llamada Jane, tatuándola para siempre en mi alma, y no sólo en la piel.
...
La siguiente, es la última parte del especial de Judas ❤💕