Esa misma mañana, Park Jimin había presenciado un aura extraña cuando había llegado de la calle.
Todos se encontraban alegremente en el salón charlando sobre diversos temas, pero evidentemente lo raro no fue eso.
Jeongguk y Taehyung se encontraban sentados uno al lado del otro y, al contrario de como estaban siempre, ambos se hallaban callados y tímidos.
Quizás aquello sólo fue producto de su imaginación, la cual últimamente divagaba más de lo que solía permitirse normalmente. Pero de no ser así, algo tendría que haber sucedido entre esos dos, y esperaba con todas sus fuerzas que ese alien no hubiera vuelto a intentar sobrepasarse con el menor. Porque si así era el caso, ya no podría volver a contener su ira. No cuando se llevaba las veinticuatro horas con el miedo de que ese llegase a confundir la limpia mente del pequeño y consiguiese llevárselo a su terreno.
Todo aquello estaba desbordándose en la mente del peli-naranja. Y, en cierto modo, esa era la causa de lo que Park Jimin estaba a punto de hacer.
Ni siquiera en ese momento fue capaz de ver completamente claro lo que estaba haciendo. Por una gran y razonable parte; su cabeza le rogaba que abandonase ahora la loca idea que se llevaba entre manos, pero por otra aún más fuerte y más difícil de controlar; su corazón, rebosando de celos, le gritaba furioso que hiciera lo que sus oscuros impulsos deseaban en exceso.
Probablemente podría decirse que no era demasiado tarde para echarse atrás.
Tan solo acababa de esparcir esa sustancia en polvo dentro de la bebida y todavía estaba a tiempo de retractarse, volcar el recipiente en el fregadero y actuar como si nada hubiese estado a punto de ocurrir.
Pero lo cierto era que en la mente de Jimin ya era demasiado tarde para volverse atrás.
Sólo de pensar en la idea de volver a dormir junto al menor y que encima éste estuviese bajo el influjo de unos somníferos, lo había motivado lo suficiente como para seguir adelante con el plan.
Sus pies ya habían comenzado a moverse a paso decidido a lo largo del pasillo, llegando con cierta urgencia hasta su objetivo.
Había estado malditamente desesperado por llegar, y en el momento en que lo hizo pudo ver a aquel pequeño de tez blanca esperándolo sobre su cama.
Sus grandes y oscuros ojos se iluminaron al visualizar el largo vaso de cristal mostrando lo que había dentro.
— ¡Oh, gracias, hyung! —Exclamó el menor levantándose de golpe para tomar en sus manos el recipiente.
Jimin se sintió mal al segundo de escuchar las palabras y el dulce tono de voz que utilizó al pronunciarlas.
Pero ese sentimiento negativo desapareció en el momento que vio cómo los labios de Jeonggukie atraparon las finas paredes de cristal y dio un trago al batido de plátano que le había preparado su mayor.
El peli-naranja no se perdió ningún detalle. Ni siquiera el cómo se relamió los labios borrando todo rastro del líquido en su boca.
Los dientes del mayor mordieron con fuerza su labio inferior. De nuevo no se arrepentía en absoluto.
— ¡Está tan bueno como siempre! —Gguk sonrió a su hyung y fue de vuelta hacia su cama.
— Me alegra que así sea —habló por fin el de mayor edad. Su cabeza no parecía pensar con la claridad y rapidez que debía, pero eso no le importó demasiado—. Y no tienes nada que agradecerme.
Ambos se miraron y al instante esa conexión volvió a romperse por parte del menor.
— Ggukie... ¿te vienes a mi cama y jugamos a algo?
ESTÁS LEYENDO
Why don't you see me? [Taekook/Jikook]
FanfictionA simple vista, BTS parece un grupo de k-pop como cualquier otro. Unos chicos muy simpáticos y encantadores que se ganan la vida haciendo música, y adoran a sus fans. Pero, ¿qué pasaría si dos de ellos se enamorasen de un mismo chico y uno de estos...