25. Somos compatibles

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Kyle

"Dasha Collins".

Miro la pantalla de mi computador y con la ruedita del mouse bajo por esta, mirando sus fotos.

"No hay información".

Sigo buscando y es como si hubiera sido borrada del mapa. Cierro la pantalla de mi laptop y me quedo pensativo, sentado en mi silla con la mirada pérdida.

Mi esposa quiere matarme.

Mis ojos se humedecen. Pensé que esta vez sería diferente, realmente creí que conectabamos, pero es una mentirosa como Irene ¿Debería tener esperanzas? Me levanto de mi asiento y observo el sótano en el que estoy.

—Yo tengo la ventaja ¿no? —hablo conmigo mismo.

Miro mi dedo el cual ya se encuentra curado, recuerdo la hermosa pierna de Dasha. Ella sigue lisiada, su pie continua con esa fractura, y es más que obvio que está en desventaja. Es por eso que no ha actuado rápido y no ha podido acelerar el proceso de asesinarme.

Si pudiera hacerla entender, no ve que somos parecidos, compatibles, no comprende mis actitudes y aún no sabe lo que pienso.

—Oh Dasha, creí que me comprenderías —Niego con la cabeza estando triste.

Camino despacio y abro la puerta para salir del sótano. Pongo una contraseña y se cierra sola, ocultándose dentro de la pared como si nunca estuviera allí.

Amo la tecnología.

Voy hasta la habitación y veo a Dasha dormir, entonces me siento a su lado. Acerco mi mano a tocar su bello y sedoso cabello, pero detiene mi movimiento de manera abrupta, así que me río.

—¿Te asustaste?

Respira con agitación y suelta despacio mi muñeca, parece que estaba alerta, sin embargo relaja sus músculos faciales, mostrándome un gesto más amigable, regalándome una hermosa sonrisa.

—No es susto, es sorpresa —me corrige.

Si pudiera, estaría encima de ella todo el tiempo. Acaricio su mejilla. Que bonita.

—Claro, eres una mujer fuerte, mi equivocación, me disculpo —Acerco mi rostro al suyo, pero solo consigo rozar sus labios un poco, porque se aleja.

—Tienes que trabajar —me recuerda.

—Puedo ir más tarde —Apoyo mi mano en su pierna.

—Bueno, pero igual no tengo ganas —Agarra mi muñeca alejando mi toque de ella.

Oh mi desilusión.

Su último marido (R#8)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora