Dasha
El señor Collins está vivo, Kyle es su hijo, el feto tiene su sangre, estoy atrapada con un obsesivo y toda la estabilidad emocional se me irá a la basura ¡¿Qué locura es esta?! Se suponía que iba a volver a Holanda para organizar mis ideas, no para empeorarlas.
—No me declares tu amor —exclamo con asco y observo la habitación, analizando cómo lograr irme de aquí —solo... aleja a ese hombre de mí.
Necesito mantener al señor Collins lo bastante lejos de mí. No puedo pensar estando encerrada, quiero huir rápido.
—Dasha, cariño —Me mira afligido y da un paso adelante, entonces retrocedo —. No me rechaces, haré lo que quieras.
—Deja tu obsesión un momento, y escúchame cuando te hablo.
—Te estoy oyendo —Pone la mano en dónde está su corazón.
Frunzo el ceño.
—Mentira.
—Claro que sí, hablas de mi padre, el señor Collins —Me sobresalto cuando lo nombra —. No te preocupes, no entrara aquí.
—No lo conoces —Ruedo los ojos.
—Tú tampoco, han pasado años.
Bufo.
—Como sea, no quiero verlo, ¿entendiste?
—No lo verás —dice determinado.
—Y si viene, lo echas —ordeno.
—Claro que sí.
Okey, la obsesión funciona a mi favor, en esto sí me sirve.
—Bien —me limito a decir y observo hacia la ventana para dejar de mirarlo.
Tengo que salir de aquí.
—Dasha, mi amor —me llama pero lo ignoro —. Ya te escuché, ahora es tu turno.
No dejo de ver hacia la ventana.
—Yo también, ya te oí, no necesito saber más nada, y menos sobre cursilerías.
—Te lo pido por favor, deja de compararme con él —dice y me agarra de los brazos entonces no me queda otra que mirarlo —. Por todo lo que has dicho, se nota que te ha hecho sufrir mucho, pero yo no soy él, ¿entendido?
—Te recuerdo que tú has hablado muy bien de tu padre —aclaro con notable odio —de todo lo que te ha enseñado —agrego recordando —, y aprendiste muy bien de él, pues sabés como mantenerme atrapada contigo.
—¿Y eso me convierte en él? —Alza una ceja —Tengo mis propios pensamientos, ¿sabés?
Tiene razón, pero eso no cambia que sea su hijo.
—Ese hombre debería estar muerto —luego repito más alto —¡Muerto!
—Olvídate del señor Collins, es pasado, que no te afecte.
—No me toques —Me suelto de manera abrupta al alejarme —, y deja de decidir lo que deseo —Lo apunto con mi dedo índice, al reprenderlo —yo voy a elegir lo que haré.
Lo único que quería, era regresar a Holanda para descubrir mis objetivos y ahora es como que he perdido mis metas de lugar. Todo este tiempo, no se basó en el señor Collins, sino sobre mí, lo que deseo para mi vida y ahora no puedo replantearme nada, porque resulta que el pasado me persigue otra vez.
Ya no sé qué significa absolutamente nada.
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Su último marido (R#8)
Mystery / ThrillerKyle Macgowan es el tipo de hombre que considera a las mujeres seres frágiles. ¿Qué pasará cuando el controlador y cursi irlandés conozca a una verdadera viuda negra? ¿Él también será una víctima o quizás guarde peores secretos que esa peligrosa m...