30. Cooperar

2.1K 178 16
                                    

Dasha

Miro mis manos atadas con las cuerdas al cabezal de la cama y no veo forma de soltarme. He forcejeado tanto que mis muñecas han quedado rojas. Bajo la vista cuando lo veo volver al cuarto.

—Kyle, desátame —exijo —. Esto no tiene sentido —Intento hacerlo entender.

—Cariño, lo que no tiene sentido es cómo te lástimas —Agarra mi pie que está hinchado por la pelea que tuvimos o en realidad porque no logré matarlo —. Mira lo que has hecho —me reprende de nuevo, como antes cuando intentaba deshacerme de él y termine atada por mi descuido.

—Yo me preocuparé por mi cuerpo, tú de morirte ¿Te parece bien? —exclamo arisca.

Apoya las sábanas a un costado de mí y agarra el botiquín que tenía en la misma mano, ignorando todos mis ataques verbales.

—Cambiaré la venda y te pondré hielo —Abre la cajita y serio comienza todo el procedimiento. Toma una gasa, poniéndole desinfectante y también aprovecha para pegarla en dónde dejo la herida del cuchillo —. Perfecto —Sonríe cuando termina.

—Si tanto te gusta cuidar personas, ve y conviértete en enfermero, a mí déjame en paz —Tironeo de mi pie cuando acomoda la venda nueva —. Ag, duele —me quejo, presionando los dientes.

—Si no te quedas quieta, te dolerá más —dice de manera tosca.

Sonrío.

—¿Qué? ¿Se te fue el humor? Ya era hora —me burlo.

—No, solo estoy un poco enojado contigo.

Ruedo los ojos.

—¿Un poco? Por favor, yo ya hubiera tirado tu cuerpo al basurero. Algo de dignidad, hombre —Bufo —. Por eso odio a los cursis.

Se acuesta a mi lado y toca mi cabello castaño, volviéndole la maldita sonrisa.

—¿Y qué tipo de hombres te gustan? Déjame aprender al menos —Apoya la cabeza en su mano, mientras sigue recostado mirándome.

—Ninguno.

Agarra mi barbilla, observándome serio.

—Si no cooperas ¿Cómo la pasaremos bien? —Se acerca a mi boca —La relación se volverá aburrida y monótona.

—¿Qué relación? —Sonrío.

—La que dice en nuestra acta de matrimonio.

—Me cago en esos estúpidos documentos —Hago una mueca.

—No seas así —Quiere besarme pero le muevo la cara, así que posa sus labios en mi mejilla —¿Cómo obtendrás beneficios si me sigues ignorando? Se inteligente Dasha, puedes hacerlo mejor.

Tiene razón, quizás hasta pudiera engañarlo. Aunque no me agrada mucho la idea de volver a coquetearle. Es cómo si hubiera retrocedido varios pasos y regresar a jugar. Para eso me busco otro candidato, me daría más ganas. Sin embargo es la única opción que me queda, hasta lograr desatarme.

Su último marido (R#8)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora