Mejor

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Ambos nos duchamos y nos cambiamos el bañador por nuestra ropa de diario. Unos pocos minutos después, llega Álvaro. Se oye como aparca el coche. Estoy realmente nervioso y no sé por qué.

Ra: vale, mi hermano es muy majo pero que no te haga el lío, eh?
Ago: vale

Antes de que entre necesito preguntárselo, necesito saberlo.

Ago: él sabe que tú y yo...
Ra: que tú y yo qué?
Ago: ya sabes...
Ra: qué?
Ago: joder, Raoul, que si sabe que tú y yo nos acostamos prácticamente todos los días
Ra: me ves con cara de narrarle mi vida sexual a mi hermano?
Ago: vale, entonces me callo, no?
Ra: ah, que pensabas comentarlo con él o cómo?
Ago: no, joder, pero...

Pero qué? No tiene sentido lo que acabo de decir. Dios, soy idiota.

Ago: nada, déjalo
Ra: mejor

Llama al timbre y Raoul va a abrir la puerta. Cuando lo hace, se deja ver un hombre de metro ochenta y ojos azules, cualquiera diría que son hermanos... Nunca lo había visto en persona y definitivamente gana muchísimo.

Ál: hola, Agoney, no?
Ago: hola, sí, encantado
Ra: hola a ti también, eh, tete
Ál: meh, a ti ya te tengo muy visto
Ra: *lo mira mal*
Ál: que es broma, pollito, ven aquí *le da un abrazo*

Desde luego me encanta como suena ese mote, sobretodo por la cara de: "te voy a matar" de Raoul cada vez que alguien lo pronuncia.

Ago: bueno, *a Raoul* tú ya sabes *a Álvaro* tú, a la cocina
Ál: *haciendo el saludo militar* a sus órdenes, mi sargento
Ago: me dijeron que tuviera cuidado contigo, así que no te voy a pasar ni una

Raoul me mira con cara de: "ya la cagaste, idiota" y las palabras de Álvaro me confirman que sí, que ya la cagué.

Ál: *pone media sonrisa* o sea que hay algo que esconder?
Ago: no y vamos a la cocina que aquí las preguntas las hago yo

Álvaro empieza a andar y yo lo sigo de cerca. Antes de entrar en la cocina, me giro para ver a Raoul. Tiene la mano en la frente y se la está masajeando con el pulgar y el dedo índice. Le levanto el pulgar para indicarle que la tengo todo controlado y él niega con la cabeza mientras suelta una pequeña risa. Cierro la puerta de la cocina y me siento frente a Álvaro. Pongo la cámara a grabar.

Ál: qué quieres saber?
Ago: qué quieres contarme?
Ál: no sé... qué te contaron Mimi y Mireya?
Ago: para empezar, cómo conocieron a tu hermano, pero creo que en este caso nos lo podemos saltar
Ál: no no, pues mira yo estaba tan tranquilo y un día llegaron mis padres y me dijeron: "vas a tener un hermanito" pero realmente quisieron decir: "va a unirse a la familia un pequeño cabrón que te hará la vida imposible durante las próximas décadas" y nueve meses después, apareció el enano dando guerra
Ago: ehm...
Ál: *ríe* no me mires así, adoro a mi hermano pero estamos acostumbrados a tratarnos a hostias
Ago: que guay... y tienes alguna anécdota que compartir con el mundo?
Ál: cuando era un bebé me potó encima, sigo sin perdonárselo
Ago: *ríe* no, algo en plan alguna trastada que hicieron juntos o cosas así
Ál: nos cargamos un jarrón de nuestros padres jugando a fútbol y le echamos la culpa al perro
Ago: *sorprendido* hala, tienen un perro?
Ál: teníamos, el pobre se hizo viejo y bueno... murió, mi hermano amaba a ese perro, estuvo años pataleando y llorando para que lo adoptaramos *ríe melancólico*
Ago: oooh, qué lindo *ríe* y ahora los trapos sucios, alguna experiencia vergonzosa?
Ál: pues yo no la viví como tal, pero me la han contado miles de veces y no tiene pérdida
Ago: cuenta cuenta
Ál: pues resulta que una vez acompañó a su primera novia así en plan serio a una boda, se emocionió bebiendo sidra y durante el banquete grito literalmente delante de toda la familia de su ex: "esto es un coñazo, cariño, vámonos al baño"

Empiezo a descojonarme tantísimo que creo que me voy a morir por falta de oxígeno.

Ago: lo peor es que me lo imagino y todo
Ál: *riendo* totalmente

Álvaro me cuenta un par de anécdotas más, aunque ninguna supera la de la boda, y damos por finalizado el interrogatorio.

Ago: oye, fuera del video y todo esto, puedo preguntarte algo?
Ál: solo si me dejas preguntar a mí también
Ago: vale
Ál: dispara
Ago: me puedes contar algo de la cicatriz de tu hermano?

La cara de Álvaro cambia completamente, no se esperaba esa pregunta.

Ál: yo... creo que es mejor que te lo cuente él

Me lo esperaba sinceramente, pero había que probar.

Ago: cuál es tu pregunta?
Ál: en serio? Yo no te he respondido a la tuya...
Ago: lo has hecho, no como me gustaría, pero lo has hecho
Ál: vale, qué te traes con mi hermano?
Ago: yo? Nada
Ál: *le lanza una mirada penetrante*
Ago: va en serio, somos sólo amigos

Dios, no sé si me duele más oírlo de su boca o decirlo yo mismo.

Ál: en serio?
Ago: sí
Ál: mejor
Ago: perdón?
Ál: no, no lo digo por ti, es que lo quiero mucho pero conozco a mí hermano y es un cabronazo en lo que a "amor" se refiere. Y por amor quiero decir que ilusiona a la gente y luego les da la patada, me has caído muy bien y no quiero que te haga eso

Os podéis imaginar cómo me siento en estos momentos. Estoy hecho una mierda, porque aunque Raoul no me haya dicho nada, yo solo me hice las ilusiones de poder ser algo más, pero su propio hermano me acaba de confirmar que no tengo opciones.

Ago: muchas gracias, Álvaro, no pasará, tranquilo

El futbolista me sonríe y, con la sonrisa más fingida que me sale, salgo con él al salón para reunirnos con su hermano.

UN SECRETO A VOCES (Ragoney) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora