Whisky

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El restaurante es precioso, se nota que comas lo que comas te vas a tener que dejar un riñón en la mesa al salir. Bueno, a no ser que vayas con Mimi y Raoul... Nos sentamos y empezamos a pedir. Aunque no paguemos nosotros, decidimos no abusar de la confianza y pedimos moderadamente. A lo largo de la cena Ana y Mimi están todo el tiempo hablando entre ellas y conociéndose. Me encanta, a Ana le está saliendo todo genial. Raoul coge una de las velas que hay en la mesa, se la pone en la palma de la mano y pone una sonrisa fingida.

Ago: *le quita la vela de la mano y la vuelve a dejar al sitio* no seas mamón *ríe* déjalas, pobrecitas
Ra: pues háblame tú que sino me aburro
Ago: yo es que estoy un poco ocupado muriendo de la vergüenza
Ra: *ríe* por?
Ago: estoy en un restaurante pijo con una camisa hawaiana
Ra: ah, eso? No pasa nada *ríe* si te queda muy bien
Ago: si no es que me quede mal, es que desentono muchísimo aquí
Ra: bueno, si quieres te la quito, como veas...

Noto como me empieza a arder la cara. Seguro que estoy rojisimo, menos mal que no se me nota mucho porque tengo la piel oscura.

Ago: *sonrojado* cállate
Ra: *ríe*

El resto de la cena transcurre con normalidad, hasta que llegamos al postre y se desencadena la catástrofe. Nos traen una tarta con una pinta alucinante. Encima empiezo a comérmela y está buenísima, pero en unos minutos, Ana empieza a toser.

Mimi: estás bien?
Ana: *tosiendo y moqueando* sí sí, no es nada

Me fijo en sus brazos. Algunas manchas rojas se distinguen en su piel.

Ago: Ana, la urticaria
Ana: joder...
Ra: qué pasa?
Ago: qué lleva la tarta?
Ra: no sé, nata, azúcar, harina, huevos, lo normal...
Ago: esto de aquí arriba es canela?
Mimi: no, creo que es nuez moscada o algo asi

Ana y yo nos miramos inmediatamente tras las palabras de la rubia.

Ra: pasa algo?
Ago: Ana es alérgica a los frutos secos
Ra: *abrazando a Ana* ay, perdón, no tenía ni idea, lo llego a saber y pido otra cosa

Jo, qué mono. Agoney, céntrate, Ana.

Ago: no es muy grave, pero creo que debería ir a casa a descansar
Ana: sí, jo, no quiero joderles la noche
Mimi: no, tranquila *a Raoul y Agoney* ya la llevo yo, vosotros disfrutad
Ago: no, por Dios, es mi amiga ya me encargo yo de ella
Ana: Ago, hazle caso, pásenlo bien
Ago: joder, vale, pero toma *le da las llaves del coche a Mimi* llévatelo, luego le dejas las llaves a Ana y ya me las devolverá
Mimi: pero entonces vosotros tendréis que volver andando
Ra: pues rebajamos un poco la cena, esto es urgente
Mimi: vale, chicos, hasta otra
Ana: *subiéndose el moco* un placer, Raoul, nos vemos mañana, Ago
AyR: adiós

Las dos chicas abandonan el restaurante. Raoul y yo decidimos acabarnos el postre e irnos. Volvemos a casa paseando, porque no nos queda otra, más que nada.

Ra: joder, lo siento mucho
Ago: *ríe* deja de disculparte, no es tu culpa
Ra: pero si hubiera pedido otra cosa, no habría pasado nada
Ago: bueno, pero ninguno se dio cuenta, déjalo estar

Seguimos andando. Vaya, una camisa hawaiana no es la mejor vestimenta para pasear por la noche en Madrid. Que frío.

Ra: tienes frío?
Ago: cómo lo sabes?
Ra: estás temblando
Ago: pues sí, un poco
Ra: *se quita la cazadora vaquera* toma *se la da*
Ago: y no tendrás frío tú ahora?
Ra: no, que va, póntela
Ago: *hace una mueca* muchas gracias

Me pongo su chaqueta y se me pasa el frío de golpe. Encima huele a él, algo que me reconforta aún más. En unos minutos llegamos a su casa. Me acomodo en el sofá mientras el se va a la cocina.

Ra: qué bebes?
Ago: lo que sea
Ra: en serio? *ríe*
Ago: sí, lo que quieras

En unos segundos, llega con dos copas. Me tiende una mientras le da un trago a la otra.

Ago: qué es?
Ra: pruébalo
Ago: qué es?
Ra: te fías de mí o no?
Ago: sí
Ra: pues pruébalo

Le doy un trago. La garganta me arde pero tengo la necesidad de tomar otro.

Ra: te gusta?
Ago: gustarme no es la palabra...
Ra: ya, es un asco pero quieres tomar más, verdad?
Ago: sí, qué es?
Ra: whisky
Ago: sin más?
Ra: sin más, solo whisky
Ago: uff... paso...
Ra: *ríe mientras niega con la cabeza* que bobo

Raoul se toma las dos copas como si fueran de agua y, a continuación, se acerca a mí lentamente mientras se muerde su labio inferior. Sé por dónde van los tiros... Joder, es que soy idiota, pero no puedo resistirme, y menos si viene así... Y ocurre lo inevitable, acabamos los dos con nuestros labios pegados, como de costumbre.

UN SECRETO A VOCES (Ragoney) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora