Romeo

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Me despierto y, nada más abrir los ojos, me encuentro la cara de semejante dios griego a escasos centímetros de la mía. En serio, este chico es precioso. No puedo evitarlo y bajo al salón a por mi mochila. De ella saco la cámara. No puedo dejar pasar la ocasión. Hago el mínimo ruido posible y fotografío la escena. Ya no solo porque Raoul sea jodidamente guapo, sino porque la escena en sí no tiene pérdida. El cuerpo del chico cubierto por las sábanas blancas iluminado únicamente por los rayos del Sol que entran por la ventana. Guardo la cámara antes de que me vea y piense que estoy enfermo y me vuelvo a tumbar a su lado. Me quedo observándolo unos minutos más. Podría despertar así todos los días de mi vida. Empieza a moverse y a hacer sonidos extraños, señal de que se está despertando, así que cierro los ojos y me hago el dormido. A los pocos segundos noto su mano zarandeando con cuidado mi hombro.

Ra: *con la voz ronca y bostezando* Mickey *lo vuelve a zarandear* arriba, que ya es hora

Empiezo a bostezar yo también y finjo que me acabo de despertar.

Ago: *se estira* buenos días
Ra: buenos días *alborotándose el pelo para espabilarse* has dormido bien?
Ago: de lujo *sonríe*
Ra: va, pues a desayunar *le da un pequeño manotazo en el muslo*

Nos levantamos de la cama y nos vestimos, yo con la ropa que dejé tirada por el suelo por la noche y él con lo primero que pilla por su armario.

Ago: no me hagas uno de esos batidos para desayunar porque te lo echo por encima sin pensarlo dos veces
Ra: *ríe* no, mira

Se va a la nevera y saca una botella de batido de chocolate.

Ra: *se la da* para ti
Ago: y esto?
Ra: yo también tengo mis caprichos *ríe*

Saca dos tazas y las relleno con el batido, luego saca unos cereales y nos los vamos turnando para echarlos dentro.

Ago: esto es un desayuno
Ra: esto es una guarrada *ríe* pero por un día no pasa nada

Nos acabamos el desayuno y, como lo prometido es deuda, hacemos la dichosa partida al Mario Kart. Empieza la carrera y pongo todos mis sentidos en la pantalla, está en juego mi honor, no me puedo permitir una derrota. Vale, es bastante bueno. Mierda.

Ra: oye, me has dado con la puta tortuga roja en la curva, eso es de ser muy cerdo!
Ago: *riendo* te aguantas, tú hiciste antes lo mismo
Ra: pfff... da igual, haz todas las cerdadas que quieras, voy a ganar de todos modos

Seguimos con la partida. Última vuelta, mierda, voy a perder. Quedan dos curvas, Raoul sigue en cabeza y a mí solo me salen plátanos de mierda en las cajas, me gustan los plátanos pero ahora prefiero una tortuga roja, la verdad. Tengo que hacer algo... Está a punto de llegar a la meta y, sin apartar la vista de la tele, le doy un beso en la mejilla seguido de un mordisco en el lóbulo de la oreja.

Ra: *ríe* qué coño haces?

Raoul se sale de la pista y yo ocupo la primera posición.

Ago: eso *ríe*
Ra: eres un tramposo!
Ago: culpa tuya por no tener autocontrol

Tampoco es que yo pueda hablar mucho de autocontrol...

Ra: tenemos que hacer la revancha
Ago: si, hombre... gané yo y punto *le saca la lengua*
Ra: inmaduro...
Ago: amargado!
Ra: va, que te llevo a casa *ríe* pero esto no ha acabado aquí, eh?
Ago: uy que no...

Nos vamos al coche y me lleva a casa. Tras despedirnos, entro en mi piso y asimilo todo lo que pasó anoche. Hostia, Ana!

📞Ana: si?
📞Ago: estás bien?
📞Ana: sí sí, ya estoy como nueva
📞Ago: y qué pasó anoche?
📞Ana: ven esta tarde al bar y hablamos
📞Ago: madre mía, el hype, amiga
📞Ana: *ríe* es que algunas trabajamos
📞Ago: hostia, perdona! Nos vemos
📞Ana: no te preocupes, adiós
📞Ago: chao

Cuelgo el teléfono y aprovecho para acabar el vídeo. Sí, oyeron bien, acabarlo. Ya lo tengo prácticamente hecho aunque aún queda un mes para presentarlo. Pero bueno, más vale que me sobre tiempo que que me falte. Es la hora, voy corriendo al bar. Allí me encuentro a Ana, Nerea y Ricky en la mesa de siempre tomándose algo.

Ago: hola
Ne: hombre, Romeo
Ago: Dios, Nerea, cállate *ríe*
Ne: es que alguien no durmió ayer en casa...
Ago: cómo lo sabes?
Ne: fui a darte una sorpresa a casa para que me contaras qué tal todo y la sorpresa me la llevé yo
Ago: joder, pues sí, dormí con él
Ri: pero eso es muy guay! Por fin algo menos frío entre vosotros dos, no?
Ago: sí... pero no quiero hacerme ilusiones
Ana: ya, entiendo
Ago: bueno, y tú qué? *pone media sonrisa*
Ana: primero de todo, toma tus llaves *se las da* muchas gracias
Ago: de nada, y luego...? El salseo, amiga
Ana: *ríe* me llevó a casa y se quedó conmigo hasta que me dormí, es adorable
Ne: *un poco decepcionada* y ya está?
Ri: Nerea, se acaban de conocer
Ne: bueno, a él *señala a Agoney* no le importó tirárselo cuando acababa de conocer a Raoul
Ago: ya, bueno, yo no soy un buen ejemplo a seguir
Ana: pero no me dejaron acabar... me dijo que le encantaría volver a quedar conmigo! Eso sí, sin frutos secos de por medio

Pasamos el resto de la tarde hablando de todo un poco. Me encantan las conversaciones que surgen en este bar. Y así van pasando los días. Quedo con el rubio, lo hacemos, dormimos juntos, edito el video en casa, quedo con estas y con Ricky para contárselo todo y volvemos a empezar. La rutina diaria se repite una y otra vez hasta llegar al punto actual. Y como un imbécil, cada día que pasa me voy pillando un poco más por él.

UN SECRETO A VOCES (Ragoney) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora