Dulces o saladas?

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[ACTUALIDAD]
Otra vez. Otra vez más sus labios recorren mi cuerpo. Otra vez más los míos recorren el suyo. Otra vez más ambos nos unimos como solo nosotros sabemos hacer. Otra vez más nuestros cuerpos bailan al mismo son. Otra vez más dormimos juntos y otra vez más abandonará mi casa con una sonrisa y un "nos vemos" dejándome en esta habitación vacía. Siempre lo mismo. Llevamos así desde hace demasiado tiempo, demasiado como para tenerlo controlado. Y estoy harto, estoy harto de que solo nos veamos para esto. Porque sí, cuando lo hacemos es el momento más feliz de mi día, pero también el más doloroso. Porque él viene aquí dispuesto a jugar, a pasarlo bien, a "descargar tensiones" como ambos hemos comentado entre risas (fingidas por mi parte) varias veces, con la idea de que en esto se basa nuestra relación. Somos amigos y de vez en cuando nos permitimos algún encuentro subido de tono. Pero yo no, yo estoy enamorado de él. Por eso, como muchas veces me ha dicho mi mejor amiga Nerea, debería dejar de verle, pasar de él, mandarlo a la mierda. Pero no puedo. Porque necesito tenerlo cerca aunque para él esto solo sea un juego. Porque cuando me toca me siento el ser más afortunado de este mundo. Porque cuando pronuncia mi nombre con esa voz ronca de recién levantado, siento que oigo la melodía más bella que nunca nadie ha creado. Porque cuando me mira con esos ojos, siento que me voy a derretir. Porque ya no sé lo que es la felicidad si no estoy manoseando su pelo rubio. Simplemente, porque soy un idiota enamorado... Y todo sucede como predije hace unos segundos.

Ra: *intentando arreglarse el tupé despeinado* nos vemos, Mickey
Ago: *fingiendo una sonrisa* chao, pollito

El rubio me sonríe, dejando ver esa dentadura blanca, tan perfecta, tan de anuncio de televisión, y sale de mi apartamento como suele hacer desde hace ya varios meses. Nada más salir él, quito esta sonrisa tan postiza que ya estoy acostumbrado a poner.

Ago: *susurrando* me gustas

Soy patético, lo sé. Y esta es mi vida, si a esto se le puede llamar vida, claro... Me voy a desayunar con Nerea, Ana y Ricky, como todos los días.

Ne: bueno... y qué plan tenéis para hoy? Ya sabes, a parte de follar
Ago: joder, Nerea, delicadeza es tu segundo nombre, no?
Ne: *ríe* perdona, cuándo se lo vas a decir?
Ana: se te cae la baba cada vez que lo ves
Ago: no sé, déjenme
Ri: Ago, tienen razón, deja de machacarte y díselo de una vez
Ago: miren, hoy quedamos para ir al cine, cuando salgamos, se lo digo
Ana: pero de verdad o como ayer?
Ago: de verdad

Los tres ríen a carcajadas tras mi comentario. Tan poca credibilidad tengo?

Ne: y qué vais a ver?
Ago: Los increíbles 2
Ri: *riendo* pero cuantos años tenéis?
Ago: pues diez menos que tú

Ricky me asesina con la mirada puesto que está harto de los chistes sobre su edad. Culpa suya por querer vacilarme. Vuelvo a casa y, ya entrada la tarde, me preparo para ir al cine con Raoul. Mientras me visto, repaso mentalmente las veinte mil formas distintas que se me ocurrieron para declararme. Ya es la hora. Me asomo a la ventana y localizo el coche del padre de Raoul (porque el de Raoul canta mucho) en el portal. Bajo y dentro, en el asiento del conductor, me encuentro al rubio con su gorrita y sus gafas de sol. Entro en el coche.

Ago: vas a llevar esa mierda cada vez que estemos en un sitio que no es ni tu casa ni la mía?
Ra: sí
Ago: pues yo creo que llamas más la atención así
Ra: prefiero no jugármela

Tras un trayecto bastante corto, eso o que el tiempo con este chico se me pasa volando, llegamos al cine. Decidimos que yo compro las entradas y él las palomitas.

Ra: dulces o saladas?
Ago: las dos
Ra: en serio?
Ago: sí, porque si solo compro de un tipo, me voy a arrepentir de no haber cogido el otro
Ra: no lo había visto así...

Nos adentramos a la sala y nos sentamos en la última fila. Una vez se apagan todas las luces, se deshace de ese ridículo disfraz y al fin me deja ver su maldita cara perfecta. Llegamos a la mitad de la película y ya se nos acabaron las palomitas. Como me aburre estar con las manos vacías, empiezo a meterle mano.

Ra: qué haces?
Ago: a ti que te parece?
Ra: pues deja de hacerlo, llevo 14 años esperando esta película, no voy a perdermela por un calentón

Si algo aprendí estas semanas con Raoul es que cuando se trata de fútbol y de Disney, no hay que tocarle las narices al rubio. Así que lo dejo pasar y vuelvo a atender a la película. Se acaba y salimos del cine en dirección a su casa, ya que decidimos pasar la noche allí, pues la anterior la pasamos en la mía. Es el momento, tengo que decírselo.

UN SECRETO A VOCES (Ragoney) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora