Dios, Raoul

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Raoul me tiene acorralado en la taza del vater y no deja de besarme. Los labios, las mejillas, el cuello, la frente. Cualquier parte de mi cuerpo que esté al descubierto, se lleva un beso o un lametazo del rubio. Empieza a desabrocharme la camisa y, en cuestión de segundos, ya está en el suelo. Empieza a acariciar todo mi torso. Solo el contacto de sus dedos hace que a mi cuerpo se le dispare la adrenalina. Él se deshace también de su camisa y me deja ver de nuevo su cuerpo, necesito tocarlo, saber que es real, que todo vuelve a ser como antes, que no va a desaparecer como sucedía en mis pesadillas y, lo hago, rozo su piel con la punta de mis dedos haciendo que se le erice.

Ra: pfff... no aguanto más
Ago: pues a qué esperas?

Empieza a quitarme los pantalones, bueno, lo intenta...

Ra: a quién coño se le ocurre ponerse esto? Vente con algo fácil de quitar
Ago: bueno, no sabía que acabaríamos así
Ra: *lo mira mal* en serio? Parece mentira que no nos conozcas...

Consigo quitarme los pantalones, aunque casi me desnuco en el intento. Detrás van los calzoncillos.

Ra: lo que yo decía, que eres tonto
Ago: *ríe* calla y come
Ra: *sorprendido y riendo* perdona?
Ago: lo que oyes *le coje la cabeza y se la lleva a su miembro*

Raoul se introduce mi pene en su boca y, sin ningún pudor, empieza a jugar con él.

Ago: *empieza a gemir* joder, rubio...

Guiándolo con mis manos le ayudo a que siga, aunque sé de sobra que no necesita ayuda.

Ago: Raoul... voy... voy a...

Al rubio no parece importarle mucho así que acabo vaciándome en su boca. Dios, qué bien lo hace... Raoul se pone de pie y me ayuda a hacer lo mismo. Coloca la mano en mi pecho y me estampa contra la pared de la ducha. Me vuelve a besar y se me vuelve a cortar la respiración. Me da la vuelta haciendo que apoye mis manos en la mampara de la ducha. A continuación, se quita los pantalones (con mucha más facilidad que yo) y los calzoncillos. Se pone protección y se adentra en mí. Va muy poco a poco como haciéndose de rogar.

Ago: hostiaputa, Raoul
Ra: shhh, recuerda *se acerca al oído del canario* empezamos lento y después salvaje

Un escalofrío recorre todo mi cuerpo recordándome que, por mucho que me haga el duro, él tiene poder absoluto sobre mi cuerpo. Y justo como me anunció hace unos segundos, lo hace. Empezamos lento y acelera el ritmo cada vez más. Ambos gemimos, total a estas horas entre la música y que todos están ya medio borrachos, nadie se enterará de nada. Aprieto mis uñas contra el cristal de la ducha.

Ago: Dios, Raoul, Dios, Raoul
Ra: *gimiendo* me vas a desgastar el nombre
Ago: DIOS, RAOUL

Esto último hace que a Raoul se le escape una pequeña risa que a mí me llena de vida. Oímos un ruido estridente pero no le damos importancia. Finalmente, llegamos los dos y acabamos desnudos y tumbados en el suelo del baño de Mimi. Tengo los ojos cerrados e intento recuperar mi ritmo respiratorio corriente.

Ra: JODER, AGONEY!!!
Ago: *abre los ojos y se levanta de un salto* qué?
Ra: mira eso *señala cerca de la ducha* te has cargado un jarrón
Ago: que yo me cargué el jarrón?
Ra: vale, nos hemos cargado un jarrón
Ago: y qué coño hace un jarrón en el baño?
Ra: y yo qué sé?
Ago: qué hacemos?
Ra: tenemos que decírselo a Mimi
Ago: mira, es que hemos roto la decoración de tu baño porque no tenemos aguante y nos hemos puesto cachondos perreando en tu salon. Sí, es un buen plan
Ra: *ríe* déjate de ironías, idiota, no podemos irnos sin más y dejarle esto así
Ago: ya si tienes razón... Vamos a esperar a recuperar el aliento, al menos
Ra: me parece bien

Volvemos a tumbarnos al suelo. El frío de éste también ayuda a que nos relajemos.

Ra: oye, Mickey
Ago: qué?
Ra: qué hoy hemos hecho un dos por uno, esta mañana en tu casa y ahora aquí
Ago: hala, es verdad!
Ra: nos superamos *alza la mano*
Ago: yassss *se la choca* va, la semana que viene intentamos tres en un día
Ra: *ríe* acepto el reto

Realmente no es ningún reto, ambos sabemos que nunca hicimos dos en uno porque no lo intentamos, pero no nos faltan ni ganas ni energías... Una vez ya estamos tranquilos, nos vestimos y salimos a hablar con Mimi. La encontramos bailando con Ana y le explicamos la situación. La granaína se lo toma sorprendentemente bien y nos dice que no nos preocupemos, que se alegra de que ya estemos bien... o a esta tía le sobra la pasta o va ya muy borracha... Busco a Nerea y vuelvo a bailar con ella aunque no le quito los ojos de encima a Raoul que está en la otra punta de la sala. Él hace lo mismo y, de vez en cuando, me hace algún gesto como un guiño y me mata. Finalmente decidimos irnos todos a casa pero nuestra "noche perfecta", acaba siendo una mierda. Ya decía yo que todo me estaba saliendo muy bien...

UN SECRETO A VOCES (Ragoney) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora