Scholar Affairs «Emo Trinity + Joshler»

24. Frente caritativa

Este día sería menos estúpido si Gerard dejara de darme sus estúpidos sermones de "todo estará bien, solo es un trabajo más de tantos que puedes tener" no quiero otro trabajo, me gusta el que tenía.

Ya han sido unas semanas desde que mi trabajo como profesor sustituto terminó y me siento peor cada día que pasa. El primer dia fue de resignación, igual sabi que esto iba a pasar, el segundo de felicidad al pensar que no tendria que lidiar con el estres de musicos primerizos o socializar con adultos pero el tercer día marca mi catástrofe. Ese dia que decidí salir a dar una vuelta a la manzana y un perro rabioso me persiguió por media ciudad, ese dia que llegue casi arrastrandome a casa porque Gerard no contestaba mis llamadas de auxilio, ese dia que encontré a Gerard sobre la mesa tragándose la polla de Frank con su trasero, el mismo día que me di cuenta lo feliz que me hacia levantarme temprano e ir todos los días a esa escuela del demonio.

Ni siquiera he contestado los mensajes de Bob, la única persona que parece extrañarme en ese lugar. Me pregunto si sentirá tristeza al ver las donas en la sala de maestros. Ese grandulón me hace tanta falta y es por eso que no quiero desquitar mi enojo con él, él no tiene la culpa de que yo sea un inútil desempleado.

Intento levantarme de la cama fallando una vez más, mis manos no reaccionan lo suficientemente rápido como para evitar que mi cara golpee el piso, creí que la alfombra seria suave pero dolió como una cachetada. Luchando con mis piernas flacas me levanto y voy directo al baño, no quiero ni verme al espejo por hoy igual no hay nada nuevo que ver. La cocina esta silenciosa, mi hermano ya se fue a trabajar, esa oración sabe tan amarga en mi cabeza. Tocandome la cien abro el refrigerador y saco una botella de café frio y de la alacena saco tres paquetes individuales de galletas de waffle con chocolate y crema de maní.

Podría simplemente regresar a mi habitación pero no tengo televisión asi que la sala parece un lugar menos mediocre. Las estúpidas noticias están en todos los canales, es por esto que quería poner televisión por cable pero mi adorado hermanito se reusa. Después de escuchar sobre los distintos accodentes viales que han ocurrido en las últimas horas y como los politicos estan peor cada año, miro un canal de cocina italiana que aunque es aburrido por lo menos es mejor que Lolita Ayala.

¿Cuanto más guardaré este luto laboral? Siento que estoy pasando por una ruptura amorosa y como dicen que las primeras semanas son las mas difíciles, no me puedo relacionar con eso porque no he tenido novio en años pero si eso dicen debe ser cierto.

Me toma unos segundos darme cuenta de que el timbre de la casa esta sonando, seguro Gerard olvido sus llaves de nuevo y como el bueno para nada de Mikey esta en casa todo el dia no es problema solo tocar el timbre. Me levanto del sillón masticando mi última galleta con el resto en mi mano y abro la puerta brusco, listo para gritarle al pelirrojo veo al uniformado hombre frente a mi con una caja mediana y una hoja para que firme. No es la primera vez que un cartero me mira feo pero este tiene cara de pervertido. Solo uso pantalones cortos, pervertido. Oh rayos, es la unica prenda que llevo encima, con razón admira mis costillas marcadas y mi estomago blando.

Después de darle show de solo para muertos de hambre al cartero, regreso al sillón dejando el paquete en el piso como no es para mi me da igual si se arruina o no. El programa de cocina se ha terminado pero empieza uno de viajes, igual tenía ganas de sentirme miserable por no tener dinero para viajar.

Vuelven a llamar la puerta, esta vez golpeando la puerta ligeramente. Me levanto gruñendo y antes de tocar la perilla me alejo buscando una playera, no quiero atormentar a nadie más con la aberración que es mi cuerpo. Ya cubierto y estresado por los golpes constantes en la puerta, regreso frente a esta y la abro lentamente. Un hombre unos centímetros más bajo que yo se da la vuelta al escuchar el rechinido de la puerta, sus ojos se iluminan al mirar mi cara de confusión y se acerca a mi.

—Hola, ¿Michael?— dice casi en susurro después de escanearme con la mirada por cuatro segundos.

—Soy yo, y ¿tu eres...?

—Me llamo Brendon y quiero ofrecerte una disculpa, ¿Puedo pasar?— me mira como gato abandonado en medio de la carretera, no me queda otra opción más que hacerme a un lado dejándolo pasar.

Entra a paso lento observando curioso el lugar, le indico con l mano el sillón y este se sienta de inmediato. Al sentarme a su lado este mira al suelo y suspira lento, ¿Quien es y porque sus ojos de gatito abandonado me hicieron dejarlo pasar?

—¿Quien eres? Ya me dijiste tu nombre pero podrias ser un extorcionador o asesino— levanta la vista rápido y me mira boquiabierto.

—No, no, tranquilo, soy maestro — suspira y relaja su expresión — talvez si te digo que mi apellido es Urie sepas quien soy.

Así que aquí esta, el maestro al que cubrí por esas maravillosas semanas, la persona que ahora disfruta de su trabajo mientras yo soy miserable, que ironía.

—Solo vengo a disculparme ya que por mi culpa ya no tienes trabajo...

—¿Quien dice que tienes que disculparte?— le interrumpo gruñendo —yo solo estaba cubriendote mientras arreglabas tus asuntos, yo soy quien se debe disculpar por usurpar tu lugar.

—Pero...

—Pero nada, ahora que sabes que no es tu culpa puedes retirarte y dejarme sufrir solo.

—¿Sufrir he...? Ya veo— se levanta de un salto y sonrie amplio, ¿Acaso le hace feliz mi sufrimiento? —Te propongo un trato, se una manera en la que puedes regresar al instituto.

—¿Enserio? Si te refieres a ser asistente tuyo o del conserje no acepto, ¿sabes cuantas perversiones tiene ese tipo en la mente?

—Nada de eso, aunque ahora tendre que averiguar con el conserje— se soba la barbilla unos segundos —¿Que te perece ser el nuevo tutor de música?

—¿Existe tal puesto?— lo miro con los ojos entrecerrados y él solo sonrie aun más.

—Existirá si lo aceptas, ya hablé con el director y dijo que mientras dejara de molestarlo mientras juega Mario Kart puedo hacer lo que quiera.

Una tentadora propocision, ¿Debería aceptar? ¿Debería dejar mi preciada rutina de gusano miserable abandonada por unos ojos de gato atropellado? ¿Qué haria Oprah en esta situación?

—¿Cuándo empiezo?