28. Duda la dada.

69 15 6
                                    

¿Qué más nos queda?

Ryan ya se fue del colegio porque le ofrecieron un mejor empleo en Texas, Brendon a veces llora por él mientras Dallon intenta hacerlo reír poniendo una dona en su nariz y casi ahogándose al tratar de respirar.

Frank y Gerard se pelean tres veces por semana y la reconciliación es tan melosa que creo nos dará diabetes colectiva.

Pete y Patrick piensan que son muy discretos con sus notitas secretas cada mañana en la oficina del director y el salón de música pero es obvio que esos dos se la pasan coqueteando todo el día. A veces les cambio las notas por alguna lista de compras extraña o recados de mi madre y casi me hago pipí al verlos caminar incómodos y hablando solos durante el día. Amo provocar crisis existenciales a las personas.

Mikey rechazó mis múltiples declaraciones de amor mientras Bob me miraba como perro sarnoso en cada una de las ocasiones. Y no solo eso, Tyler se encargó y se sigue encargando de sabotear mis declaraciones por carta, sticky notes, y hasta por correo electrónico, aún no se como es que se sabe mi contraseña.

El punto aquí es que todo está técnicamente definido en la institución, incluso los alumnos se preparan para sus exámenes de fin de semestre en unos cuantos días. Es un momento crucial para todos, en especial para el director que tras casi perder su trabajo por culpa de un triciclo mal estacionado sin aparente dueño y Tyler sufrió un accidente al saltar por la ventana porque "vio a una ardilla en peligro".

Sin saber que pasará con los chicos de mi clase, que a este punto sigo pensando que es de todo menos matemáticas, me siento un tanto inseguro sobre los próximos días.

Camino con la cabeza gacha hacia el elevador y presiono el botón con la flecha hacia arriba, mientras espero a que llegue la gran caja metálica me dedico a tratar de resolver una de mis tantas dudas existenciales: ¿Porque los humanos confiamos tanto en los elevadores aún sabiendo que nada es perfecto y que en cualquier momento puede colapsar?

El pitido del ascensor logra sacarme del lío de pensamientos por unos segundos y avanzó hasta estar dentro de este, las puertas de cierran y miro aterrado mi reflejo en las paredes platinadas. Mis pensamientos me llevan a sobre pensar el lugar en donde estoy parado y el elevador aún espera alguna orden para poder moverse.

Me congelo frente a la serie de botones frente a mi, mis pies están pegados al piso plástico y mis manos se entumen al solo pensar en moverlas. Sabía que mi final no sería nada lindo pero esto en una de mis peores pesadillas hechas realidad. Si salgo vivo de esta tendré que poner un recordatorio de no tener dudas existenciales si es posible que lo viva.

Después de mirar los botones iluminados por unos segundos, el ascensor comienza a moverse y mi mente entra en modo de alerta. Los dedos de mis pies se bloquean juntos y las uñas de mis manos se encajan en mis muslos como un broche de ropa. Cada partícula de mi ser se retuerce y siente el normalmente inexistente movimiento del ascensor. El recuadro muestra los el número 3 y el ascensor se detiene produciendo un pitido demasiado fuerte para mis perturbados oídos.

Las puertas se mantienen intactas y puedo escuchar los latidos de mi corazón como una danza nativa. Las luces se apagan, siento como mi alma se sale lentamente de mi cuerpo, o tal vez sea solo un gas, pero aún así todos mis errores del pasado se reproducen frente a mí. Sabía que tenía que dejarle comida extra a Fido, el perro que no tengo pero que debería tener, y ahora es cuando me arrepiento de no haber hecho tantas cosas.

Una de las cosas por las que me arrepiento es no haberle dicho a Tyler que tenía un moco de fuera en aquella presentación de navidad, todos se rieron al ver las fotos de 5to grado con el ya famoso niño moco. Tardó dos años en limpiar su reputación, todo gracias a la música y su afición por los triciclos.

Mi mente logra relajarse un poco ante aquel recuerdo, vuelvo a sentir los dedos de los pies y mis manos se aligeran de a poco. Las luces de emergencia están encendidas quien sabe desde cuando, por lo menos no moriré en completa oscuridad. Intento regresar al mundo real, miro mi reflejo en la puerta metálica y se vuelve más claro al igual que unas voces desde el otro lado del elevador.

—No creo, llevo varios minutos llamando y nadie me contesta...

—De acuerdo...si se digna...moriremos antes que regrese...

Solo quiero salir de aquí y dormir en el piso del baño, sentir el frío piso en mi espalda y dejar que los olores fétidos me lleven con Morfeo. Escucho más voces, cálculo unas tres o cuatro personas del otro lado, no logro descifrar palabras coherentes por lo que supongo están discutiendo.

Después de unos segundos de gritos insensatos del exterior, la luz de emergencia se apaga y las luces principales y botones indicadores de piso se iluminan. Me toma unos cuantos segundos poder abrir los ojos correctamente y después un chirrido agudo la puerta se abre dejando ver a tres hombres de los cuales solo importa uno.

Me abalanzó a los brazos del delgado pelinegro y caemos juntos al suelo, quedando sobre él lo aprieto a mi cuerpo y escucho una que otra queja de su parte pero no importa. La sensación de poderlo ver después de ese tormento en el que solito me metí me hace darme cuenta de que a él lo extrañaría más que a nadie si algo me hubiera pasado ahí dentro. Me separo de su pecho aún sobre su cuerpo en el suelo y , mirando su expresión ceñida, dejo mis labios chocar con los suyos sin importar que no estemos solos y que probablemente sus quejidos no sean de placer sino de dolor por nuestros dientes chocando al principio.

Una chispa recorre mi cuerpo desde mis labios hasta la punta de los dedos de mis pies, al sentirlo me provoca estremecer y me separo de golpe de mi mejor amigo. Me levanto respirando entrecortado y toco mi pecho en un intento miserable de que mi corazón deje de latir tan fuerte. Tyler me mira aún en el suelo, sus ojos no me dicen nada solo están completamente abiertos pero no logro descifrar lo que intentan decir.

Mis pensamientos me atormentan de nuevo, siento que en cualquier momento voy a saludar al piso. Mi vista se nubla y siento mi cuerpo debilitarse, "es normal" me repito en mi mente mientras me preparo para caer. Unas manos calidad me sostienen justo cuando mi cuerpo deja de obedecer mis órdenes y siento que me arrastran de a poco.

Al abrir los ojos me sorprendo al ver un ángel, su rostro delicado y cabello negro voltean a verme y sonríe. Me es demasiado conocido este celestial ser, veo sus labios moverse pero no hay sonido saliendo de ellos. Me agita por los hombros bruscamente y el sonido regresa a mi mente como si de una melodía clásica se tratara. Vuelvo en mi mismo y las palabras de Tyler me hacen sonreír y agradecer por primera vez mis crisis existenciales.

—Me alegra que despertaras, creí que mi mal aliento te había matado— dice Tyler serio —ahora si, no tengo miedo de decir lo que supongo tú también sientes, vamos a casa Josh, tenemos un asunto pendiente, cariño.

Me toma de la mano y caminamos juntos a la salida, es verdad que esta mañana reprimí un impulso de saltar sobre él al mirarlo con solo una toalla rodeando su cintura, supongo no fui muy bueno escondiendo mis "pensamientos" al verlo.

Scholar Affairs «Emo Trinity + Joshler»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora