25. Cosas cotidianas

93 22 4
                                    

Controlar este bendito instituto se esta volviendo una tarea difícil, más aun cuando Doriel decidio darse unas vacasiones que según él ya habia autorizado desde hace un mes. El problema no son las clases ni los alumnos, son los maestros y sus relaciones sociales. Bien me dijo mi abuelo antes de mudarse a Marruecos "Si heredas el legado familiar ni se que ocurra contratar hombres homosexuales porque serán tu perdición y se comeran tus macarrones." Nunca entendí lo de los macarrones pero por eso es que solo como fideos, dicen que hombre prevenido vale por dos.

El año escolar esta a punto de terminar y el instituto esta hecho un lio entre examenes finales y evaluaciones de maestros, solo me alegra que no me tengan que evaluar a mi. El profesor Way ni siquiera da examenes en su clase al igual que el profesor Joseph y llevan una semana ideando que haran para los finales mientras Frank y Dun no dejan de joderme porque sus fieles acompañantes no les hacen caso. Me siento como niñera.

Por otro lado, Brendon y Michael se han vuelto inseparables. Debo admitir que la idea del tutor de musica funcionó de maravilla e incluso lo he dejado de molestar un poco, después de todo me hizo más facil mi trabajo tomando esa iniciativa. Michael me parece un tipo interesante pero muy reservado, he intentado acercarme a él pero siempre que lo intento Patrick me mira como si me hubiera comido la última dona de chocolate. Supongo que aunque le explique de mil y un maneras que no me atrae de forma romántica aun estan los celos de querer ser el único que tenga mi atención.

Los únicos maestros que si me han dejado jugar Pacman en paz son Dallon, Spencer, y Ross, aunque este último va y viene a cada rato del colegio. Nunca creí decirlo pero Dallon es un gran maestro. Aunque se acabé las donas de azúcar.

Frente a mi oficina encuentro una caja pequeña, si mucho unos veinte centímetros de ancho y largo, la tomo mirando rápido a todos lados antes de entrar a mi oficina y al no ver pajaros en él alambre me adentro. Me olvidaba de las envolturas de dulce por toda la superficie de mi escritorio, igual después viene el conserge a limpiar y buscar pruebas de otros ships entre maestros. Después de tirar las envolturas al suelo, dejo la caja en el escritorio y me siento sin quitarle la mirada. No tiene ninguna clase de información escrita o pegada. ¿Será una bomba? No, tampoco tiene algún tic tac. ¿Y si son drogas? Seguro me las implantó Frank porque es un enano del demonio que me quiere ver fundido en la carcel sin ver a mi pastelito Stump. ¿Serán los dulces importados de Spencer? El repartidor secreto seguro se equivocó y los dejo en mi oficina por accidente, igual debería regresarlos uno nunca sabe que pueda hacer Spencer por sus dulces Japoneses.

¿Y si mejor la abro?

Pongo mis manos sobre la caja, él suave cartón parece quemarme los dedos mientras busco los extremos de la caja para jalarlos y descubrir lo que hay dentro. Le doy una, dos vueltas y ahí están los dobladillos del cartón acompañados de un solo pedazo de cinta adhesiva. Con mi uña intento despegarla fallando gracias a mis dedos temblorosos y aspiro suficiente aire para relajarme. La puerta suena súbitamente sacandome de mi tarea tan complicada, lo dejo pasar, quien sea puede esperar un poco o simplemente pretenderé que no estoy aqui. Vuelvo mi vista al pequeño cubo frente a mi y retiro la cinta de un solo jalón. Cuidadosamente meto uno de mis dedos en el dobles de cartón al centro de uno de los lados de la caja, el cual protegía la cinta adhesiva, y lo saco de la hendidura donde se escondía.

Vuelven a tocar a la puerta, esta vez son dos veces, dos sonidos de contacto nudillos-puerta. Ignoro de nuevo aquella interrupción. Levanto la pestaña de cartón causando que uno de los lados de la caja quede separado desformando la caja, abriendola. En su interior no hay absolutamente nada. La tomo y sacudo hasta que mi brazo se cansa y aun así no sale nada de su interior. Tomo mi celular y enciendo la linterna integrada para inspeccionar su interior pero es inútil. La caja esta vacía.

El toc toc de la puerta logra sacarme de mi confusión y esta vez decido atender. Al abrirla veo a Michael dandome la espalda, a punto de retirarse, carraspeo por lo bajo y este voltea de inmediato con una media sonrisa en el rostro. Después de aproximadamente diez segundos de mirarnos sin decir ni hacer nada este decide hablar como si acabara de recordar a que venía.

—¿De casualidad tomó una pequeña caja que estaba en el suelo?— se apresura a decir bajando la mirada al avanzar la oración.

—¿Es tuya?— me limito a preguntar.

—Osea que si la tiene...¿Le importaria darmela?— esta vez me mira y estira la mano expectante, algo que nunca habia visto en él.

—Antes que nada quiero que me digas que contiene esa caja— lo veo bajar la mano lentamente y entrecerrar los ojos.

—No pretenda que no ha visto su interior, solo entreguemela y nadie saldra herido— me sorprende su voz tan segura y sarcástica a la vez.

Lo pienso por unos segundos y lo dejo pasar a mi oficina, rodeo mi escritorio para tomar la caja del suelo y volver doblar la pestaña cerrando la caja. Michael me mira cansado y podria decir que con odio y me arrebata la caja de las manos. Se levanta sin siquiera agradecer y se encamina lento a la salida, justo al estar debajo del marco de la puerta se da la media vuelta y me mira directo a los ojos.

—Esta caja contiene mis sueños y esperanzas, así que felicidades— voltea a mirar la caja en sus manos sonriendo sin mostrar sus dientes —ahora sabe un poco más que mi hermano.

Y con eso se retira de mi campo visual dejandome con las uñas a medio morder y un montón de preguntas para el pelirrojo Way. Si dudaba sobre el trato que le da a su hermano, ahora estoy convencido de que ese cabello rojo es solo el simbolismo de mismo diablo. ¿Deberia advertir a Frank? Na, ese es hijo del demonio, seguro por eso son el uno para el otro.

Scholar Affairs «Emo Trinity + Joshler»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora