15. Visita al director

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No puedo creer que haya pasado el examen de estado. Muy apenas tuve fuerzas para concentrarme al tomarlo. No se que me esta pasando.

La clase esta a punto de comenzar y este resultado si que me anima el día. La fecha esta escrita en el pizarron, la pregunta del día esta escrita también en tiza y los alumnos comienzan a entrar al salón. Hasta este momento ser maestro de Teoría musical ha sido lo mas satisfactorio de mi vida. Eso y conocer a todos mis compañeros maestros, en especial el director.

Aunque no parezca, considero a todos y cada uno de los maestros de esta escuela mis amigos. Si ellos no me consideran igual no me molesta porque todos somos diferentes. Iero es muy amable pero tienes que saber cuando esta de buen humor y cuando puede sacarte los ojos con una papa frita. Urie es más bien un aliado, como el enseña música somos un poco más cercanos en ese aspecto. Tiene una voz increíble y le gusta presumirla. A mi también me gusta cantar pero no lo hago muy a menudo por que no creo hacerlo muy bien. Ese es uno de mis problemas, no confio mucho en mis habilidades.

Dos minutos para que la clase de inicio, debo prepararme para enseñarle a estos chicos teoría musical. El último alumno entra y me acerco a la puerta para cerrarla. Le sonrio a la clase y comienzo con un saludo de buenos días.

*
Todos piensan que soy muy callado y el que no quiero hablar con nadie pero la verdad me muero de ganas por entrar en sus conversaciones sobre donas todas las mañanas. Quisiera que me no me vieran como el profesor serio que prefiere concentrarse en impartir su clase. Claro que me concentro en eso pero también me gustaría socializar.

Camino por el pasillo principal e intento saludar a los maestros y alumnos que veo pasar pero parece que me ignoran a propósito. Me dirijo a la oficina del director, o Pete como dijo que le llamara. Hay algo extraño en él, es siempre tan amable conmigo que me hace pensar que... No, no empieces Patrick, por el simple hecho de que seas gay no significa que todo el que te trate bien se fija en ti de modo romántico. Debo dejar de fantasear con cosas así, él es mi jefe y solo esta siendo amable conmigo. Lo repetiré hasta que se vuelva mi religión.

Toco la puerta de su oficina y esta se desliza sola, no estaba cerrada. Me asomo dentro de la oficina y veo al profesor Iero sentado sobre el escritorio con los pies colgando y el director parado a su lado sujetándolo por el cuello. No debí irrumpir tan de repente. Ambos me miran sin decir nada, el director tiene los ojos saltados y la boca abierta mientras Iero tiene una sonrisa burlona en los labios. Creo que voy a vomitar.

Sin dejar tiempo a explicaciones, me alejo lo más rápido que me es posible de la oficina y cierro la puerta de golpe. "Eso fue demasiado exagerado y grosero" pienso al instante sin dejar de caminar rápido hacia el elevador. Mi cabeza da vueltas e intento mantener las lágrimas dentro de mis ojos mientras presiono varias veces el botón del elevador que índica arriba. Es extraño el sentimiento que tengo ahora mismo, no logro entender porque estoy reaccionando de esta manera. La imagen de ellos dos llega nuevamente a mi cabeza, dando vueltas y haciéndome preguntar ¿Que estaban haciendo o por hacer?

La puerta metálica del elevador por fin se abre y doy unos pasos dentro sintiendo una mano posarse en mi hombro. Volteo volviendo a la realidad y veo al director parado frente a mi deteniendo la puerta abierta. Sin decir nada se adentra al ascensor sin apartar la vista de mi. Su mirada me agobia y me veo en la necesidad de ver mis zapatos, están impecables. Presiono el botón del segundo piso y continuo viendo mis zapatos, la tensión en el cubículo incrementa con cada respiro. Siento que me voy a asfixiar, pero ¿Por qué exactamente?

La puerta se abre en el segundo piso como lo ordené y sin mirar al director a mi lado salgo como rayo. Puedo escuchar sus pasos detrás de mi, un tanto impacientes. Si piensa que delatare su sucio secreto esta equivocado, no soy un chismoso. Si quiere vivir su vida de esa manera es asunto suyo y no tengo por qué meterme. Llego a mi salón de clases y estoy dispuesto a cerrar la puerta de tras de mi como acostumbro pero recuerdo que esta vez no sería apropiado. Ya dentro del salón, me siento en mi escritorio fingiendo que todo va normal y subo mi mirada a la del director por primera vez desde la escena de hace rato.

—¿Cómo le va, director Wentz? —logro decir sonando serio y formal.

—Patrick, lo de hace rato... Yo... —se acerca justo frente a mi.

—No tiene nada que explicar, no es de mi incumbencia su vida privada, director.

—No es lo que tu crees, Iero y yo no tenemos nada, somos amigos. —me mira desesperado— Solo estaba...

—No tiene porque darme explicaciones, director. Después de todo solo soy el profesor de teoría musical, no su mamá. —digo tratando de soportar la presión y el llanto.

—No, no eres solo el profesor de teoría musical. —se acerca a mi por un lado del escritorio— ¿Quieres que te diga lo que eres para mi?

Sin darme tiempo de contestar o reaccionar me toma por la cabeza con ambas manos y une nuestros labios en un beso totalmente inesperado. Los pensamientos deplorables de hace rato se esfuman y solo queda el tacto cálido de nuestros labios. Sus labios se mueven levemente sobre los mios dejándome sentir un poco de la humedad de su boca sin sentirla por completo. Reacciono a los pocos segundos de estar pegados y lo empujo haciendo fuerzas con ambas manos en su pecho. Nos miramos respirando con dificultad y en este momento podría jurar que sus ojos cambian de tonalidad café a plateado irradiando brillo.

—Eso significa que eres el único maestro que moría por besar.

Scholar Affairs «Emo Trinity + Joshler»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora