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Lena.

Por fin había llegado el viernes.
Cada vez faltaba menos tiempo para vacaciones de verano. No podía esperar, tenía muchos planes.

Mi profesor de cálculo no había llegado, tenía dos horas de clase con él hoy, por lo tanto podíamos salir temprano.
Kat había salido desde hace rato, yo de cualquier manera tenía que quedarme para estudiar con Grayson.

—¡Lena! -Escuché que gritaban mi nombre. No reconocí la voz.

Cuando volteé a ver quién era, me sorprendí bastante. Casi ni lo reconocía.

—¿Kyle?

—El mismo -Me ayudó a ponerme de pie para después darme un fuerte abrazo.

Kyle fue mi primer y único novio, se había ido de intercambio dos años atrás y al parecer estaba de regreso.

—¿Qué haces aquí? Las clases no acaban hasta dentro de tres semanas.

—Me permitieron salir antes, adelanté todos mis trabajos finales y exámenes. Ya no podía esperar, quería regresar lo antes posible.

Estaba muy cambiado, se vestía diferente y ya no usaba sus anteojos. Recuerdo que solían hacer ver sus ojos enormes.
Lo único que seguía igual era su cabello rubio y rizado.

—Me alegro de verte -Le dije con sinceridad.

—¿Y Kat? ¿Siguen siendo amigas?

Ambos nos sentamos en la misma banca en dónde estaba leyendo mi ejemplar de Persuasión hace unos instantes.

—Se fue temprano, seguimos siendo buenas amigas. Seguro le dará mucho gusto saber que regresaste.

—Me encantaría verla..., ¿Qué haces aquí sola, no deberías estar en clase?

—Mi profesor no vino, estaba leyendo un poco.

—¿Por qué no te fuiste a tu casa?

—Estoy esperando a alguien. Lo estoy ayudando a pasar una materia.

—Siempre tan gentil; entonces me quedaré aquí contigo. Supongo que no sale hasta dentro de unas horas..., Hay que ponernos al día.

Asentí con una sonrisa.
La verdad no me quedaban sentimientos por él, en el momento que se fue me metí bien en la cabeza que tenía que superarlo rápido. Y eso hice, ahora solamente le tenía un cariño de amistad inmenso.

Y eso nos quedamos haciendo.
Poniéndonos al día.

Grayson.

—Maldita clase aburrida.

Liam y yo salimos por fin de la clase de biología. Habían sido las dos horas más largas de mi vida.
Escuchar la voz con flemas de la señorita Brown por tanto tiempo de corrido no era exactamente como me gustaría acabar el día.

—Acompáñame a comprar un burrito antes de que te vayas con tu fantasmita.

—Deja de llamarla así -Le regañé frunciendo el ceño.

—Oh claro, perdón por meterme con la señorita "ablando al inablandable". ¿Qué te traes con ella?

Llegamos al carrito de snacks que estaba en medio del patio. Lo abrían cada que la cafetería estaba cerrada.

—Nada en absoluto.

Me miró entrecerrando los ojos, claro que no se la había creído.
Pero no había nada que creerse, era verdad.
Yo sólo estaba buscando una cosa, y era ganar la apuesta.
Nada de sentimientos involucrados, ni por ella, ni por nadie.

In love with the fuckboy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora