In love with the fuckboy

19

Grayson.

No tenía mucha lucidez de todo lo que estaba ocurriendo. Ver otra vez a Savannah después de tanto tiempo me había caído como una cubeta de agua helada.

No sabía cómo sentirme, no podía pensar con claridad. Sólo la escuchaba hablar y hablar de lo que había hecho durante el tiempo que estuvo ausente.

Éramos sólo nosotros dos, los demás habían dejado de importar.
Aunque sí compartía varias palabras con mi familia, y tengo recuerdos de algunos fragmentos de conversación que habíamos tenido.

Era inquietante verla.
Había sido mi amiga por tantos años, y en algún momento llegué a sentir cosas muy fuertes por ella. Tanto que me aterraba. No podía seguir con ello, y la dejé.
Y ahora estaba de regreso en mi vida.

—Has cambiado mucho..., Aunque sigues igual de guapo. Incluso más.

Estaba muy cerca de mí. Casi se subía a mis piernas, pero no lo hacía porque estaban mis padres presentes.
Ellos nunca la aceptaron realmente. No la toleraban. Siempre que se iba de mi casa o yo iba a visitarla a la suya se veían totalmente fastidiados.

No sé por qué sentía que algo no encajaba, quería averiguar qué, pero estaba en blanco.

—Cuéntame lo que has hecho, Grayson. Ya basta de hablar sobre mí.

Me sonrió y recostó su cabeza sobre mi hombro a la vez que entrelazaba su mano con la mía.

—No mucho, Sav. Mi vida es bastante aburrida -Le dije con desdén.

—Por favor..., ¿Crees que no estoy al tanto de tu vida de follador en turno? -Me dijo casi susurrando.

—Savannah, yo...,

—Ay, tranquilo. No me molesta. Entiendo que hayas intentado de todo para olvidarte de mí -Me interrumpió u me besó en la mejilla, por milésima vez en todo el día -No te culpo, cielo. Aunque es una pena que no me haya podido tocar a mí.

—¿De qué hablas? -Le pregunté escéptico.

No podía creer en lo que se había convertido.
En todo el día no dejó de hablarme de cosas pervertidas y tampoco se cansaba de intentar acercarse a mí o tocarme en la entrepierna.

—Creo que sabes perfectamente de qué hablo, Gray -Comenzó a reír -Pero bueno.

Rodeé los ojos.

Seguía con la sensación de que algo no iba bien a mí alrededor. Estaba comenzando a impacientarme.
Demasiadas emociones en un sólo día.

—¿Por qué viniste, Savannah? Creí que te había dejado claro que sólo éramos amigos.

—Lo dejaste muy claro, Grayson. Demasiado..., ¿Se te olvida que me partiste el corazón?

Estaba siendo muy sarcástica, casi podía notar una pizca de resentimiento en su voz disfrazado con una máscara de dulzura y perversión.

—Yo sólo te dije la verdad.

—Una verdad muy cruda, Grayson -Se alejó y subió el tono de voz, aunque no demasiado.

—Entonces ¿Para qué viniste si me guardas tanto rencor?

Comenzó a reírse mirando hacia su regazo. No era una risa divertida, era más bien una risa cínica. Amarga.
No era igual que antes.

—Mírame, Grayson..., Yo estoy para elegir, no para ser elegida. Y aún así, llevo nueve años -Me miró a los ojos -nueve puñeteros años enamorada de ti. Persiguiéndote. Tratando de conquistarte otra vez..., ¿Tú crees que de verdad te tengo rencor? ¿Hablas en serio?