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Lena.

¿Cómo se te ocurrió llevarlo a tu casa?

Estaba con Kat sentada en una mesa de la cafetería.
Le había contado a detalle lo que había sucedido en mi casa cuando estaba con Grayson.
No dejaba de reprenderme.

—Creí que Rob no estaría. Siempre llega más tarde.

—Ese no es mi punto, Lena.

La miré extrañada.

—¿Entonces cuál es tu punto?

—Llevan una semana estudiando y ya estás que te mueres por él.

—¡Claro que no! Solamente íbamos a estudiar. Sabes que no abren la biblioteca los viernes.

—¿Y tenías que meterlo a tu habitación? ¿Al lugar donde me tomó un año de amistad entrar? -Me miró con seriedad.

Tenía razón.

—Lo hice por precaución. Si llegaba Rob, no habría tenido tiempo de esconderlo estando en la sala.

—Que te lo crea tu abuela..., -Dijo como broma -¿No intentó algo más?

Me ruboricé.

—Pues..., No sé, pude haberlo malinterpretado.

No quería decirle.
No quería que me reclamara nada ahora, sus regaños siempre eran demasiado duros.

—Lena -Me esbozó con seriedad -He sido tu mejor amiga por tres años, te exijo que me digas todo.

Suspiré impaciente.
Le di un sorbo a mi jugo de manzana antes de continuar.

—Empezó a acercarse a mí muy peligrosamente. Ya estaba empezando a agacharse y me alejé de él.

—¿Iba a besarte? -Me miró perpleja, con los ojos abiertos como platos.

—No lo sé. Tal vez sólo pensé mal.

—Ay sí, y yo nací ayer. Lena, tienes que ser más seca con él. Que se de cuenta que no la tiene fácil contigo. Que no va a sacar nada de ti.

—¿No crees que es un poco drástico?

Se quedó viéndome al mismo tiempo que le daba una gran mordida a su emparedado.
Empezó a hablar en el momento que pasó el bocado por su garganta.

—Dime la verdad, Lena.

La miré extrañada. No sabía a qué se refería.

—¿De qué hablas?

—¿Sientes algo por él?

La vi con el entrecejo fruncido.
Sabía que podía confiarle hasta lo más grande de mi vida, pero es que no había mucho que confesar.
Sí, Grayson era atractivo y me trataba bien, pero nada más.
De ahí no iba a pasar.

—No..., Lo de Grayson es puro estudiar, nada más.

—Puedes engañarte a ti misma todo lo que quieras, pero a mí no.

Rodeé los ojos.
Ya no quería hablar más del tema, sólo hacía que le diera más vueltas al asunto y era todo lo contrario de lo que tenía que hacer.

—Hola, guapa.

De la nada Ethan llegó a nuestra mesa.
Se sentó junto a Kat sin quitarle la mirada de encima.
Últimamente no se cansaban de estar juntos. En cuanto tenían momentos libres los aprovechaban para juntarse y pasar horas hablando.

—Hola E -Le sonrió.

¿Y la que iba a caer era yo?

—Hola Lena -Me dijo finalmente -Grayson me contó lo que pasó el viernes ¿Está todo bien?

In love with the fuckboy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora