In love with the fuckboy

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Grayson.

—Como que ya se tardó mucho...,

—La casa de su tía está a una hora de aquí -Dije intentando ocultar mi preocupación.

Ethan se encogió de hombros y continuó comiéndose sus palomitas.

Ya había pasado hora y media desde que Lena me había dicho que venía hacia acá.

Temía lo peor. Era imposible no preocuparme e imaginarme que podría haber sufrido algún accidente.
Tenía experiencia en eso.

—Mejor ve a...,

De repente la puerta de la entrada se abrió y cerró haciendo que Ethan y yo nos quedáramos expectantes mirando el pasillo.

Poco a poco veíamos como Lena entraba y se acercaba a nosotros, haciendo que la presión de mis hombros se desvaneciera.

—¿Por qué te tardaste tanto? -Dijo Ethan desde su lugar, lanzándole una palomita.

Lena lo miró frunciendo el entrecejo antes de acercarse a mí para depositar un beso sobre mis labios.

Volvió a alejarse de mí para sentarse en el sofá junto a Ethan y abrazarlo con su cabeza recostada en su hombro.

—No te preocupes, Etee -Dijo viendo hacia el suelo.

—¿Pasó algo, amor? -Pregunté sentándome en la mesita para café frente a ellos. Sabía perfectamente que algo no iba bien.

Asintió con la cabeza, sin encararme.

—Te contaré luego..., ¿Sí? Ahora sólo quiero estar en paz.

Ethan y yo compartimos la misma mirada antes de voltear otra vez hacia ella.

No me encantaba la idea de dejar las cosas como si nada, y menos sabiendo que algo había pasado en el único lugar donde se suponía Lena debería estar en paz.

—Como gustes -Afirmé para después sentarme junto a ella.

Instantáneamente se alejó de Ethan para acercarse a mí y envolver mi cintura con sus brazos. Sin pensarlo dos veces la rodeé por los hombros para que se recostara sobre mi pecho.

—Te traeré helado -Dijo Ethan ofreciéndole una sonrisa.

Se puso de pie y se alejó hasta adentrarse a la cocina y dejarnos solos.

Podía notar que Lena aún seguía afectada por todo lo que había sucedido en nuestras vidas los últimos meses.
Primero lo que pasó con su madre, y luego mi accidente.
Realmente era la mujer más fuerte del mundo; después de tanta mierda, seguía firmemente de pie.

—Hay algo que no te dije, Grayson..., -Espetó de repente, viendo hacia adelante.

Me alarmé. Giré mi cabeza un poco para liberar la tensión que había en mi cuello.

—¿Qué es? -Pregunté dudoso.

—Es respecto a Adam.

Sentí un escalofrío recorrer mi espalda. Otra vez había tensión pero no sólo en mi cuello sino en todo mi cuerpo.

Nada que tuviera que ver con Adam eran buenas noticias, y sabía que algo no terminaría bien después de contármelo.

Ya tenía una idea de lo que era, pero al mismo tiempo no dejaba de imaginarme una millonada de posibles situaciones. Iba a volverme loco.

—Antes de decírtelo..., Tienes que prometerme que todo seguirá igual entre nosotros -Hizo una corta pausa para suspirar pesadamente y ahora sí verme a los ojos -Y que no enloquecerás.