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Grayson.

Tenía un nudo gigante en la garganta.
Las manos me temblaban dentro de los bolsillos de mi pantalón y sentía que el corazón se me saldría por la boca.

Pero no era porque estuviera nervioso.
No podría estar nervioso ni por un segundo si se trataba de mi Lena.

Estaba ansioso.
Quería que los minutos pasaran más de prisa porque no podía esperar para convertirme en su esposo.
Ya había tenido que pasar por los peores infiernos que se podrían imaginar.
Un par de minutos se sentían como horas sabiendo que estaba nada de unir mi vida con la de mi angelito.

—¿Y cuántos años tienen, jovencito?

El oficialista de la capilla llevaba desde que habíamos llegado haciéndonos plática a Ethan y a mí.
Y no me molestaba. Era una forma de pasar el rato para que la espera no se sintiera tan eterna.

—¿Mi chica y yo? -Le pregunté para aclarar su pregunta. Asintió de inmediato -Ella tiene veinte y yo veintiuno.

Hizo una mueca un tanto graciosa que al mismo tiempo me desconcertó.
Levanté ambas cejas cuestionándole dicho gesto.

—Es que diariamente vienen chicos así como tú, jóvenes; que nos exigen que anulemos su unión. Ni siquiera dejan pasar un par de meses. Un par de chicas vinieron solamente tres semanas después de casarlas.

Lo miré fijamente a los ojos con la esperanza de que simplemente estuviera bromeando. Pero no. Este hombre iba muy en serio.
Lo cual ya en sí era gracioso, aun así no fuera una broma.

—Lo que tengo con mi novia es muy diferente, señor -Le dije ofreciéndole una sonrisa confiada. No me cabía la menor duda.

—Sí, hijo, entiendo..., Solamente es una pequeña advertencia, de que estás a punto de unir tu vida con la de otra persona y anular dicha unión sale muy caro...,

—Oiga ¿está intentando convencer a mi hermano de no casarse? -Le interrumpió Ethan en lo que se cruzaba de brazos.

El hombre se encogió de hombros antes de levantar ambas manos en el aire.
Toda esa situación me parecía muy chistosa. Y me recordaba a las pláticas que tenía a veces con mi padre.
Lo extrañaba mucho.

—Sólo quiero evitarles un trámite muy estresante y sobretodo muy costoso...,

—No se preocupe por eso, ah..., -Hizo una pausa en lo que intentaba adivinar su nombre.

—Georgie -Le completó antes de que Ethan pudiera decir cualquier cosa.

—Señor Georgie -Dijo sonriendo. Seguramente aguantándose la risa -Yo me encargaré de que eso no suceda nunca.

Georgie iba a hablar de nuevo, pero antes de poder hacerlo, Kat entró casi que corriendo por la puerta delantera de la capilla.

Se acercó de inmediato a Ethan y le susurró un par de cosas al oído a lo cual él asintió y salió por la misma puerta por la que Kat había entrado.

—¿Todo bien? -Pregunté al notar que Lena no venía con ella.

Sonrió de oreja a oreja y se acercó a mí en lo que tomaba mis manos entre las suyas.

—Todo perfecto, Grayson -De repente puso su mirada sobre la mía con intensidad. Kat a veces me daba miedo -Lena le pidió a Ethan que la entregara. Pero antes yo quería decirte un par de cosas.

—Claro, Kat, te escuch...,

—Amo a Lena más que a nada en este mundo -Dijo sin siquiera dejar que terminara de hablar -Es como la hermana que jamás tuve, así que escucha bien lo que te voy a decir, Grayson -Asentí sin tener mucha opción, aterrado -Si vuelves a hacerle algo a mi Lena, vas a amanecer castrado en una isla desierta repleta de pirañas.

In love with the fuckboy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora