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Grayson.

Nunca había conducido tan rápido en toda mi vida.
Por un momento me bloqueé, y no me importaba un carajo si venían autos delante, detrás, o a un lado de mí.
Me urgía poder llegar al hospital, y parecía que cada segundo que pasaba se convertía en minutos y luego los minutos en horas.

Me arrepentía infinitamente de haber ido al departamento de Savannah. Quedaba en medio de la nada y me había tardado demasiado en llegar al hospital.

Y siendo franco, en esos momentos, no era el único motivo por el que me arrepentía.

Pero al fin llegué, y gracias a un mensaje que Kat había mandado, sabía que estaban en el piso de área intensiva.

Esa llamada fue el último tipo de comunicación que tuve con Kat. No sabía qué estaba pasando o si Lena ya estaba mejor, y me estaba muriendo.

Tenía miedo.

Nunca había tenido tanto en mi vida.

Perder a Lena por una estupidez que después podíamos solucionar hablando, era aceptable.

Pero..., ¿Cómo íbamos a solucionar algo si ella se iba?
¿Cómo podría perdonarme de ser el causante de que la persona que más he amado en el mundo haya decidido acabar con su vida?

El ascensor se detuvo en el tercer piso.
No había mucha gente, fue fácil encontrar a Kat sentada junto a la madre de Lena.

Ambas tenían la cara repleta de preocupación.
Se veía de lejos que habían estado llorando.

Me acerqué a las dos, y casi inmediatamente al verme, Kat se puso de pie y me estrechó fuertemente en un abrazo.

Era la primera vez en todo el tiempo que teníamos de conocernos que nos habíamos abrazado.
Fue ahí que entendí que la cosa era muchísimo más seria de lo que pensaba.

Le correspondí, intentando reconfortarla y ofrecerle a alguien de quien apoyarse, aunque por dentro sentía que me moría y estuviera a punto de colapsar.

—¿Qué han sabido de ella? -Pregunté alejándome ligeramente de Kat.

—Le están haciendo un lavado de estómago..., El doctor no dijo más.

Limpié una lágrima que venía deslizándose por su mejilla.

Kat adoraba a Lena, infinita e incondicionalmente.
Estaba muy afectada, no podía parar de llorar y cada que hablaba, la voz se le quebraba hasta terminar por sollozar.

Estaba intentando con todas mis fuerzas ser fuerte. Tenía que serlo. No podía simplemente desplomarme al suelo y llorar.
Quería hacerlo, pero no podía.
Tenía que ser fuerte por Lena.
Sabía que ella estaría bien.

Volteé hacia atrás de Kat, para poder mirar a la madre de Lena.

Solamente estaba aquí, sentada, quieta, sin expresión alguna en el rostro.

Me alejé de Kat, después de ayudarle a regresar a su asiento, y me acerqué a Olivia.

Al momento en el que me vio acercándome a ella, me dedicó una mirada asesina.
Me sorprendí. No era el recibimiento que me esperaba, claramente.
No faltaba mucho para que se pusiera de pie a sacarme los ojos.

—Tú me hiciste una promesa hace no mucho, Grayson..., ¿Te acuerdas?

A pesar de que normalmente, las cosas que prometía, las cumplía, no podía mentir y decirle que recordaba algo que no.
Así que sólo negué con la cabeza.

—Lo siento..., No.

Se puso de pie para estar a mi altura.
Kat se alarmó y la miró con recelo.
Claramente, no se llevaban de lo mejor.

In love with the fuckboy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora