Capitulo 4

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Otro día comenzaba y ya de por sí lo hacía mal. Me levanté para ir al baño. Indispuesta. Que cosa horrible, mal humor todo el día, ya lo venía venir. Tenía un dolor de ovarios tremendo, unas ojeras que se veían a dos cuadras;  y encima me miro al espejo y el moretón gigante que me había quedado en la cara, ¡Ay dios! Me quería morir. ¿Por qué estas cosas me tenían que pasar a mí?
Me bañé, me cambié e intenté tapar lo que más pude el moretón con maquillaje, claramente no lo podía tapar completamente, era enorme y de colores que no sabía distinguir.

- ¡Ay dios, no puedo! - dije para mí misma - ¿Por qué mejor no me muero?

Me harté de tener que tapar esto, hice lo mejor y después tire todo. Mal humor, mucho mal humor.
Solo espero no tener que cruzarme a Roberto a estas horas del día porque no sabía cómo podría reaccionar, y estoy hablando por mí.
Bajé a desayunar, no estaba. Suspiré aliviada.

- ¿Qué onda baby? - me dijo Mía – levanté un hombro y la saludé - Uh, como estamos hoy.

- Sorry amiga es que tuve una noche de mierda y encima me vino.

- Si, ya me di cuenta. - me dijo – Y podemos apreciar tus ojeras a mil kilómetros más o menos. – reímos –

- No sé por qué me tocó vivir esto a mí, estoy harta se todo, no sé porque no me muero.

- Uy - dijo - cuando empezas con estas pelotudeces me pones de mal humor.

- ¿Y qué queres que te diga? - la miré fijamente - Si es la verdad.

- Ojalá Mike te cambié la mentalidad - me dijo - y te de amor y ganas de vivir porque me tenes harta - dijo enojada - Siempre pensando en morirte ¿Y las personas que te queremos qué? - me preguntó enojada –

- Es una forma de decir Mía, calmate.

- Sabes muy bien que no es una forma de decir Valentina - me dijo mirándome a los ojos –

- Bueno, basta. ¿Podemos hablar de esto en otro lado? - le pregunté - En serio me siento mal. Por favor. - le supliqué –

- Sí, okei. - me dijo y se puso a mirar la pantalla de su celular –

Me daba nervios que siempre discutamos por lo mismo. Porque siempre, siempre discutamos lo mismo, y me hacía mal porque ella sabe que no lo digo en serio ¿O sí? Ojalá estuviera en mi lugar, entendería lo horrible que la paso, una cosa es que te cuenten otra muy distinta es vivirlo todos los días de tu vida. Y discutimos porque no le conté que Roberto me había levantado la mano de nuevo. La verdad es que siempre le cuento lo que me pasa pero ayer estaba tan agotada de todo que solo quería dormir y nada más. Tengo una vida de mierda y no puedo cambiarla mucho.

Siempre que peleábamos Mía me ignoraba todo el día porque no me iba a venir a pedir disculpas y yo tampoco, ambas éramos muy orgullosas. Nos sentábamos juntas pero parecía que fuésemos dos extrañas, entendía su dolor y su enojo pero hay días (como hoy) en los que lo único que quiero es morirme y ese pensamiento me daba vueltas la cabeza todo el día.

Cuando le conté a Mía todo lo que me pasaba al principio discutíamos todos los días porque ella no podía entender cómo es que no había hecho nada durante todos estos años, o no me había ido de mi casa; era complicado le decía yo, ella no lo entendía y era un bucle que no terminaba nunca. Hasta que un día estábamos en su casa, charlando y le explique "lo cuán complicado" que era hacer algo y por qué no lo había hecho, y lo entendió. Me abrazó y a partir de ese día me acompaña como puede, desde su lugar de mejor amiga y tratamos de no pelear todos los días pero a veces se hace imposible porque ambas tenemos un carácter de mierda y esta cien por ciento comprobado.

TWO PIECES | MICHAENTINA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora