TWO PIECES | MICHAENTINA

Capítulo 37

Por fin había llegado el día, hoy nos íbamos a Bariloche, estaba muy emocionada, ayer a la noche nos habíamos quedado hablando con los chicos por whatsapp hasta las seis de la mañana, ya eran las diez y me encontraba despierta porque a las doce debíamos estar en el aeropuerto y supuestamente nuestro vuelo salía a las cuatro de la tarde más o menos.

Me levanté de la cama y me dirigí al baño para ducharme, mientras lo hacía pensaba en todo lo que había tenido que pasar para llegar a este tan esperado viaje de egresados. Sonreí por el simple hecho de saber que iba a estar diez días sin gritos, ni maltratos, ni golpes. Salí de ducharme, me coloqué una toalla en el pelo y fui a la cómoda a buscar la ropa que iba a ponerme; un jean azul, con una remera corta color beige que tenía mariposas pequeñas en color negro, en los pies me puse convers negras; cuando terminé de cambiarme me sequé el pelo y lo planché.

Mi valija aún se encontraba en el piso del cuarto abierta de par en par porque no había terminado de guardar todas las cosas, como siempre todo a último momento.

Tocan la puerta del cuarto, se abre y era Vicky que venía a ayudarme a terminar de preparar todo.

- ¿Y Val? ¿Tenes todo? – me preguntó al tiempo que cerraba la puerta del cuarto –

- Ponele, tengo que terminar de guardar estos zapatos, las camisas y esta campera de cuero. – le dije, mientras le mostraba toda la ropa que estaba encima de la cama –

- Ah pero no guardaste nada. – dijo riendo –

- Bueno, se me complicó.

- Y sí, como no se te va a complicar si tenes un millón de cosas.

- En mi defensa muchas de las cosas me las pidió Mía.

- ¡Ay dios! Ustedes un día me van a dejar peleada. A ver vamos a terminar de acomodar todo esto.

- Porfa, necesito que entre todo. – le pedí – Igual no llevo muchas cosas, parecen muchas por los zapatos pero no hay tantas.

- Bueno a ver, vamos a hacer un poco de lugar en este lado, así acá pones los zapatos. – dijo mientras corría algo de la valija hacia otro lugar – Y arriba de esto podes poner las camisas y la campera. Te va a quedar medio apretado pero va a funcionar.

- Okei, si vos lo decís, confío.

Victoria acomodó todo en la valija y la cerramos; en mi mochila de mano y obvio que llevaba las cosas indispensables de siempre, me puse el buzo de egresados y arriba una campera con corderito dentro porque realmente hacía frío; me senté en la cama y suspiré. Vicky que estaba agachada terminando de cerrarme la valija y levantarla, levantó la cabeza y me miró.

- ¿Qué te pasa? – me preguntó mientras dejaba todo y se sentaba a mi lado –

- Nada. – mentí –

- Te conozco, contame qué te pasa.

- Demasiado cursi lo que te voy a decir, no te rías. – le advertí – Quería decirte gracias.

- ¿Qué? Estás loca, no tenes que agradecerme nada.

- En serio, gracias. Yo sé que te costó muchísimo pagarme este viaje y no sabes cuánto significa para mí que lo hayas hecho, sabías todo lo que yo quería irme de viaje de egresados y cómo pudiste me pagaste el viaje, y te lo quiero agradecer, de corazón. – dije mirándola a los ojos – Y ahora me vas a decir que sos mi hermana y que todos harían eso por un hermano, pero no es así, no todos lo harían y vos lo hiciste solo para hacerme feliz a mí. Gracias Vicky, gracias por estar conmigo en todo, siempre. – mis ojos comenzaron a cristalizarse – Gracias por ser esa compañía que yo siempre necesité desde que soy muy chiquita, gracias. Quería que lo supieras.